En nuestra área, vivimos una crisis anunciada, pandemia de problemas visuales y oculares
En el momento que se publica esta columna editorial, al mismo tiempo, estamos realizando en Bogotá el primer evento masivo presencial en los últimos dos años en América Latina en el área de la salud visual; estamos preparados para recibir más de dos mil personas que pertenecen a la comunidad del cuidado de la visión del continente. Nuestra misión es llevar el mensaje del dramático cambio que ha vivido nuestra especialidad en todos los sentidos, por eso lo hemos llamado Enfrentando Eficazmente la Era Digital. Y al mismo tiempo, nos hemos preparado para volver a hacer un evento presencial y superar todas las exigencias para volvernos a encontrar de manera segura.
Eventos, viajes, reuniones, llegó el momento de retomar algo de normalidad. Y mientras el mundo retorna lentamente, nosotros, el sector salud visual, nos debatimos ante dos realidades diferentes, la primera, regresar a la vida normal con el compromiso social que exige el momento. Y la segunda, la realidad de no regresar, desde el punto de vista del cuidado de los ojos y la visión, a entender, evaluar y manejar las condiciones del sistema visual como antes. Nuestra labor como profesionales de la visión no debería regresar a la normalidad del pasado.
En la primera parte, si bien la pandemia aceleró la crisis económica y por tanto social de nuestros países, mucho antes, se disertaba acerca de una recesión mundial. Las economías venían en deterioro, así como el medio ambiente, en parte por la carencia de cultura y compromiso social. El efecto invernadero en la atmósfera se mantiene, la temperatura sigue aumentando, el agua y los ecosistemas están cada vez más amenazados.1 Todo esto es objeto de análisis, pues se habla sobre los efectos del cambio climático y su impulso en producir más pandemias.2
La segunda parte, la que tiene que ver con la condición de los ojos de la población, es muy similar al tema de la economía, el planeta y el medio ambiente. Si bien la pandemia evidenció y aceleró una crisis visual y ocular, mucho antes, los investigadores habían demostrado las múltiples situaciones y condiciones que están afectando a los ojos, a las cuales no les estábamos dando la importancia que tienen. Los cambios de hábitos, tiempos, ambientes, elementos y longevidad, entre muchos otros, han influido negativamente en todas las estructuras oculares y su función, percepción visual, defectos refractivos, músculos oculares, binocularidad, superficie ocular, segmento medio y posterior, ¡todo está en desorden! La manera de interpretar síntomas y signos cambió, como también la manera de evaluarlos. Muchas de las pruebas de diagnóstico ocular y visual son obsoletas frente a lo que se está viviendo hoy. Los criterios de corrección son diferentes y por su puesto los productos, servicios y tratamientos que usamos para manejar las múltiples condiciones que restan calidad de vida a nuestra población y ponen el sistema ocular en riesgo.
Nuestra conciencia, como comunidad salud visual, es más importante ahora que nunca. El deterioro ambiental, económico, la pandemia y nuestras acciones están unidos. En nuestra área, vivimos una crisis anunciada, pandemia de problemas visuales y oculares. Nuestra responsabilidad es generar abundancia antes que pobreza en nuestro sector al mismo tiempo que cuidamos el medio ambiente con nuestras acciones individuales. Frente a la pandemia de problemas visuales, musculares oculares, ojo seco, miopía y otras condiciones, la responsabilidad es estar a la altura intelectual, clínica y tecnológica que exige la situación, se trata de hacer conscientemente una labor justa por el crecimiento de nuestra sociedad.
Aunque se pudiera, no es buena idea volver a la normalidad de siempre.
Referencias
- Morffe Peraza, Miguel. Ag 6 2021, ¿Intentando volver a la normalidad? LA Network
- Revista Plos Neglected Tropical Diseases 2019