La retina es la parte del ojo sensible a la luz. La capa externa de la retina está compuesta por células fotorreceptoras, que generan una señal nerviosa en respuesta a la luz. Normalmente, esta capa de fotorreceptores está en estrecho contacto con el epitelio pigmentario de la coroides y la retina. Las células fotorreceptoras dependen de este contacto para su metabolismo. Si están separados de la coroides por un desprendimiento de retina, pueden dañarse irreversiblemente. Es por eso que el desprendimiento de retina es una emergencia ocular.
Entonces el término desprendimiento de retina (DR) se utiliza para describir la separación entre la retina neurosensorial y el epitelio pigmentario retinal (EPR) subyacente.
La forma más común es el desprendimiento de retina regmatógeno (DRR), el cual se produce como consecuencia de una rotura retinal (desgarro o agujero retinal). La segunda corresponde al desprendimiento de retina traccional (DRT), el cual se produce cuando existen adhesiones vitreoretinales que provocan una tracción mecánica que finalmente separa o desprende la retina del EPR. La tercera corresponde al desprendimiento de retina exudativo o seroso (DRE), el cual es producido por condiciones como tumores o inflamación, donde existe acumulación de líquido subretinal, sin tracción ni desgarros retinales asociados.
Los factores de riesgo para el desprendimiento de retina son:
- Edad (más común en pacientes de 50 a 70 años).
- Género (más común en hombres).
- Cirugía de cataratas, especialmente si se complicó por pérdida de vítreo.
- Miopía alta.
Síntomas
Los síntomas iniciales del desprendimiento de retina incluyen un aumento repentino de las moscas volantes, a veces con destellos de luz en la visión periférica. A medida que avanza el desprendimiento, puede haber un defecto del campo visual correspondiente. Cuando la mácula se desprende, habrá una pérdida repentina y severa de la visión, generalmente a menos de 20/200.
Signos clínicos
- El desprendimiento es visible como una membrana móvil gris dentro del ojo.
- La presión intraocular puede reducirse.
- El reflejo rojo suele ser pálido o gris, en lugar del naranja normal.
- Al examinar el ojo con una lámpara de hendidura, es posible que se vean células pigmentarias en el vítreo.
Para reconocer un desprendimiento de retina, se debe examinar la retina. Asegúrese de tener suficiente entrenamiento y práctica para desarrollar esta habilidad. Compruebe que el oftalmoscopio funcione y que haya bombillas y pilas de repuesto disponibles.
Tratamiento
El tratamiento exitoso y permanente del DRR depende de cerrar y sellar todas las roturas retinales con cirugía.
El tratamiento oportuno de un DRR ofrece un pronóstico favorable con un porcentaje de éxito anatómico (reaplicación de la retina) de alrededor de 90%, y una agudeza visual final de 20/20 a 20/50 en más del 50% de los casos. Los resultados son mejores en pacientes sin compromiso macular, (con la mácula aún aplicada), al momento de la cirugía. Por este motivo se considera un DRR con mácula aplicada una urgencia oftalmológica que requiere tratamiento a la brevedad.
La cirugía de explante escleral o cirugía clásicaconsiste en colocar un explante, generalmente de silicona, en el sector de la esclera donde se ubica el desgarro o en 360° (cerclaje o banda) cuya finalidad es crear una indentación de la esclera bajo el desgarro o agujero. De esta forma se reduce el espacio entre el EPR y la retina desprendida. Es importante destacar que el explante sólo logra el cierre de la rotura, pero no la sella. El sello se realiza utilizando láser o crioterapia para crear una cicatriz en la zona del desgarro lo que previene una eventual reapertura del mismo en casos en que se suelte el explante o sea necesario removerlo a futuro. La tasa de éxito de esta cirugía es de alrededor de 90%. Esta técnica ha sido desplazada por la vitrectomía.
También se utiliza la retinopexia neumática queconsiste en la inyección, con una jeringa y aguja pequeña (26 ó 30 gauge), de una burbuja de gas expansible en el espacio vítreo con lo que se cierra el desgarro y se evita el paso de líquido al espacio subretinal. Con esto se reestablece el equilibrio entre las fuerzas que mantienen aplicada la retina y ésta se reaplica. Se asocia con láser o crioterapia para sellar la rotura. Su gran ventaja es que es mínimamente invasiva. Se realiza con anestesia local y de forma ambulatoria. Es una técnica de bajo costo y con poca morbilidad. Se utiliza principalmente con DRR con desgarros superiores y requiere la colaboración del paciente para mantener su cabeza en la posición óptima que permita que el gas cierre la rotura.
Finalmente, la vitrectomía que consiste en entrar a la cavidad vítrea con instrumentos muy pequeños (instrumentos de 23 o 25 gauge transconjuntivales que no requieren sutura) y sacar la mayor parte del vítreo. Con esto se logra además liberar la tracción vítrea que existe sobre el desgarro. Ha desplazado a la cirugía clásica en la mayoría de los casos. Se utiliza además para casos complejos. Se reaplica la retina durante el intraoperatorio y se realiza láser o crioterapia. Se deja la cavidad vítrea con gas (se reabsorbe posteriormente) o con aceite de silicona (requiere ser extraído con una nueva vitrectomía). Su porcentaje de éxito es, al igual que las técnicas anteriores, de alrededor del 90%. Su principal complicación es la catarata durante el postoperatorio y el aumento de la presión intraocular.
REMISIÓN
Si se reconoce el desprendimiento de retina temprano y se remite inmediatamente, se podrá salvar la visión del paciente.
Por ser una urgencia ocular todos los profesionales de la visión deben estar preparados:
• Familiarícese con los síntomas y signos del desprendimiento de retina.
• Asegúrese de tener un oftalmoscopio que funcione adecuadamente y de que haya pilas y bombillos de repuesto disponibles.
• Averigüe dónde se encuentra un cirujano de retina más cercano y mantenga sus datos de contacto a los que todos en su práctica puedan acceder fácilmente.
• Practique SIEMPRE el examen de la retina.
REFERENCIAS
- Yorston D. Emergency management: retinal detachment. Community Eye Health. 2018; 31(103): 63.
- Claramunt LJ. Retinal detachment. Revista Médica Clínica Las Condes. Vol. 21. Núm. 6. páginas 956-960 (noviembre 2010).