Los enemigos más letales son aquellos que ignoramos por falta
de conocimiento o por exceso de confianza.

Las uveítis son enfermedades que producen inflamación dentro del ojo, con signos como células en el humor vítreo, el más importante o llamativo, (se cataloga numéricamente en cruces desde 1 a 4, siendo 1 el que menos células tiene), acúmulos de células pigmentadas en el endotelio llamados en¡ grasa de carnero por la forma de estos. Las uveítis han sido clasificadas de acuerdo al origen de la respuesta inmune y su resultado sobre el tejido afectado en granulomatosas y no granulomatosas. Esta es una respuesta inmunológica sistémica por lo tanto su clasificación permite un diagnóstico final más oportuno y acertado.

Estas interesantes enfermedades generalmente no están solas o son únicas en su ubicación, hacen parte de una enfermedad general o sistémica que ataca todo el cuerpo y cuando la encontramos en los ojos podemos sospechar de una gran enfermedad atacando. Estas enfermedades son temibles y muy dañinas cuando son desconocidas, pero tolerables cuando las diagnosticamos a tiempo, las personas aprenden a convivir con ellas si el especialista las trata. El diagnóstico suele tardarse en promedio 15 años o no diagnosticarse nunca. Teniendo en cuenta esta variable y que el compromiso del órgano afectado depende de la velocidad con la que sospechamos, diagnosticamos y hagamos el tratamiento antiinflamatorio sistémico de estas enfermedades, ya que estas nunca curarán, podremos minimizar el daño del globo ocular de las consecuencias inflamatorias como son el glaucoma, edema macular, desprendimiento de retina o la opacidad de la córnea que pueden llevar a la ceguera y al mismo tiempo la afectación de los tejidos del cuerpo con abundante colágeno como los dedos, columna vertebral, rodillas o lesión de órganos vitales como el riñón y el hígado.

Por lo tanto, como profesionales de la salud visual debemos estar atentos a signos ocultos o sutiles de estas enfermedades y rápidamente establecer asociaciones cuando encontremos ojo seco y/o rojo, disminución de la visión así sea leve, dolor articular de las manos, columna vertebral o pubis, celularidad en el humor acuoso o vítreo y empezar a sumar signos para decidir qué estudios se deben hacer y además debemos estar bien acompañados por un reumatólogo, ya que son indispensables en el estudio de dichas enfermedades que pueden ir desde una artritis reumatoidea típica o seropositiva ( factor reumatoideo +), hasta una artritis seronegativa (factor reumatoideo -) que necesita por parte del profesional más agudeza, sensibilidad, conocimientos, estar al día con cosas nuevas; dentro de estas tenemos múltiples vasculitis, uveítis primarias en las que no encontramos enfermedad asociada pero, hacen parte del fenómeno inmunológico del ojo y se deben controlar. Específicas como HLA B-27 + LUPUS, sarcoidosis, algunas muy especiales en variedad con Vogt Koyanagi Harada (más frecuentes en orientales), pero las vemos con alguna frecuencia en Colombia y uveítis infecciosas como toxoplasmosis, sífilis. herpes virus, citomegalovirus y muchas más.

Hay que estar atento a lo que podamos descifrar uniendo las fichas del rompecabezas que tenemos, de nuestra astucia y sensibilidad depende el diagnostico temprano de grandes enfermedades que pueden producir daño severo en el ojo y en múltiples órganos con presencia de colágeno.

 

 

 

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