El adulto mayor ha dejado de ser un actor pasivo en el mundo de la moda. Con una actitud cada vez más activa y una mentalidad abierta al cambio, este segmento de la población está transformando los códigos estéticos tradicionales. Hoy, vestir con estilo, elegir monturas modernas o buscar comodidad sin sacrificar elegancia son decisiones que no tienen edad, sino actitud.
La industria óptica y de la moda encuentra en los adultos mayores una oportunidad de crecimiento, si entiende que las motivaciones de este grupo no se limitan a la funcionalidad. Por el contrario, muchas personas mayores buscan proyectar vitalidad, autenticidad y gusto personal, y ven en sus accesorios —como las gafas— una extensión de su identidad.
Estilo personal que perdura
Con el paso del tiempo, el estilo deja de ser una tendencia para convertirse en una expresión interior. La ropa y los accesorios que una persona elige después de los 60 suelen reflejar décadas de gustos, referentes culturales y preferencias que se afianzan con los años. La moda, en este sentido, no desaparece: se transforma.
Es cierto que la comodidad se vuelve un eje clave. Sin embargo, eso no implica ceder en estilo. Al contrario, el equilibrio entre confort y elegancia se convierte en una premisa: prendas más ligeras, tejidos suaves, calzado anatómico y monturas livianas que embellezcan el rostro sin generar molestias.
Cómo elegir gafas con estilo y actitud
Las gafas no solo cumplen una función visual; también comunican personalidad. En el caso de los adultos mayores, elegir la montura adecuada implica entender múltiples factores: desde las proporciones del rostro hasta la sensibilidad de la piel.
Según la experta Mavis Cristina Trujillo, “no se trata de imponer un diseño clásico, sino de escuchar, proponer y guiar con argumentos estéticos y técnicos”. A continuación, algunos consejos esenciales:
- Atención personalizada: Cada adulto mayor debe ser atendido con paciencia y empatía. Es clave explicar los materiales, beneficios y estilos con claridad.
- Materiales livianos: El peso influye en la comodidad. Las monturas de acetato ligero o titanio son opciones ideales para evitar marcas o presión en nariz y sienes.
- Diseños contemporáneos: Presentar alternativas modernas permite romper con el imaginario del diseño tradicional. Hoy existen fotocromáticos en colores innovadores, o monturas translúcidas que iluminan el rostro.
- Forma del rostro: Las monturas tipo mariposa o ligeramente angulares pueden brindar un efecto lifting, realzando la expresión sin necesidad de intervención estética.
- Color estratégico: Tonos claros o degradados ayudan a suavizar las líneas de expresión, mientras que los oscuros deben usarse con precaución para evitar sombras poco favorecedoras.
- Estética sin maquillaje: Muchas mujeres dejan de maquillarse con frecuencia al envejecer. Las gafas, en este contexto, se convierten en un aliado de belleza: dan definición al rostro, resaltan la mirada y proyectan estilo.
- Tamaño adecuado: El exceso también puede incomodar. Monturas demasiado grandes o pesadas deben evitarse si no armonizan con la anatomía del usuario.
- Relación montura-lente: No solo importa el diseño, sino cómo interactúan el tipo de lente y la estructura de la montura. Un conjunto bien balanceado garantiza funcionalidad y confort.
La juventud no se mide en arrugas
Las personas mayores de hoy tienen acceso a tecnología, están al tanto de tendencias y disfrutan renovarse. Como lo plantea Trujillo, “el estilo es una forma de energía, y quien se siente bien con lo que lleva, irradia esa vitalidad”. Las elecciones visuales también hacen parte de este proceso: colores que alegran, formas que favorecen, detalles que revitalizan.
En este sentido, las gafas con personalidad —ya sean coloridas, elegantes o sofisticadas— no son solo una herramienta óptica: son una declaración de juventud en el espíritu.
En un mundo que envejece, pero con más años de vida activa, la moda se vuelve una herramienta de empoderamiento para el adulto mayor. Entender sus preferencias, presentar alternativas frescas y acompañar su proceso de elección con respeto, es también parte de construir una industria más inclusiva.
Porque no hay edad para verse bien, sentirse cómodo y mostrar al mundo una actitud joven.