La vista es uno de los sentidos más preciados, pues nos conecta o desconecta del mundo a través de imágenes. Por eso, tenemos un compromiso incondicional con cada paciente, su confianza debe ser correspondida con nuestro profesionalismo y afecto.

Cuando recibimos un paciente con temores, y expectativas es nuestra responsabilidad darle la atención que necesita con altura. Por eso quiero iniciar esta columna con la sugerencia de ver al paciente desde la perspectiva más humana posible, y asimismo, debemos examinar, investigar y disfrutar el examen con pasión, documentando y recolectando su información para ponerla al servicio de su tratamiento y bienestar. También quiero abrir la posibilidad para que compartan sus experiencias para discutirlas en este espacio.

En la evaluación del fondo de ojo, resulta fundamental analizar con tranquilidad todo lo que el paciente reporta para conectarlo con sus hábitos, antecedentes médicos, quirúrgicos y familiares, porque allí hallaremos muchas pistas acerca de lo que podremos encontrar o al contrario de lo que se está ocultando, pero está presente.

 

La evaluación exhaustiva con biomicroscopia y de fondo de ojo, permitirá presumir, plantear hipótesis y realizar una impresión diagnóstica. Incluso, se debe considerar dilatar la pupila, para despejar cualquier sospecha clínica. El examen de fondo de ojo en particular, ya sea con lámpara de hendidura u oftalmoscopio indirecto, es imprescindible, pues nos permite analizar extremos del cristalino, el humor vítreo, el nervio óptico y la retina central y periférica. Con el resultado se solicitan exámenes que nos permiten confirmar el diagnóstico y definir un tratamiento médico o quirúrgico.

¿Cuál es el límite de nuestro compromiso con el paciente visto como un ser humano? No hay límites en el análisis y el estudio del fondo de ojo de cada caso, no solo sospechar qué sucede con el paciente, sino hacer hipótesis para abrir el horizonte del diagnóstico y tratamiento al máximo de las posibilidades. Indagar sobre posibles enfermedades sistémicas que puedan estar comprometiendo el ojo y trabajar con supra especialistas que aporten las fichas necesarias del rompecabezas que nos sirve para formular un tratamiento.

Muchos problemas del fondo de ojo tienen su origen en enfermedades sistémicas y generales, por eso resulta fundamental contar con un equipo multidisciplinario de profesionales que además de especialistas en cada parte del ojo, debe incluir inmunólogos, reumatólogos y endocrinólogos, y de acuerdo al caso, ser coordinados por un director de orquesta que dirige la investigación de cada paciente.

Cuando pienso en las bondades de una visión sana recuerdo a los pintores impresionistas que visité en el museo de Orsay, en París, donde la interpretación de la luz y los colores que hicieron estos artistas producen emociones indescriptibles. Esa es la misma emoción que millones de persona esperan poder disfrutar cada día de su vida, los colores, el cielo, las hojas y el movimiento de los cuadros son posibles gracias al trabajo del especialista de la visión, a mí me hizo entender la importancia de una visión sana, y hoy en día, lo recuerdo cada vez que un paciente atraviesa mi puerta. Pasión por el ojo

 

 

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