Una nueva prenda de vestir se ha convertido en parte de nuestra rutina diaria: la mascarilla; no obstante, en las últimas semanas, la comunidad científica se ha dado cuenta de los posibles efectos en el ojo debido a que se ha visto un marcado aumento en los síntomas de ojo seco entre los usuarios habituales de mascarillas. Este grupo incluye a personas que nunca antes habían padecido resequedad ocular. Las personas que usan máscaras con regularidad durante un período prolongado parecen tener más probabilidades de mostrar síntomas, este grupo incluye a los ancianos, inmunodeprimidos y el personal de las clínicas y hospitales que usan máscaras casi todo el tiempo.

El problema se produce porque el flujo de aire que sube hacia arriba acelera la evaporación de nuestras lágrimas. La película lagrimal tiene una capa lipídica de protección que retrasa la evaporación natural de los líquidos, sin embargo, un flujo de aire caliente y húmedo desestabiliza esta capa protectora y aumenta la evaporación de la película lagrimal provocando los síntomas clásicos de ojo seco y sensación de cuerpo extraño.

Para solucionar este problema, se pueden usar máscaras con un alambre nasal flexible, prestando atención a que se adapte a la nariz la forma del alambre para evitar que el aire se dirija hacia los ojos. Las máscaras también se pueden pegar en la parte superior para impedir el flujo de aire ascendente, pero se debe tener cuidado para asegurarse de que no se inhiba el movimiento del párpado inferior.

Si estás experimentando síntomas de ojo seco debido al uso prolongado de la mascarilla puedes tomar descansos cada pocas horas para quitarte la mascarilla y permitir que tus ojos se recuperen. Visita a tu profesional de la visión para que el mire la posibilidad de formularte gotas lubricantes, para prevenir los síntomas al preservar la película lagrimal. También puede ser beneficioso que realices ejercicios de parpadeo.

Ophthalmol Ther. 2020 Sep; 9(3): 397–400.

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7362770/