La epiescleritis es la inflamación de la capa más superficial de la esclera, la episclera, una capa delgada de tejido que tiene la propiedad de manifestarse bruscamente cuando la afecta un proceso inflamatorio. Se considera una afección benigna y se han identificado cuatro factores principales como causantes de espiescleritis. A saber: respuesta alérgica, reacción autoinmune, enfermedad vascular e infecciones. Los principales síntomas son enrojecimiento, eritema, secreción transparente e inconfort y aunque el dolor marcado no es una manifestación clínica característica, es evidente la posibilidad de presentarse de forma leve. (1,2)
Es importante también tener en cuenta que en muchos casos la epiescleritis es idiopática y tendrá un comportamiento autolimitado; sin embargo, se debe prestar mucha atención cuando se asocia con alteraciones sistémicas autoinmunes como la artritis reumatoidea, enfermedad de Crohn o lupus eritematoso sistémico generalizado. Por otro lado, algunas infecciones que pueden generar preocupación y que se asocian con epiescleritis son la sífilis, enfermedad de Lyme o de origen viral como el herpes. Y, por último, se reporta que las enfermedades vasculares sistémicas tienen una alta frecuencia en la etiología de la epiescleritis. (1,2,3)
Para diferenciar la epiescleritis de una escleritis, que es una inflamación más profunda, se suele usar fenilefrina al 2.5 % o al 10 %, la cual produce vasoconstricción de los vasos epiesclerales pero no de los esclerales. Con base en la clasificación de la epiescleritis, se puede categorizar como simple y nodular, siendo esta última la de mayor potencial sintomático. Ahora bien, el enrojecimiento que se presenta en la epiescleritis es particular. Al no haber edema escleral y aunque el plexo vascular puede estar congestionado, la hiperemia se presenta con frecuencia en forma sectorizada, donde también se podrán apreciar una decoloración con apariencia de degradado de colores que va de rosado salmón a rojo. (4,5,6) Ver Figura 1.

Figura 1. A la izquierda, epiescleritis manifestada con una hiperemia sectorizada color rosa salmón en la región nasal. A la derecha, la hiperemia se muestra en el cuadrante temporal inferior.5,6

En cuanto al tratamiento, se proponen esquemas de manejo con AINES vía oral y/o tópica, AINES tópicos con lubricantes oculares, y en casos recurrentes se ha contemplado el uso de inyecciones perioculares de corticoides y corticoides orales o tópicos. Pero, también se ha reportado que cuando se asocia a artritis reumatoidea, se ha recurrido a medicamentos como la hidroxicloroquina, metotrexato, y leflunomida. (5)

Para comprender un poco más acerca de los cambios estructurales que se presentan en la epiescleritis, Hau et al., realizaron un estudio con el fin de observar la epiesclera a través de OCT de segmento anterior (AS-OCT). Se midieron variables como la densidad vascular, el espesor escleral, espesor del epitelio conjuntival y relación epiesclera – esclera y epiesclera – conjuntiva. Los resultados revelaron diferencias entre las variables medidas en epiescleritis, comparadas con las medidas en los controles. Aunque es pronto para establecer tendencias en los cambios al ser una prueba piloto (n=13 espiescleritis, y n=13 controles), se determinó que el AS-OCT puede convertirse en una herramienta complementaria en la valoración de los pacientes con espiescleritis; en especial, en los casos de espiescleritis nodular, valorando el potencial daño estructural a esta capa.7 Ver Figura 2.

Figura 2. Paciente con epiescleritis sectorial difusa. A. Observación mediante lámpara de hendidura. B. Densidad vascular a nivel del epitelio conjuntival. C. complejo conjuntiva-epiesclera. D. complejo epiesclera-esclera.7

Lo anterior lleva a la reflexión acerca de la importancia de una valoración completa del paciente con epiescleritis en términos de las asociaciones sistémicas, infecciosas o idiopáticas, que pueden llevar a un manejo sencillo en consultorio o a una remisión para estudio de salud especializado.

Referencias

1.        Goyal L, Ajmera K, Pandit R. Reoccurring Episcleritis and the Role of Antioxidants. Cureus. 2022;14(4):13–5.

2.        Xu TT, Margaret M. Reynolds, Hodge DO, Smith WM. Epidemiology and Clinical Characteristics of Episcleritis and Scleritis in Olmsted County, MN. Am J Ophthalmol. 2020;217:317–24.

3.        Yang L, Ji S, Wang L, Zhang Y. Episcleritis in a patient with mucosal melanoma treated with interferon alfa-2b and radiotherapy: A case report. J Med Case Rep. 2018;12(1):10–3.

4.        Thong LP, Rogers SL, Hart CT, Hall AJ, Lim LL. Epidemiology of episcleritis and scleritis in urban Australia. Clin Exp Ophthalmol. 2020;48(6):757–66.

5.        Promelle V, Goeb V, Gueudry J. Rheumatoid arthritis associated episcleritis and scleritis: An update on treatment perspectives. J Clin Med. 2021;10(10).

6.        Méndez Mangana C, Barraquer Kargacin A, Barraquer RI. Episcleritis as an ocular manifestation in a patient with COVID-19. Acta Ophthalmol. 2020;98(8):e1056–7.

7.        Hau SC, Devarajan K, Ang M. Anterior Segment Optical Coherence Tomography Angiography and Optical Coherence Tomography in the Evaluation of Episcleritis and Scleritis. Ocul Immunol Inflamm [Internet]. 2019;29(2):362–9. Available from: https://doi.org/10.1080/09273948.2019.1682617

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