Todas estas controversias que hemos estado discutiendo, más allá de la forma de aplicarlas, cuándo aplicarlas y cuándo detener los tratamientos, también es importante, muy importante, diría yo, conocer realmente qué tanta efectividad tienen. Estoy de acuerdo con la frase que dice: “es mejor hacer algo que no hacer nada”. Recientemente, tuve la oportunidad de ver a dos gemelas que estaban usando lentes de armazón con bifocal Flat-Top. Cuando pregunté a sus padres por qué estaban usando bifocales, en realidad no supieron decir con certeza la razón de su uso.
Obviamente se trataba de niñas miopes a quienes se les había sugerido esta intervención para ralentizar la progresión de la miopía. Sin embargo, sabemos que este tipo de intervención no es tan efectiva como otras; aun así, considero que el profesional tuvo la mejor intención de hacer algo por controlar esa miopía.
Esto se debe a que las investigaciones sobre técnicas nuevas o modificadas para controlar la progresión de la miopía siguen apareciendo, y al mismo tiempo surgen controversias sobre qué tan efectivas y seguras son estas intervenciones.
Últimamente, se ha estado hablando acerca de la terapia repetida de luz roja de bajo nivel (RLRL, por sus siglas en inglés). La teoría de esta terapia es crear una alternativa efectiva en el tiempo para aumentar la exposición a la luz brillante en los niños y así controlar la miopía. Un estudio llevado a cabo en China demostró que esta técnica tiene una alta efectividad, observando un crecimiento de la longitud axial de solo 0.13 mm y -0.20 D de refracción al año de seguimiento. Incluso, aunque no se tiene claro el mecanismo, se observó una disminución de la longitud axial en el 40 % de los niños que participaron en el estudio. ¡¡Impresionante!! pero viene la controversia: ¿qué tan seguro es el tratamiento?, ¿cómo reaccionan a esta terapia otras etnias?, ¿cuál es el efecto rebote al término del tratamiento?, etc. Todo esto continúa en estudio, esperando obtener más datos a mediano plazo que nos permitan utilizar esta terapia de forma segura.
Otros aspectos a considerar son el excesivo trabajo en visión próxima asociado a la miopía y la sintomatología de fatiga visual digital con el uso de dispositivos digitales, que se ha incrementado después de la pandemia. En este caso, hay versiones encontradas entre algunos métodos para aliviar esta situación, como la regla del 20-20-20 que, aunque puesta en práctica, no siempre causa el efecto deseado. Además, recientemente se han publicado algunos estudios acerca de la cantidad de factor de compresión al usar la técnica de ortoqueratología para control de miopía. Se han utilizado factores de compresión de hasta 1.75 D, y algunos resultados muestran que pueden ser más efectivos en el control de la miopía. Sin embargo, estos parámetros no son medidas absolutas confiables y pueden variar entre los diferentes diseños de lentes para ortoqueratología. Es importante manejar estos aspectos con precaución y siempre basados en la evidencia científica.
