Síndrome Visual Informático y su relación con el uso de lentes de contacto
Martín Edisson Giraldo Mendivelso. Optómetra ULS, Magister Ciencias de la Visión. ULS. Especialista en Segmento Anterior y Lentes de Contacto USTA, FELLOW IACLE. Profesor Universidad CES, Medellín. [email protected].
Palabras Clave: Síndrome visual informático, lentes de contacto, sintomatología resequedad.
La sociedad actual ha adoptado el uso de herramientas digitales para casi todas las actividades cotidianas: trabajo, educación, información, recreación, etc. Si a lo anterior se le añade el acceso a internet que cada vez ofrece mayores servicios de cobertura y, posibilidades de investigación, se podría afirmar que se está entrando a la era de la adicción digital.1
Aunque el uso de dispositivos electrónicos no es nuevo, es en este instante de la humanidad, el síndrome visual informático (SVI) es una entidad relevante, más común de lo que se imagina, y la causante de una gran variedad de efectos adversos en el sistema visual y en la salud ocular. Es necesario recalcar en este punto. Entre la variedad de síntomas relacionados con el SVI está: la resequedad ocular, cambios en la visión, dolor irradiado desde los ojos hasta el cuello, dolor en la región de los hombros, y cefaleas.1
Ahora bien, en el espectro tan variado y complejo de usuarios de equipos electrónicos, cabe destacar en este espacio, el usuario de lentes de contacto. Si bien es cierto que el SVI genera una serie de inconvenientes en la visión y en el ojo, es posible esperar que los pacientes que están corregidos mediante lentes de contacto, tengan similares efectos. Lo anterior se infiere por las alteraciones en la superficie ocular que presentan las personas con SVI. Talens-Estarelles et al 2020, en un estudio de revisión, establecen que el SVI genera alteraciones en la frecuencia del parpadeo y provoca parpadeo incompleto. También reportan inestabilidad de la película lagrimal causada por el ángulo de mirada. En otro aspecto, el SVI se relacionó con disfunción de glándulas de Meibomio. Y en cuanto al análisis propio de la película lagrimal, se evidenció una reducción en el volumen de la lágrima y reducción en los tiempos del rompimiento lagrimal. Continuando con los efectos del SVI en la superficie ocular, mostraron que el índice de enrojecimiento ocular aumentó, así como la tendencia de la lágrima a ser hiperosmolar, del mismo modo la vulnerabilidad para la generación de alteraciones en el epitelio corneal y conjuntival, todo esto se evidenció por la tinción de estas estructuras.2
Ahora bien, de las inferencias se pasará a la evidencia, y, en realidad, no existen muchos estudios que soporten la influencia del uso de los lentes de contacto en el SVI, o viceversa. Sin embargo, un acercamiento muy interesante es abordado por Meyer, Rickert y Kollbaum 2020, mediante la aplicación de un cuestionario especialmente diseñado para el estudio. Dicha herramienta se basó en la definición de fatiga ocular, expresada de la siguiente manera: “es el inconfort físico que presentan los ojos después de pasar períodos de tiempo durante el día en frente de una pantalla digital, como un computador o un smartphone”. La anterior definición fue desarrollada por un grupo de expertos, con el apoyo de una búsqueda exhaustiva de la literatura. Los encuestados fueron dirigidos a responder si frente a esa definición, sentían fatiga ocular y las veces al día en que se presentaba.
Por otro lado, se tuvo en cuenta la presencia de síntomas recurrentes según el SVI como son: Sensación de quemazón, ojos cansados, fatiga ocular o dolor, irritación, lagrimeo, visión borrosa o doble, inflamación ocular, sensación de resequedad, cefalea, y sensación de movimiento aparente de las letras o las palabras. Los síntomas anteriormente relacionados fueron también validados por los expertos y la búsqueda de la literatura.3
En el desarrollo del proyecto, se aplicó el cuestionario a 602 usuarios de lentes de contacto blandos y 127 no usuarios. Los participantes manifestaron hacer uso de dispositivos digitales al menos 4 horas diarias. En los resultados se observó que el 89% de los usuarios de lentes de contacto experimentaron fatiga más de una vez al mes, mientras que más del 60% manifestó esta entidad más de una vez a la semana. Aunque la mayoría de los síntomas seleccionados no difirieron entre el grupo usuario y el no usuario, si se presentó una tendencia a la presentación de irritación y resequedad ocular, específicamente para los portadores de lentes de contacto blandos. En términos generales, el autor explica que, aunque se haya presentado cierta tendencia a algún tipo de síntoma, aún no existen alteraciones específicas que pueden diferenciar el síndrome visual informático en usuarios y no usuarios de lentes de contacto. Por otro lado, se necesitan evaluaciones de la superficie ocular más rigurosas para definir marcadores específicos que relacionen el SVI y el uso de lentes de contacto, que evidentemente están asociados.3
Es necesario que los profesionales de la salud visual evalúen la sintomatología rigurosa en el usuario de lentes de contacto y pantallas electrónicas, ya que necesitará una intervención especial a nivel clínico.
REFERENCIAS
- Al Tawil L, Aldokhayel S, Zeitouni L, Qadoumi T, Hussein S, Ahamed SS. Prevalence of self-reported computer vision syndrome symptoms and its associated factors among university students. Eur J Ophthalmol. 2020;30(1):189–95.
- Talens-Estarelles C, García-Marqués JV, Cervino A, García-Lázaro S. Use of digital displays and ocular surface alterations: A review. Ocul Surf. 2021;19(October):252–65.
- Ocular symptoms associated with digital device use in contact lens and non-contact lens groupsMeyer D, Rickert M, Kollbaum P. Ocular symptoms associated with digital device use in contact lens and non- contact lens groups. Contact Lens Anterior Eye [Internet]. 2021;44(1):42–50. Available from: https://doi.org/10.1016/j.clae.2020.07.007
Martín Edisson Giraldo Mendivelso. Optómetra ULS,
Magister Ciencias de la Visión. ULS.
Especialista en Segmento Anterior y Lentes de Contacto USTA, FELLOW
IACLE. Profesor Universidad CES, Medellín.
[email protected].