Los anteojos son más que un accesorio que mejora la visión, son un complemento que permite dar vida al rostro y cambiar por completo el aspecto de una persona.
Para crear un estilo se debe considerar la forma del rostro, la coloración (cabello, ojos y piel), el peinado, la personalidad, la prescripción y algo muy importante que suele pasarse por alto: dónde y cuándo se van a utilizar los anteojos. Todos estos elementos son claves a la hora elegir la mejor forma, tamaño, grosor y material del marco y los lentes que complementarán el mejor el look masculino.
Los anteojos ideales marcan la diferencia, con ellos se puede llamar la atención, lucir un aspecto serio, ser alguien divertido o verse elegante, todo depende de cómo quiere el paciente que el mundo lo vea.
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