El glaucoma es la causa más común de ceguera irreversible. En este Mes Mundial de la Visión se hace un llamado para generar acciones para evitarla. La enfermedad que amenaza la visión, se define por la degeneración progresiva de los axones de las células ganglionares de la retina con la correspondiente pérdida del campo visual. A pesar de los tratamientos actuales para reducir la presión intraocular, el 15% de los pacientes con glaucoma quedan ciegos y hasta el 42% perderá la visión de un ojo.
Por el peso que tiene el glaucoma en la discapacidad visual y ceguera, en el mes mundial de la visión se informa acerca de la investigación realizada por un equipo de investigadores del Centro de Excelencia de Neurociencia de LSU Health New Orleans y la Universidad de Copenhague que proporciona la primera evidencia de que los pacientes con hipertensión ocular pueden exhibir una protección antioxidante superior que promueve la resistencia a la presión intraocular elevada asociada con el glaucoma. Sus hallazgos se publicaron en línea en la revista Journal of Clinical Medicine.
En general, los pacientes con glaucoma son vulnerables al aumento de la presión intraocular. Sin embargo, un grupo particular de pacientes no tiene neurodegeneración glaucomatosa a pesar de la presión intraocular alta: los pacientes con hipertensión ocular.
El documento informa del descubrimiento de un nuevo mecanismo para explicar por qué los pacientes con hipertensión ocular no tienen glaucoma. Este es el primer estudio que evalúa el estrés oxidativo y los agentes antioxidantes en pacientes con glaucoma de tensión normal e hipertensión ocular durante el estrés por oxígeno.
Según la Academia Americana de Oftalmología, la hipertensión ocular es cuando la presión dentro del ojo (presión intraocular o PIO) es más alta de lo normal. Los autores encontraron que los pacientes con hipertensión ocular tienen una mayor capacidad antioxidante y niveles más altos de mensajeros químicos antiinflamatorios derivados de omega-3 involucrados en el mantenimiento de la función celular en su plasma en comparación con los pacientes con glaucoma de tensión normal y controles de la misma edad. La abundancia de estos mensajeros químicos de ácidos grasos omega-3 proporciona una defensa antioxidante y, como consecuencia, una resistencia potencial a la presión intraocular elevada y la neurodegeneración glaucomatosa, al eliminar los aumentos del estrés oxidativo sistémico.