Hace algún tiempo llegaron al mercado óptico mundial unos aditamentos creados como una ayuda de emergencia para aquellas personas, especialmente los adultos mayores que perdían sus lentes y requerían hacer sus actividades de cerca mientras lograban programar su consulta. Me refiero a las gafas preestablecidas para la lectura, conocidas también como “gafas listas”. Como mencioné anteriormente, era una medida de apoyo momentáneo y rápido para un problema visual denominado presbicia, que, dependiendo de su grado de avance, produce discapacidad visual en visión próxima.
La venta de estas se inició en farmacias, estrechamente relacionadas con el tema de salud, pero posteriormente se encontraron en supermercados, tiendas misceláneas, locales de venta de elementos para fotografía, entre otros. Hoy en día, las ventas se realizan por catálogo o páginas de internet. Desafortunadamente, se convirtieron en un producto de distribución libre y sin ningún control sobre su comercialización. En muchas ocasiones, se ofertan con el sistema ensayo-error; es decir, el comprador las va probando y con las que decide “que puede leer” y “se siente bien”, las adquiere sin tener en muchos casos ningún tipo de formulación realizada por un profesional. En el caso de las revistas y de las tiendas virtuales, se advierte que una vez compradas si no son las adecuadas no tienen opción de cambio.
Este tipo de elementos presentan varios inconvenientes a nivel óptico, tanto visuales como mecánicos. Por ejemplo, los centros ópticos de estos lentes, en un alto porcentaje, no coinciden con la distancia nasopupilar del paciente, lo que genera prismas inducidos. Las curvas base de los lentes no cumplen con los estándares exigidos y no traen ningún tipo de filtro o tratamiento. Si se analiza la fórmula, en muchas ocasiones, no corresponde a la que indica. Además, si el paciente tiene diferente refracción en cada ojo o tiene un astigmatismo, estos lentes no lo compensan. Finalmente, los materiales en que se fabrican estas gafas no son los adecuados.
Todo lo anteriormente mencionado indica que las “gafas listas” no se basan en las normas dictadas por organizaciones como ANSI, ISO, y para el caso de Colombia, las NTC (Normas Técnicas Colombianas) avaladas por ICONTEC. Por lo tanto, estos productos no cumplen con la trazabilidad exigida en muchos países.
Estos elementos no cumplen con las tecnologías y requisitos solicitados para un dispositivo médico hecho a medida para la salud visual y ocular (DMSVO). Por lo tanto, toda persona que los adquiera está atentando contra su salud visual, ya que estos lentes no garantizan calidad ni seguridad al 100 %.
Jimmy Fernando Reyes D. OD – MSc
Docente Universidad de La Salle
Editor del Área de Lentes Oftálmicos
REFERENCIAS
American National Standard Institute. (2020-revisión). Requirements for ophthalmic lenses. ANSI Z80.1.1997. Washington: ANSI.
Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación. (2011). Norma Técnica Colombiana. NTC5847. Óptica oftálmica. Lentes oftálmicos montados. Bogotá: Icontec.
Internacional Organization for Standardization. (2015-revisión). Requirements for ophthalmic lenses. ISO 9001-1997. Ginebra: ISO.
Ministerio de Protección Social. (2007). Decreto 1030, Articulo 2 “dispositivos médicos sobre medida para la salud visual y ocular para uso humano”. Bogotá.
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