A pesar de los avances tecnológicos que han permitido la talla de lentes oftálmicos asistidos por software, logrando una precisión y exactitud sin precedentes en la fórmula requerida para el paciente, no se deben pasar por alto los aspectos relacionados con la mecánica oftálmica para lograr adaptaciones precisas que no ocasionen molestias ni sintomatología al usuario de anteojos. Es importante recordar que la tecnología nunca podrá remplazar los aspectos físicos y matemáticos que garantizan que un paciente vea bien y luzca bien desde el punto de vista cosmético.

La mecánica oftálmica es aplicable para todos los diseños de lentes, desde monofocales hasta progresivos de tecnología free form. Siempre debemos tener en cuenta la distancia mecánica de la montura en relación con la distancia pupilar del paciente, con el fin de evitar lentes gruesos, que requieran de una gran descentración o, peor aún, que induzcan prismas por una mala selección de montura o armazón. Además, es de suma importancia tener en cuenta que una montura de marco completo ofrece lentes más delgados en comparación con monturas tres piezas o al aire, que requieren lentes más gruesos en la periferia para permitir perforaciones o ranurados sin que el lente presente daños, eso se conoce como espesor crítico de borde.

 

La distancia mecánica es la longitud comprendida entre el diámetro horizontal de un aro más el tamaño total del puente de la montura. Cuando este valor es igual a la distancia pupilar de la persona a la que se le realiza la adaptación, se obtienen los lentes más delgados posibles para ese paciente, teniendo en cuenta la fórmula, el material del lente seleccionado y la montura elegida. Esto se logra al aplicar la siguiente ecuación: distancia mecánica menos distancia pupilar, dividido entre dos (DM-DP/2). El resultado ideal de esta operación es cero. Si el valor de la operación da como resultado cinco, el lente final tallado, se encuentra en el límite de quedar grueso y se corre el riesgo de tener que descentrarlo mucho en el momento del montaje para no inducir prismas. Ahora bien, si el resultado final al resolver la ecuación planteada es superior a cinco, lo más seguro es que la descentración no cubra la distancia pupilar del paciente por lo que se generan prismas inducidos (lo que ocasiona síntomas y la no adaptación) y adicionalmente lentes muy gruesos y nada estéticos.

La magia en de una adaptación exitosa se encuentra en aplicar de manera adecuada las fórmulas físicas y matemáticas proporcionadas por la mecánica oftálmica. Estas nunca van a cambiar o variar así se trate de la talla de un lente con tecnologías avanzadas. Por lo tanto, es fundamental comprender que, aunque el lente se elabore con procesos muy específicos y detallados, el dispositivo óptico no es “mágico” o “autónomo” para adaptarse a las condiciones anatómicas o físicas del paciente cuando no hay cálculos precisos para generar el lente o se tiene una selección no adecuada de la montura a usar.

REFERENCIAS

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Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación. (2011). Norma Técnica Colombiana. NTC5847. Óptica oftálmica. Lentes oftálmicos montados. Bogotá: Icontec.

Marin, M., Cifuentes, A., & Perdomo, C. (2008). Prims induced by optical descentrations in the lenses of free sale with reference of ophthalmic lenses and evaluation of the visual comfort in presbyope patients over 40 years . Ciencia y Tecnología para la Salud Visual y Ocular(11), 53-59.

Ministerio de Protección Social. (2007). Decreto 1030 . Bogotá.

Perdomo Ospina, C. (2009). Fundamentos en lentes oftálmicos. Bogotá: Ediciones Unisalle.

Reyes Domínguez, J. F. (2019). Excelencia en el manejo de la óptica y servicio al cliente. Bogotá: Ediciones Unisalle.

Salvadó Arqués, J., & Fransoy Bel, M. (2000). Tecnología óptica. México: Alfaomega.

Jimmy Fernando Reyes D. OD – MSc
Docente Universidad de La Salle
Editor del Área de Lentes Oftálmicos
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