Javier Oviedo P. OD.
Director @javieroviedo

Hace algunos meses iniciamos la tarea de entrevistar a los directores de programas de formación en Optometría de América Latina con el objetivo de registrar el estado actual de la academia y predecir el futuro de la profesión. Hasta el momento hemos conversado con más de 15 instituciones de educación en algunos países de la región, pero aún nos quedan alrededor de 80 por contactar. Durante esas entrevistas hemos recogido información interesante que vale la pena compartir desde ahora por la gran influencia que tiene en el comportamiento del sector.

El continente cuenta en la actualidad con un mayor número de programas de formación en Optometría y cada uno de ellos registra un aumento en la cantidad de estudiantes, por tanto, más profesionales están haciendo parte de la oferta de servicios y productos de salud visual. Aunque esto parece lógico, es importante recordar que en muchos países, hasta hace pocos años, no había programas formales de educación en Optometría y Óptica, lo que afectaba negativamente el crecimiento de la actividad. Así que, frente a esta propuesta de educación muy bien estructurada, se espera una fuerte evolución de la Optometría, tanto a nivel profesional como en el comportamiento comercial.

En el gremio, sin duda, predomina el sector femenino, pues de acuerdo con los directores de los programas, alrededor del 70 % de los estudiantes pertenecen a este género. Aprox. 40 % de los graduados inician su emprendimiento tan pronto terminan sus estudios y, en promedio, la duración de los programas es de 4 años, aunque algunos programas exigen cumplir créditos académicos en 3 años, otros en 4 y algunos en 5 años. Es difícil entender las diferencias, ya que, en la mayoría de los países, todos los profesionales pueden hacer lo mismo. Esta situación genera una división interna en el país, pues aquellos que estudian por más tiempo, sienten que todos deberían tener la misma intensidad académica para ejercer, por tanto, hay una división en el gremio.

Los contenidos académicos son muy similares, el mayor interés está centrado en las áreas clínicas, sin descuidar la óptica. También se incluyen temas administrativos y de mercado, cada uno con prioridad en algunas áreas para generar la diferencia. Todo este trabajo refleja la evolución en América Latina hacia una Optometría clínica óptica. Esto es muy interesante, porque junto con el aumento de ópticas en el continente, también se ha incrementado el número de clínicos que, desde sus consultorios, brindan atención a la población y obtienen ingresos por servicios profesionales, combinando esta actividad con la oferta de productos de la óptica. Anteriormente, el concepto de consultorios independientes e ingresos por servicios profesionales era muy poco común en la región. Sin embargo, en la actualidad, no solo se ha vuelto habitual encontrarlos, sino que también es frecuente ubicarlos cerca del consultorio del oftalmólogo o establecer una relación de sociedad, lo que abre la posibilidad de ampliar el servicio clínico.

El reporte acerca de las prácticas clínicas muestra que se realizan con tecnología avanzada, sin descuidar los conceptos fundamentales de la tecnología tradicional. Estas prácticas inician muy temprano en el ciclo académico a través de experiencias en laboratorio con simuladores físicos y virtuales, tecnología que, al duplicar el sistema, facilita la comprensión de todo tipo de conceptos. Gran parte de esa tecnología ha sido desarrollada por profesionales de la visión latinos, lo que permite el paso secuencial a las evaluaciones, primero con compañeros y luego con los pacientes, bajo la supervisión de sus profesores, hasta llegar a las prácticas extramurales. Se espera que el sector incremente su prestigio y campo de acción al brindar una atención de calidad y ser de gran utilidad en la vida cotidiana de la población. Mejores equipos de diagnóstico, tratamientos y productos serán usados, porque la educación es el paso seguro para el crecimiento de cualquier actividad, en este caso, la educación clínica combinada con un interés genuino por mantener la salud ocular y la visión es una herencia valiosa, ya que prepararnos en temas clínicos genera conciencia e integralidad en relación con la salud de cada individuo.

Estamos descubriendo muchos otros aspectos que iremos compartiendo con la comunidad salud visual de América Latina. Es evidente que el futuro de la Optometría y Óptica de la región es muy positivo e interesante. De una parte, hay una población con una gran necesidad de ayuda profesional para superar condiciones visuales, oculares y ocupacionales que afectan su bienestar y representan una oportunidad para los profesionales de la visión. Y, de otra parte, cada vez más instituciones están formando y entregando a la comunidad profesionales capacitados para atender las necesidades de esta sociedad moderna.

Esto permitirá que nuestra profesión brille aún más, al mismo tiempo que los profesionales experimentan una gran satisfacción en su vida profesional.

Buenos tiempos soplan para la Optometría latinoamericana.

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