A medida que pasa el tiempo observamos cómo los cambios tecnológicos van afectando a los laboratorios ópticos a lo largo de la historia. Hemos pasado por diferentes etapas: al principio se hacía tallado artesanal con máquinas mecánicas, luego se empezó a utilizar el hoy llamado laboratorio convencional, con máquinas cilíndricas y generadores robustos con cálculos sagitales, hasta llegar a la tecnología digital free-form por medio de máquinas computarizadas con herramientas de precisión, las cuales permiten generar, pulir y cortar los lentes con los más altos controles. Y hoy en día esta evolución no ha parado, sigue y se va encaminando hacia la automatización global, pero, ¿qué es la automatización y qué beneficios obtendré?
La automatización se puede definir como una serie de sistemas que de manera automática o semiautomática logran realizar cualquier trabajo en menos tiempo y con mayor calidad.
Uno de los mayores temores es que en un determinado momento se pueda prescindir de las personas. Para algunos hay un conflicto entre el mejoramiento versus el aporte de empleo que puedo generar en mi laboratorio; no obstante, en los sistemas de producción ya es algo necesario. La sustitución de mano de obra tradicional por robots hace que los procesos se lleven a cabo de forma mucho más rápida y eficiente, con menores índices de desperdicio y con la posibilidad de programar la producción de un determinado producto durante las 24 horas del día, los siete días de la semana y lograr estándares de calidad.
A pesar de que invertir en la automatización es un costo elevado, el retorno de inversión es rápido y seguro.
Una de las principales ventajas derivadas de automatizar los procesos en el laboratorio óptico es el incremento en los niveles de productividad.
Es lógico que así suceda, pues no en vano la mano de obra tradicional está sujeta al cansancio y a otras situaciones que, a la larga, provocan una disminución de su rendimiento.
Un sistema automatizado, sin embargo, puede llevar a cabo ese mismo trabajo con absoluta precisión, lo que se traduce en un mayor rendimiento.
Nuestro entorno constantemente cambiante nos arrastra a esto, vengo de la vieja escuela, me encantan los procesos tradicionales y la pasión con que muchos amigos lo hacen también y sé que es difícil de asimilar el hecho que las máquinas nos reemplazarán tarde o temprano, pero siempre existirá una relación hombre máquina en todos los procesos y es allí donde se logrará un rendimiento óptimo en el resultado final que es dar salud visual a nuestros clientes.