Jimmy Fernando Reyes D. OD – MSc
Docente Universidad de La Salle
Editor del Área de Lentes Oftálmicos

Cuando se realiza un , en la actualidad, no solamente se requiere pensar en la fórmula refractiva o que el paciente necesita, también se deben tener en cuenta la y el cuidado primario en la salud visual y ocular, incluso si el resultado final de la valoración es la de un paciente emétrope. Los ojos están expuestos a muchas en ambientes externos, especialmente a la luz solar y de igual manera en ambientes internos, por el alto uso de los . Por eso, se hace referencia a los valores agregados que debe tener una prescripción óptica, que no es otra cosa, que los procesos incorporados o añadidos a los lentes, que mejoran su desempeño y proporcionan comodidad visual, beneficios ópticos o ayudas frente a determinadas condiciones visuales, también se conocen como o tratamientos. 

El filtro ultravioleta (UV) es un tratamiento de recomendación obligatoria, ya que protege el ojo de las radiaciones del espectro electromagnético que se encuentran entre los 290 y 380 nanómetros (nm), lo que evita patologías como cataratas, degeneraciones maculares, evaporación de la película lagrimal, pingüéculas, pterigión, conjuntivitis actínicas, entre otras. Los lentes en su mayoría por fabricación traen esta protección incluso algunos hasta los 400 nm.

Los tratamientos (AR) sin importar su tonalidad, tienen como principio óptico aumentar el paso de luz (transmisión) al ojo, por lo tanto, disminuyen el porcentaje de reflexión generado por los diferentes materiales, recordando que entre más alto sea el índice de refracción mayor es la cantidad de reflejos (imágenes fantasmas) y menor la proporción de luz que llega a la retina. No se debe pasar por alto, que, aunque se prescriba un AR que ofrece una visión más clara y natural, este tratamiento nunca remplaza las pausas activas que se deben recomendar al paciente. Actualmente el tratamiento AR es mucho más durable y requiere menos procesos de limpieza ya que en su mayoría son hidrofóbicos, oleofóbicos y antiestáticos y son compatibles con tratamientos fotosensibles.

Otro tratamiento para tener en cuenta es el , considerado un verdadero lente de protección solar, que por su tecnología de fabricación aumenta la percepción de profundidad (estereopsis), evita el deslumbramiento y mejora la calidad óptica. Transmite aproximadamente el 7% de luz, por lo tanto, no se recomienda para usar en la noche, viene en diseños monofocal y progresivo en color gris, café y verde. Hoy en día se adelantan investigaciones y pruebas para poder utilizar la tecnología de polarización en lentes oftálmicos transparentes.

Finalmente, en cuanto a las longitudes de onda corta se manejan los que absorben o reflejan el color azul violeta y transmiten el color azul turquesa, se recomiendan para el trabajo con dispositivos electrónicos y así evitar problemas como astenopia, disminución de película lagrimal y desordenes del sueño. En cuanto a las longitudes de onda larga, se encuentran en el mercado mundial algunos filtros que protegen el ojo de los (IR), se están realizando algunos estudios de las patologías oculares que se puedan relacionar con estas radiaciones.

REFERENCIAS

– Diaz, A., Goñi, E., & Masis, M. (2021). Time Course Analysis of Visible and Ultraviolet Light Transmissivity. Ciencia y Tecnología para la Salud Visual y Ocular, 19(1), 31-38.

– Perdomo Ospina, C. (2009). Fundamentos en lentes oftálmicos. Bogotá: Ediciones Unisalle.

– Reyes Domínguez, J. F. (2019). Excelencia en el manejo de la óptica y servicio al cliente. Bogotá: Ediciones Unisalle.

– Salvadó Arqués, J., & Fransoy Bel, M. (2000). Tecnología óptica. México: Alfaomega.

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