La ortoqueratología (OK) se ha convertido en una intervención efectiva para el abordaje de la miopía. Esto a través de los cambios intencionales que se realizan en la curvatura corneal de manera temporal y reversible. Para que esto sea posible se requiere de la cuidadosa selección de las curvas de geometría inversa que componen el diseño del lente, ya que cada parámetro influye en el éxito del tratamiento y su estabilidad al largo plazo. Ahora bien, diferenciando el efecto que tiene la ortoqueratología convencional, frente a la que se aplica como estrategia de control miopía, existen algunas consideraciones que se deben tener en cuenta. (1)

Es importante resaltar que, desde investigaciones en modelos animales, se estableció que los mecanismos ópticos que determinan la estimulación y control del crecimiento del ojo están dados por el enfoque de las imágenes a lo largo de toda la retina, y no solamente en la fóvea. Bajo esta premisa, el diseño de lentes para OK está calculado con una geometría inversa en la curva posterior, a través de la cual se promueve la disposición de las células epiteliales de la córnea, un efecto de aplanamiento en la córnea central denominada zona de tratamiento (ZT) y un anillo de encurvamiento en la media periferia, que se observa a través de los mapas topográficos como una morfología anular roja circundante a la ZT, este anillo tiene como propósito óptico, generar una zona o anillo de incremento de poder positivo.(2)

Figura 1. Mapa topográfico tangencial que muestra la existencia del anillo periférico positivo (PPR) (2)

En el control del foco de las imágenes en la extensión frontal de la retina, el lente para OK afecta el perfil de enfoque a través de su superficie, esto reduce el desenfoque hipermetrópico que induce crecimiento del ojo. Se ha descrito que los cambios inducidos por la OK se correlacionan directamente con el valor inicial de la miopía; de esta manera, los mayores cambios ocurren en valores refractivos más grandes. Para lo particular, se requieren diámetros de ZT más pequeñas y en la media periferia, un anillo de poder positivo (PPR por su sigla en inglés) robusto. Ver figura 1.  (2)

En cuanto a la evidencia científica sobre las tendencias en efectividad para la adaptación de lentes para OK, mucho se ha dicho; por ejemplo, se ha afirmado que los factores de los que depende la prevención en la progresión de la miopía, y por ende en el comportamiento de la longitud axial (LA) son los siguientes: edad de base en la que se comienza el tratamiento, valor refractivo, presencia de aberraciones ópticas de alto orden (HOAs) entre las que se destacan la aberración esférica y la aberración en coma, centraje de la ZT, cambios inducidos por el poder corneal positivo relativo en media periferia, y el desenfoque periférico. (2)

Teniendo en cuenta lo anterior, las hipótesis actuales afirman que entre mayores efectos tenga la OK sobre el poder corneal periférico, el desenfoque periférico, y las HOAs, existe mayor posibilidad de influir en la ralentización del crecimiento de la LA. En investigaciones previas se ha visto que entre más alto el valor refractivo de base con OK, tiende a disminuir en mayor proporción la LA. En este sentido, también se afirma que, a menor edad, se tienen también menores valores de miopía y la tendencia a generar mayores cambios en comparación con humanos mayores. (2)

El asunto es aún más complejo, en el sentido de que se ha identificado que cuando se adaptaron lentes de contacto para OK con diámetro de zona óptica posterior de 6mm, generaba un cambio de la refracción periférica relativa en relación 1:1 a 30° de excentricidad. Esto quiere decir que 1 D de cambio en la refracción periférica relativa se ejercía por cada dioptría de cambio en la PPR. Esto puede ser un inconveniente ya que se ha visto que se requieren cambios mínimos de 4.50D en el poder refractivo corneal relativo para lograr un 80% de efectividad en el control de la miopía. Pauné et al (2021) mostró que la mayor eficacia se lograba con diámetros de zona óptica posterior más pequeña, y con sector horizontal de PRR cayendo dentro de la pupila. Ver figura 1. (2)

Lo anterior demuestra la necesidad de diseñar lentes para OK con perfiles más personalizados, ya que la cantidad de miopía, la topografía particular, y los parámetros del lente de contacto, influyen directamente en la ZT y la PPR, afectando el poder positivo en media periferia requerido, y en el poder corneal refractivo relativo, que son cruciales para reducir la elongación del globo ocular. La clave entonces sigue siendo la reducción en el diámetro de la zona óptica posterior, y en la generación de PPR más positivos. (1)

Referencias

1.        Gruhl J, Widmer F, Nagl A, Bandlitz S. Factors influencing treatment zone size in orthokeratology. Contact Lens and Anterior Eye. 2023.

2.        Pauné J, Fonts S, Rodríguez L, Queirós A. The role of back optic zone diameter in myopia control with orthokeratology lenses. J Clin Med. 2021 Jan 2;10(2):1–14.

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