La adaptación de lentes de contacto es un proceso que va más allá de una simple prescripción. Según la Dra. Rosario Vidal, docente especializada en contactología, la clave para una adaptación exitosa radica en una evaluación integral del paciente y en la selección del lente más adecuado según sus necesidades y características oculares.
Evaluación inicial: El primer paso esencial
Antes de recomendar cualquier lente de contacto, es fundamental realizar una evaluación completa. Esto incluye:
- Refracción precisa: determinar la graduación exacta del paciente para garantizar la mejor agudeza visual posible.
- Estado de la superficie ocular: identificar factores como sequedad ocular o irregularidades corneales que puedan afectar la adaptación.
- Motivación del paciente: no todos los pacientes están dispuestos a usar lentes de contacto, por lo que es clave conocer sus expectativas y nivel de compromiso.
- Pruebas de adaptación: basadas en los hallazgos anteriores, se selecciona un lente de prueba para evaluar su compatibilidad con el ojo del paciente.
Topografía corneal y su papel en la elección del lente
El estudio de la topografía corneal es un pilar fundamental en la adaptación. La Dra. Vidal destaca tres aspectos clave:
- Regularidad de la córnea: determinar si la córnea es regular o irregular influye en la selección del tipo de lente.
- Curvaturas corneales: conocer la relación entre los ejes horizontal y vertical (K1 y K2) permite elegir el radio de curvatura adecuado.
- Alturas y espesores corneales: datos obtenidos mediante tomografía pueden ayudar a decidir entre lentes blandos, rígidos o esclerales.
Lentes rígidos: ¿Son la mejor opción?
En su experiencia clínica, la Dra. Vidal prefiere los lentes rígidos permeables al gas (RPG) en aproximadamente el 60-70% de sus adaptaciones, especialmente en casos de:
- Astigmatismos moderados y córneas curvas.
- Queratocono y otras ectasias corneales.
- Casos donde se busca la mejor calidad visual posible.
Para córneas irregulares, recomienda lentes de diámetro grande, como limbales o semiesclerales, antes de considerar opciones esclerales o quirúrgicas. Además, enfatiza que la elección debe basarse en una evaluación detallada con lámpara de hendidura y, en casos avanzados, en consulta con un especialista en córnea.
El impacto del factor psicológico en la adaptación
La Dra. Vidal destaca la importancia de la psicología del paciente en el proceso de adaptación. Pacientes con ectasias suelen sentir ansiedad y temor, lo que puede dificultar la adaptación. Algunas estrategias clave incluyen:
- Explicar de manera clara y amigable el proceso y beneficios del uso de lentes de contacto.
- Desmitificar experiencias negativas previas con adaptaciones fallidas.
- Tener paciencia en las pruebas, ya que algunos casos requieren múltiples intentos hasta encontrar el lente ideal.
- Involucrar al paciente en el proceso de aprendizaje sobre colocación, retiro y mantenimiento del lente.
Además, el contactólogo también debe manejar su propio factor psicológico, manteniendo la paciencia y la empatía, especialmente con pacientes ansiosos o con experiencias previas negativas.
Lentes de contacto en niños y adultos: Diferencias clave
Para los pacientes pediátricos, la Dra. Vidal prefiere los lentes blandos, ya que ofrecen mayor comodidad y facilidad de uso en niños activos. Sin embargo, la elección final dependerá de:
- Nivel de actividad del niño y su capacidad para seguir instrucciones de cuidado.
- Condición ocular que requiere la corrección.
- Preferencias de los padres y su disposición a supervisar el uso adecuado del lente.
En adultos, la decisión entre lentes blandos o rígidos depende de:
- La curvatura corneal y la magnitud del astigmatismo.
- La regularidad de la córnea.
- La posibilidad de acceder a lentes blandos hechos a la medida.
- La experiencia previa del paciente con lentes de contacto.
Reemplazo y mantenimiento: Claves para el éxito a largo plazo
- Lentes de reemplazo frecuente: se prefieren sobre los lentes anuales debido a su mejor asepsia y menor riesgo de contaminación.
- Lentes diarios: ideales para pacientes que usan lentes de manera ocasional (deporte, viajes) y desean una opción más higiénica. La Dra. Vidal menciona que el costo puede ser un factor limitante, pero destaca que su uso es ideal en ciertos casos.
- Educación del paciente: explicar correctamente los cuidados y tiempos de reemplazo es crucial para evitar infecciones y garantizar el buen uso de los lentes.
Adaptación en presbicia: ¿Cómo manejarla?
Para pacientes con presbicia, la Dra. Vidal recomienda lentes multifocales blandos, especialmente en hipermétropes. En miopes présbitas, la decisión puede inclinarse hacia la combinación de RPG con gafas para visión cercana o el uso de lentes multifocales blandos según las necesidades del paciente. Además, enfatiza que la elección del diseño multifocal debe adaptarse a la actividad diaria del usuario para optimizar su experiencia visual.
Cambio de modalidad: ¿Cuándo es necesario?
La Dra. Vidal menciona que hay casos en los que se debe reconsiderar la modalidad de lentes:
- De rígidos a blandos: cuando el paciente no tolera el RPG y existen parámetros adecuados en lentes blandos para su condición visual.
- De blandos a rígidos: cuando el paciente presenta dificultades de manipulación con lentes blandos muy delgados o cuando la calidad visual con blandos no es suficiente.
Control de calidad y prevención de errores en lentes rígidos
Para evitar confusión entre lentes derecho e izquierdo en lentes RPG, se pueden implementar estrategias como:
- Indicar al paciente una secuencia fija de colocación y retiro.
- Usar estuches con marcas de color o iniciales (L/R).
- Solicitar al laboratorio marcas personalizadas, como puntos de color, para diferenciar los lentes.
- Verificar el espesor y diseño del lente para evitar roturas por manipulación inadecuada.
Conclusión
La adaptación de lentes de contacto es un proceso individualizado que requiere una evaluación detallada y un enfoque integral. La selección del lente adecuado debe basarse en la condición ocular, el estilo de vida y la disposición del paciente, garantizando siempre un equilibrio entre comodidad, salud ocular y calidad visual.
El éxito en la adaptación no solo depende del tipo de lente, sino también de la educación y el seguimiento adecuados por parte del profesional de la salud visual. La Dra. Vidal enfatiza que, más allá de la tecnología, la clave está en el manejo adecuado del paciente y en su correcta orientación para garantizar una experiencia visual óptima.
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