¿Qué es lo que vende más? un precio bajo, una buena calidad o un servicio rápido, esos son algunos de los factores que se utilizan cuando se quiere competir en el mercado de los laboratorios ópticos; sin embargo, nos enfocamos en la guerra de precios, si mi competencia bajó sus precios yo igual, y se vuelve un circulo vicioso con el que dañamos el mercado de competencia sana.

A su vez están las ofertas del 2×1 y promociones como: “te regalo unos lentes solares por la compra de un lente transparente” y tampoco podemos olvidar al cliente regateador que busca de cualquier manera un descuento.

Estos factores competitivos no son malos, ¿pero en realidad son los adecuados para obtener ganancias en nuestros negocios?

Cuál es el valor agregado que puede dar un laboratorio para que sus clientes u ópticas puedan sentirse seguros y no caer en estrategias que dejen un margen bajo en sus ingresos.

Las materias primas disponibles en el mercado actualmente tienen una variedad de precios y calidades. Si nosotros en el laboratorio lográramos organizar los rangos de fórmulas y determinar qué material es más conveniente para cada una, esto nos ayudaría a ofrecer un precio adecuado y nos evitaría un problema común en el momento de la venta, por ejemplo, “llega un paciente con una prescripción alta de -12.00 dioptrías y se le vende un CR39. Al llegar al laboratorio este trabajo es bastante complejo de elaborar, tanto por estética, como por su fabricación en las máquinas, nos generará un margen muy bajo de utilidad, en cambio, si se hubiese tenido la tabla de rangos el vendedor habría usado otro material como policarbonato o un alto índice 1.6, con lo que se lograría hacer un trabajo estético y una buena ganancia. Este ejemplo nos muestra la realidad de lo que pasa cuando no tenemos información clara de lo que estamos fabricando, y muchas veces se pierde credibilidad y clientes por ofrecer de todo a un precio bajo.

Los valores agregados que pueden ofrecer los laboratorios ópticos son capacitación al cliente, calidad y tiempos de entrega, entre otros. El tener un precio bajo no garantiza que siempre vas a vender. Se debe competir con un extra que no perjudique a los demás, esto es un gana-gana para todos.

Las estrategias de marketing ayudan bastante porque te hacen visible, si no te ven no te compran tu producto, y al ofrecerlo desconfiarán. Esto también aplica dentro del laboratorio, véndele la idea de competencia sana a tus operarios, que ellos sepan que lo que están fabricando es en primer lugar, salud visual y el mejor producto del mercado. Cambiemos nuestro chip de precio bajo y evolucionemos la idea que hoy se puede competir con buenas estrategias innovación y lo mejor de todo, educar para que cuando ofrezcas tu trabajo, paguen el valor correcto.

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