La Ivermectina es un medicamento derivado de la avermectina B, comúnmente usado como antiparasitario. Su mecanismo de acción se basa en la afinidad que el fármaco tiene por el receptor del canal iónico de cloro regulado por glutamato, esto sucede a nivel del sistema nervioso periférico de los invertebrados como los nematodos y artrópodos. Esta afinidad genera un aumento de la permeabilidad al cloro, hiperpolarizando la membrana nerviosa, interrumpiendo el impulso, y causando la parálisis y eventual muerte del organismo. A nivel general, la ivermectina se usa para el tratamiento de la pediculosis en los niños, la oncocercosis, filariasis, larva migrans cutánea, estrongiloidiasis, escabiosis y ascariosis.1,2,3
A nivel ocular, la ivermectina ha tenido diferentes escenarios de uso. Por ejemplo, como parte del tratamiento de la rosácea ocular. Se cree en este caso que el fármaco tiene un efecto contra los ácaros Demodex, y adicionalmente, se le han atribuido propiedades antinflamatorias, ya que regula la disminución del receptor tipo toll-2 (TLR-2), catelicidina (LL-37), calicreína-5 (KLK-5), y otras vías de señalización proinflamatoria. Sobolewska et al 2020, realizaron una investigación para determinar la eficacia de la ivermectina tópica en el tratamiento de la rosácea cutánea y ocular. En un seguimiento de 8 meses, los pacientes usaron ivermectina al 1% en crema, distribuida en una película delgada en frente, mentón, nariz, mejillas y párpados, teniendo cuidado de que el medicamento no ingresará al ojo. Entre los resultados más destacados se observó una mejoría en los signos de blefaritis e irritación de la superficie ocular (hiperemia conjuntival, inestabilidad lagrimal, tinción de la superficie). Esto comprobaría la capacidad antiinflamatoria de la ivermectina tópica. En este caso de rosácea ocular, la hipótesis es que el medicamento puede inducir la inhibición de genes proinflamatorios para IL-8, defensina humana ß-3 (HBD-3), receptor tipo toll-4 (TLR-4), y factor de necrosis tumoral α (TNF- α), así como otros mediadores inmunes como la KLK-5. Se supone que el exoesqueleto quitinoso del Demodex y otros factores desencadenantes como la luz UV, estimulan la vía del TLR-2, incrementando la expresión de la proteasa epidérmica KLK-5, generando la disrupción de la barrera epidérmica, y promoviendo la vasodilatación, inflamación y angiogénesis. Este proceso sería clave para comprender la fisiopatología de la rosácea y la efectividad de la ivermectina. Ben Hadj Salah et al 2020, recomiendan que el tratamiento tópico con ivermectina para la blefaritis por Demodex, se realice en un período que va desde 4 semanas, hasta 4 meses con aplicación diaria. El tiempo de tratamiento dependerá del grado de infestación del Demodex, y si está asociado o no con rosácea.2,3,4
Otra patología que llama la atención para el potencial uso de la ivermectina, es la demodicosis facial. Esta patología tiene muchas características similares a la rosácea, pero lo principal en este caso, es la invasión exclusiva del Demodex en el rostro, que puede comprometer la piel de los párpados. Se trata de una enfermedad relativamente rara, donde los ácaros se alimentan de las células epidérmicas y componentes de las glándulas sebáceas. Para el caso de la demodicosis facial, la invasión se da a nivel de las mejillas, rostro en general, frente, barbilla y glándulas de Meibomio. En el cuadro semiológico de la demodicosis facial se encuentran signos tales como: resequedad de la piel, enrojecimiento cutáneo, exfoliación, rash y eritema. En el compromiso ocular, se presentará blefaritis anterior o posterior, disfunción de glándulas de Meibomio, chalazión, alteraciones en la superficie ocular, telangiectasias, etc.
Przydatek-Tyrajska et al 2021, reportan un caso de demodicosis en un paciente masculino de 38 años que acude a consulta por presentar lesiones cutáneas antiestéticas perioculares, de carácter eritematoso con lesiones papulares con pústulas persistentes, con una evolución de aproximadamente 6 meses. Para el diagnóstico correcto, se realizó raspado cutáneo en las regiones perioculares, piel del rostro, zona alrededor de las cejas, pliegue nasolabial y muestra de pestañas, dando positivo para Demodex. El tratamiento consistió en la aplicación de ivermectina tópica al 1%, acompañada de higiene de la piel y lubricante ocular. Este tratamiento riguroso logró la mejoría del cuadro a los 8.5 semanas de terapia farmacológica constante.5
Se ha demostrado la eficacia del uso de la ivermectina en el tratamiento de blefaritis y patologías cutáneas como la rosácea y demodicosis donde la presencia del Demodex, complica el cuadro clínico.
REFERENCIAS
- Ávila MY, Martínez-Pulgarín DF, Rizo Madrid C. Topical ivermectin-metronidazole gel therapy in the treatment of blepharitis caused by Demodex spp.: A randomized clinical trial. Contact Lens Anterior Eye [Internet]. 2021;44(3):0–1. Available from: https://doi.org/10.1016/j.clae.2020.04.011
- Sobolewska B, Doycheva D, Deuter CM, Schaller M, Zierhut M. Efficacy of Topical Ivermectin for the Treatment of Cutaneous and Ocular Rosacea. Ocul Immunol Inflamm [Internet]. 2020;00(00):1–5. Available from: https://doi.org/10.1080/09273948.2020.1727531
- Navel V, Mulliez A, Benoist d’Azy C, Baker JS, Malecaze J, Chiambaretta F, et al. Efficacy of treatments for Demodex blepharitis: A systematic review and meta-analysis. Ocul Surf. 2019;17(4):655–69.
- Ben Hadj Salah W, Baudouin C, Doan S, Angoulvant A, Gottlieb J, Bénichou J, et al. Demodex and ocular surface disease. J Fr Ophtalmol. 2020;43(10):1069–77.
- Przydatek-Tyrajska R, Sędzikowska A, Bartosik K. Primary facial demodicosis as a health problem and aesthetic challenge: A case report. J Cosmet Dermatol. 2021;20(2):420–4.