L.O Donají López Cobilt Docente en el Instituto Jalisciense de Ciencias de la Salud Coordinadora del Centro de Baja Visión del Bajío

Dando continuidad a los recursos disponibles para usar en el proceso de en personas con discapacidad, se presentan las lupas electrónicas, las cuales forman parte del grupo de herramientas tiflotecnológicas para la baja visión. Su uso es cada vez más popular a pesar de su costo, debido a que ofrecen comodidad y tienen funciones que mejoran las características ópticas de quien las utiliza.

Cabe destacar que las lupas electrónicas no son un sustituto de la mejor corrección óptica sino un complemento que sumará para lograr la independencia de los pacientes. Pero, los profesionales en rehabilitación seguramente se han preguntado ¿Cuál es la mejor opción? o ¿Qué componentes debe tener una buena lupa electrónica? En este artículo se mencionarán algunas de las características de las ayudas ópticas electrónicas para facilitar la elección de un dispositivo útil y óptimo para cada paciente.

CLASIFICACIÓN SEGÚN SU USODispositivos portables: estos suelen ser muy útiles debido a la facilidad de trasladarlos y utilizarlos en diferentes espacios, son ligeros y cuentan con baterías de larga duración.

Dispositivos estáticos

como su nombre lo indica, deben de estar en un solo lugar debido a que suelen ser pesados y requieren de muchos cuidados para su transportación, ya que suelen estar conformados por un sistema de CCTV (circuito cerrado de televisión); sin embargo, su complejidad permite que estos cuenten con herramientas complementarias para facilitar su manejo, como el sistema OCR (reconocimiento óptico de caracteres), que verbaliza el contenido escrito.

Dispositivos mixtos

tienen la apariencia y propiedades de un dispositivo portátil, con la diferencia de que cuenta con una entrada HDMI que permite que al usarlo con un cable de las mismas características en conjunto con una pantalla, funcione la imagen de interés. La cual es magnificada de la misma de manera para que posibilite una observación más cómoda combinando la magnificación angular (en la lupa electrónica) con la magnificación relativa al tamaño del objeto (según el tamaño de la pantalla).

CARACTERÍSTICAS DE UN DISPOSITIVO ÓPTIMO

Ergonomía: la importancia de esta radica en que entre mejor sea el diseño es más fácil de manipular para el usuario, algunos dispositivos (especialmente los portátiles) cuentan con versatilidad en su diseño, lo que permite que el sujeto seleccione la opción que le sea más cómoda. Por ejemplo, si el dispositivo es para un adulto mayor con artrosis avanzada; este tipo de pacientes se caracterizan por tener dificultades para ejecutar tareas que requieren motricidad fina, ya que ésta suele ser limitada y en la mayoría de los casos experimentan dolor al realizar tareas como la escritura o sostener objetos, por lo que sujetar una lupa, ya sea óptica o electrónica, será algo que se dificulte, a menos que el dispositivo cuente con alguna opción que le permita usarlo sin necesidad de sostenerlo. Esta misma ergonomía, se verá reflejada en el tiempo de uso del dispositivo, así como en las posturas que los pacientes suelen adquirir al utilizarlos.

Peso: dispositivos más pesados serán más difíciles de manipular o comprometerán el tiempo de uso efectivo del mismo, por lo que esto deberá ser considerado según la tarea a realizar y las características del paciente (edad, discapacidades asociadas).

Tamaño de la pantalla: siempre se debe considerar el tamaño de esta, ya que uno de los objetivos de las lupas electrónicas es lograr la magnificación del objeto de interés, pero es importante recordar que a mayor magnificación se reducirá el campo visual, como consecuencia el paciente solo percibe una porción de la imagen, en el caso de que la pantalla sea muy pequeña esta desventaja aumentará.

Control de iluminación: existen diferentes causas que pueden producir baja visión y, con frecuencia, los pacientes pueden experimentar dificultades para adaptarse a diferentes condiciones de iluminación. Esto puede hacer que en algunos casos requieran más o menos iluminación. Por ejemplo, las necesidades de iluminación pueden ser muy diferentes en pacientes con opacidades en medios refringentes que en pacientes con distrofia de conos y bastones. Por esto, es necesario que el dispositivo tenga una función de fácil manejo para que el mismo usuario pueda hacer estos ajustes según su necesidad.

Ajuste de magnificación: la magnificación deberá ser calculada por el optómetra, sin embargo, el ajuste de ésta deberá ser regulado por el paciente. Por lo tanto, dicho ajuste deberá ser de fácil acceso.

Manejo y selección de contraste: debido a la naturaleza de las distintas patologías que producen baja visión es común que los pacientes experimenten alteraciones en la visión cromática y de la sensibilidad al contraste, por lo que contar con distintas opciones de contrastes puede facilitar la percepción de los objetos y, en el caso de las lupas electrónicas, reducir la astenopia. Las anteriores, son características para tener presente en la toma de decisiones en cada caso en particular dentro de su proceso de rehabilitación, es importante tener presente que los dispositivos electrónicos deben ser recomendados con mesura y teniendo en cuenta el perfil del paciente. Hay que poner en primer lugar el beneficio de este, lo que facilitará la adquisición del dispositivo, una vez que el paciente considere el costo-beneficio.

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