Se ha señalado que el uso de lentes de contacto (LC) puede estar asociado a un mayor riesgo de queratitis microbiana. Este es un aspecto preocupante, ya que la falta de adherencia a las recomendaciones por parte de los pacientes es relativamente común. En este contexto, uno de los microorganismos con mayor potencial para causar daño significativo, especialmente en la córnea, es la Acanthamoeba. La preocupación aumenta al saberse que se trata de un protozoo ubicuo, con casos reportados de ceguera asociados.
Se ha observado que, con frecuencia, los hallazgos clínicos no son concluyentes y tienden a mimetizarse con los de otros patógenos, lo que puede retrasar un diagnóstico y tratamiento oportunos. En cuanto a la forma de presentación, generalmente se manifiesta de forma unilateral. Sin embargo, para aumentar la complejidad de este tipo de queratitis, también se han reportado casos bilaterales. Aunque con menor frecuencia, lamentablemente el riesgo de queratitis por Acanthamoeba (QA) bilateral está presente en usuarios de LC”.
Para ilustrar este alto riesgo, Korkmaz y colaboradores (2025) presentan el caso de un paciente masculino de 42 años, con diagnóstico previo de queratocono bilateral. El motivo de consulta fue el enrojecimiento, dolor, fotofobia y disminución progresiva de la agudeza visual en el ojo izquierdo, con un período de evolución aproximado de dos meses. Es importante destacar que, en las primeras etapas de la enfermedad, el paciente recibió tratamiento empírico sin respuesta. Este hecho causó la remisión especializada con la impresión diagnóstica de queratitis resistente.
El diagnóstico se estableció después de que los estudios microbiológicos realizados, que incluyeron raspado corneal, análisis de LC y su correspondiente estuche, arrojaron resultados negativos para patógenos. Debido a esto, al paciente se le administraron antibióticos de amplio espectro y antivirales sin respuesta positiva al tratamiento.
Como antecedentes quirúrgicos preponderantes, el paciente había recibido un implante de segmentos de anillos corneales intraestromales (ICRS, por su sigla en inglés) en el ojo derecho hace 16 años y una queratoplastia penetrante (PK, por su sigla en inglés) en el ojo izquierdo hace 13 años. Lo más relevante para el caso es el uso de prolongado de LC híbridos en ambos ojos.
En cuanto a la función visual, el paciente presentó una agudeza visual mejor corregida (BCVA, por su sigla en inglés) de 20/640 en el ojo derecho y 20/2000 en el izquierdo. Al examen biomicroscópico, se observó que el ojo derecho tenía una córnea transparente con los ICRS visibles in situ. En cambio, en el ojo izquierdo se evidenció la presencia de una infiltración corneal anular con opacidad estromal profunda, edema circundante y un defecto epitelial corneal central de gran tamaño.
Dada la falta de respuesta al tratamiento, los autores repitieron los exámenes microbiológicos pero no encontraron hallazgos relevantes. Sin embargo, ante la sospecha de QA, se realizó una microscopía confocal in vivo (IVCM, por su sigla en inglés), que, aunque no mostró los típicos quistes, motivó el inicio de tratamiento con clorhexidina gluconato al 0.02 %, administrado 4 veces al día. Además, se mantuvo la terapia antiinfecciosa de amplio espectro de la siguiente manera: vancomicina fortificada 50 mg/mL, ceftazidima 50 mg/mL, fluconazol 2 mg/mL ante la posibilidad de una infección mixta.
Lo preocupante del caso, fue que posteriormente, el ojo derecho inicialmente sano, comenzó a mostrar signos clínicos de alteración corneal, con disminución de la agudeza visual y aparición de dolor severo, infiltrados puntiformes, opacidad estromal y, días después, un defecto epitelial con melting estromal leve. Estos signos progresaron rápidamente en pocos días. Durante el seguimiento, la IVCM practicada en ambos ojos reveló la presencia de quistes hiperreflectivos redondos u ovalados sin halo hiporreflectivo, compatibles con Acanthamoeba, así como pérdida severa de queratocitos en ambos ojos. Ver Figuras 1 y 2.
Figura 1. A y B. Ojo izquierdo al momento de la presentación, se aprecia un gran defecto epitelial corneal central con una infiltración corneal anular y opacidad estromal profunda. C y D Ojo derecho que muestra la invasión estromal de rápida evolución..
Figura 2. IVMC en ojo derecho (A, B) y ojo izquierdo (C, D) . Las flechas rojas muestran los quistes hiperreflectivos redondos u ovalados sin halo hiporreflectivo en el estroma. La flecha blanca resalta la forma ameboide. E, F corresponden al examen histopatológico que muestra epitelio corneal defectuoso, células inflamatorias polimorfas en edema estromal, neovascularización y quistes esféricos (flechas azules) con el signo típico de doble anillo, compatibles con QA.
Para obtener mayor información, el tejido liberado en la zona del melting se disecó y se envió a estudio histopatológico. El examen reveló un defecto epitelial corneal, células inflamatorias polimorfas en un estroma edematoso, neovascularización y quistes esféricos con el signo típico de doble anillo, confirmando la QA. Como resultado, los autores añadieron al tratamiento la administración de propamidina isetionato al 0.1 %.
A pesar de la terapia farmacológica agresiva y el control en un ambiente hospitalario, al día 41 se observó una perforación corneal de espesor completo en el área correspondiente al ICRS, exponiendo los anillos en el ojo derecho. Al mismo tiempo, se presentó una dehiscencia de la herida en la unión del injerto-receptor en el ojo izquierdo, el cual había sido intervenido mediante KP. Ante la situación alarmante, los autores planificaron la realización de una KP tectónica y terapéutica de emergencia para ambos ojos.
Debido a los antecedentes médicos del paciente en términos de insuficiencia renal aguda, el procedimiento se realizó simultáneamente en ambos ojos para minimizar los riesgos de la anestesia general. Para lograr éxito en este procedimiento de alto riesgo, los botones corneales se obtuvieron del mismo donante reduciendo así el riesgo de rechazo del injerto en uno a ambos ojos. Ver Figura 3.
Figura 3. Imágenes de preoperatorio. A. Ojo derecho. B. Ojo izquierdo. Se observa el melting severo y la perforación no traumática. Diez semanas después de la KP bilateral simultánea, se observan injertos transparentes C. Ojo derecho y D. Ojo Izquierdo.
El resultado principal del procedimiento quirúrgico arrojó una BCVA de 20/50 en el ojo derecho y 20/125 en el ojo izquierdo, con injertos transparentes bilateralmente, sin signos de rechazo y sin recurrencia de la QA durante 6 meses de seguimiento.
Frente a este caso extremo y peligroso, los autores resaltan que la Acanthamoeba puede causar morbilidad ocular grave y ceguera permanente, y subrayan que el uso de LC es un factor de riesgo elevado para el desarrollo de QA. También enfatizan la variedad semiológica de la patología, que puede ir desde una queratopatía punteada superficial hasta perforaciones corneales de espesor total.
Los autores también alertan sobre el hecho de que, aunque la afectación suele ser unilateral, se ha incrementado el número de casos bilaterales, donde el uso de LC se percibe como un factor de riesgo inminente para esta rara pero agresiva presentación. Además, el reporte de caso plantea la inquietud de que el uso de LC híbridos podría tener un potencial mayor en el desarrollo de las QA bilaterales, ya que los pocos reportes existentes han coincidido con este tipo de lentes de forma tal vez no fortuita.
Por lo tanto, en usuarios de LC, especialmente los que usan híbridos, se debe tener un alto índice de sospecha clínica de QA. La intervención oportuna mejora significativamente el pronóstico visual. En etapas iniciales, cuando predominan signos como queratopatía punteada superficial e infiltrados subepiteliales, la respuesta al tratamiento farmacológico suele ser positiva y suficiente. Sin embargo, en casos avanzados con invasión estromal profunda e infiltración anular, el pronóstico es reservado y se requiere una KP.
Una vez más, los autores resaltan que la QA en usuarios de LC requiere tanto de la evaluación clínica exhaustiva, la consideración de factores de riesgo como el uso adecuado de herramientas diagnósticas. Entre ellas se encuentran: pruebas microbiológicas, cultivos y PCR para identificar el microorganismo, así como la microscopía confocal in vivo (IVCM) para detectar los quistes esféricos hiperreflectivos con el signo de doble anillo. Además, el estudio histopatológico, en combinación con estas pruebas, permitirá confirmar el diagnóstico de QA.
Por otra parte, se requiere que el profesional que adapta LC incremente su rol educativo, brindando la información y seguimiento riguroso al paciente para garantizar que el uso de los LC sea seguro y prevenir casos graves de QA.
Adaptado de:
Korkmaz İ, Eratılgan NF, Şimşek C, Yaman B, Eğrilmez S, Barut Selver Ö. A Rare Intervention in a Rare Disease: Simultaneous Bilateral Keratoplasty in Bilateral Acanthamoeba Keratitis. Turk J Ophthalmol. 2025 Feb 1;55(1):49–52.
Martín Edisson Giraldo Mendivelso. Optómetra ULS, Magister Ciencias de la Visión. ULS. Especialista en Segmento Anterior y Lentes de Contacto USTA, FELLOW IACLE. Profesor Universidad CES, Medellín. [email protected].
