Los nuevos usuarios de lentes de contacto blandos (LCB) generalmente experimentan satisfacción con los lentes en términos de comodidad y bienestar visual. Sin embargo, a veces se presentan interrupciones en el uso, a pesar de los avances continuos en los diseños de LCB, que han generado materiales convenientes, tratamientos de superficie que garantizan la humectación y posibilidad de horarios de uso importantes según las necesidades del usuario. Se ha reportado hasta un 25 % de pacientes que dejan de usar los LCB posteriores al primer año debido a problemas con la visión o inconfort con el uso. Si bien es cierto que muchos de estos problemas pueden ser solucionados mediante el reajuste en la adaptación, se sabe que un número significativo de usuarios dejarán de usar los lentes por sí mismos sin consultar con el profesional. 

Al respecto, McMonnies (2023) realiza un estudio de revisión con el fin de identificar las posibles causas de deserción del uso de lentes de contacto a pesar de las propiedades beneficiosas de los LCB disponibles en la actualidad. Así las cosas, el autor reconoce los siguientes detonantes: en primer lugar, se describe que el uso de LCB en algunos casos se puede relacionar con cambios en la morfología de las glándulas de Meibomio y el margen del párpado. Lo anterior conduciría al aumento de la evaporación de la lágrima, al aumento de la fricción y la pérdida de humectación de la superficie frontal del lente y por supuesto, el ojo seco evaporativo secundario. También se ha afirmado que el LCB induce reducción de la densidad de las células caliciformes, también se reporta que la liberación de citoquinas por estas células puede afectar el funcionamiento de los lentes. Como consecuencia de lo anterior, se genera una deficiencia mucinosa que altera la estabilidad lagrimal y la humectación de los LCB.

McMonnies en su revisión describe un fenómeno que se podría denominar como: “aislamiento corneal por el lente de contacto”. La secreción de agua, electrolitos y proteínas de la glándula lagrimal está controlada por el cerebro, lo que permite que las fibras sensoriales corneales y conjuntivales respondan rápidamente a los cambios ambientales. Durante el uso de los LCB, la córnea y la conjuntiva paralimbal se mantienen más o menos aisladas de la estimulación de irritantes potenciales como temperaturas ambientales desfavorables, humedad, movimiento del aire y contaminación, así como la estimulación asociada con el parpadeo. La enfermedad de ojo seco y la queratopatía neurotrófica pueden desarrollarse como resultado de esta interrupción de los bucles de retroalimentación entre la superficie ocular y las glándulas lagrimales.

Como consecuencia de lo anterior, la deficiencia acuosa en el uso de lentes de contacto puede ser causada por el aislamiento de la superficie corneal de la estimulación normal de la región lid wiper relacionada con el parpadeo, así como de la exposición a las condiciones ambientales. Por lo general, la deficiencia acuosa se ha evaluado de manera cuantitativa utilizando tiras de Schirmer y evaluaciones del menisco lagrimal, pero la falta de proteínas y electrolitos en las lágrimas de la glándula lagrimal también puede ser un factor igualmente significativo en la sequedad ocular y las condiciones relacionadas con lentes de contacto con pobre humectación. 

Lo anterior es la base de teorías como la causa de la incomodidad de lentes de contacto que, en vez de estar causada por la estimulación corneal, estaría relacionada con la zona lid wiper, especialmente cuando los movimientos del lente con los parpadeos son limitados o no aparentes. Esto se debe a que la superficie ocular está aislada de los movimientos de la zona lid wiper del párpado y las influencias que el lente puede generar en el entorno. Se ha afirmado que el margen del párpado tiene la mayor sensibilidad mecánica en comparación con la conjuntiva bulbar y la conjuntiva tarsal.

De lo anterior se desprende que la principal causa de la epiteliopatía lid wiper parece ser la fricción relacionada con el parpadeo con la córnea o un lente de contacto. Por este motivo, se propone que los usuarios de lentes de contacto puedan identificar los síntomas de incomodidad mediante la tinción en la zona lid wiper. En el usuario de LCB, este factor de fricción se puede agravar cuando existe degradación de la superficie del lente, una disminución de la humectabilidad, y la existencia de depósitos superficiales. Dado que la película lagrimal se divide en capas pre y postlente, es probable que el riesgo de una reducción en la lubricación de los movimientos de la región lid wiper sea mayor durante el uso de lentes de contacto.

Otro factor desencadenante identificado en la revisión del autor tiene que ver con la neuropatía en la superficie ocular. El epitelio corneal saludable produce factores neurotróficos para respaldar el trofismo nervioso subepitelial. Sin embargo, para la mayoría de los usuarios de LCB, la renovación del epitelio corneal se ralentiza debido al uso de los lentes, lo que causa supresión de la proliferación y migración celular, aumentando el tamaño de las células epiteliales superficiales en consecuencia, incluso con el uso de lentes desechables. 

Nuevamente, el hecho de que la superficie ocular esté aislada de la fricción de la región lid wiper relacionada con el parpadeo por un LCB, puede ayudar a explicar la descamación retardada de las células epiteliales superficiales. La protección contra la fricción relacionada con el parpadeo también puede ser perjudicial para la distribución de mucina y el mantenimiento de un glicocálix protector. En consecuencia, la lenta renovación celular epitelial con el uso de LCB aumenta la duración de la exposición a la toxicidad de las lágrimas post-lente por cualquier grado de estancamiento.

Los anteriores son algunos de los factores que McMonnies encontró que pueden explicar las fallas en la homeostasis de la superficie ocular que conllevan a la deserción del uso de LCB. Esto indica la necesidad de investigar con más profundidad, para que se produzcan modelos de materiales y diseños que eviten los daños potenciales mencionados, y promuevan el uso seguro y prolongado de los LCB.

Adaptado de: 
1. McMonnies CW. Why are soft contact lens wear discontinuation rates still too high? Expert Rev Ophthalmol. 2023;18(1):11–8

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