Andrés Solórzano Bernal F. Docente de Patología de Segmento Anterior, Neurofisiología de la Visión, Farmacología Ocular. Fundación Universitaria del Área Andina. Seccional Pereira.
El síndrome erosivo corneal recurrente (SECR), descrito en 1872 por Hansen, como «queratitis vascular neurálgica intermitente», es un trastorno crónico-recurrente caracterizado por la pérdida de adherencia del epitelio corneal sobre la membrana basal de la córnea. La verdadera prevalencia de la enfermedad es desconocida, pero se cree que es más común de lo reportado. La edad más frecuente de aparición es en la tercera y cuarta décadas de la vida, con un rango que varía entre los 14 a los 80 años. Algunos autores han encontrado un ligero predominio por el género masculino, pero otros reportan una franca predilección por las mujeres.
A menudo en la práctica clínica los profesionales se enfrentan a úlceras corneales de diferentes etiologías; algunos de estos pacientes no evolucionan de la manera esperada y es ahí cuando sus conocimientos y experiencia juegan un papel importante en la resolución del cuadro.
CASO CLÍNICO
Paciente de 17 años, estudiante, que reside en área urbana.
Motivo de consulta: “Me duele un ojo y no aguanto la luz”. Asiste a consulta por dolor ocular en OD y fotofobia de aparición intermitente de 2 meses de evolución. Ha consultado a diferentes profesionales de salud visual, pero su problema se resuelve temporalmente. Se aplica una gota de lubricante ocular al día. Antecedentes personales oculares: Lasik hace un año en ambos ojos. La agudeza visual (sin corrección) se encuentra conservada OD: 0.0, OS: 0.0 Logmar.
Oftalmoscopía ambos ojos: Papila sana, excavación 0,4 simétrica, mácula sana, retina adherida.
Biomicroscopía:
OD: Hiperemia conjuntival moderada, córnea con tinción positiva paracentral inferior entre las 5 y 6 horario evidenciando una ulceración estéril de bordes definidos, pero forma irregular. OS: Segmento anterior y superficie ocular sanos. Ver foto 1.
Como primer diagnóstico se determina la presencia de una úlcera corneal estéril asociada a trauma mecánico o por fricción. Se indica ciprofloxacina oftálmica cada 4 horas acompañada de hialuronato de sodio libre de preservante cada 2 horas. Se realiza control al día siguiente. Ver foto 2.
Se evidencia mejoría, se ordena seguir con el mismo tratamiento y asistir a consulta de control en tres días. Cuando el paciente regresa a su revisión el panorama es el siguiente. Ver foto 3.
Ante la recurrencia del cuadro ulcerativo se hace una valoración más profunda de la superficie corneal, se aplica anestésico y con la ayuda de un hisopo de algodón se hace un barrido sobre el epitelio lo que pone en evidencia una delgada capa celular que cubre la lesión, pero que fácilmente se levanta, explicando el porqué de la intermitencia de la úlcera; consecuencia probable de una falla en los hemidesmosomas alterando la unión entre el epitelio corneal y la membrana basal.
Diagnóstico definitivo del paciente: Erosión corneal recurrente secundaria.
Conducta: Lente de contacto blando terapéutico (reemplazo diario) por 3 meses. Hialuronato de sodio libre de preservantes cada 3 horas.
CONCLUSIÓN
Aunque la causa del síndrome de erosión corneal recurrente se hace evidente sólo al realizar unas pruebas específicas, es de resaltar la importancia de una valoración exhaustiva con la lámpara de hendidura, así como también es fundamental un estricto proceso de análisis clínico para la detección de esta alteración. “Por otro lado, aunque no se puede argumentar de manera contundente la etiología de la enfermedad en el caso descrito, el antecedente quirúrgico que presenta el paciente es coherente con la literatura ya que algunos casos revisados se encuentran relacionados con ese tipo de procedimientos invasivos ya que pueden generar un daño en los hemidesmosomas alterando la unión del epitelio a la membrana basal favoreciendo la erosión recurrente de la superficie corneal”
Por otro lado, aunque no se puede argumentar de manera contundente la etiología de la enfermedad, el antecedente quirúrgico que presenta el paciente es coherente con la literatura en cuanto a la descripción de causas se refiere ya que en algunos casos este procedimiento conlleva a un daño en los hemidesomomas, alterando la unión del epitelio corneal a la membrana basal.
Exelente informe!!!!
Muchas gracias, saludos