Este espacio de Franja Visual está dedicado a registrar lo que miembros de la comunidad visual de América Latina están haciendo en su labor diaria que impacta positivamente la salud visual y este es el caso de Javier Flórez, un optómetra de la universidad de La Salle, actual director de ventas para América Latina y el Caribe de una de las más importantes empresas del mundo en el área de servicios y productos para los laboratorios ópticos. Esos lentes que profesionales de la visión y personal de ópticas manejan en su labor diaria, vienen, en gran parte, de la labor que realizan personas como Javier Flórez, incluso antes que el proceso se inicie en el laboratorio y por eso los periodistas de Franja Visual presentan en esta edición su vida, trabajo y percepción del futuro sobre la optometría y de la óptica.
Franja Visual (F.V.): De optómetra clínico a ejecutivo empresarial. ¿Cómo fue este proceso?
Javier Flórez (J.F.): Empecé ejerciendo la Optometría en cadenas de ópticas con un interés muy clínico, estuve más de un año atendiendo pacientes. Me sentí muy a gusto con este perfil y pensé que construiría un camino profesional por esta vía, además me iba muy bien. Esto mismo impactaba el resultado comercial en las ópticas en las que trabajaba, involucré con interés particular los lentes oftálmicos en lo clínico y el resultado fue que en poco tiempo tuve una oferta para trabajar con una empresa multinacional como consultor de lentes oftálmicos. Sabía que el cambio era dramático, pero el reto era seductor, así que acepté y empezó la construcción del camino en el mundo de los lentes oftálmicos.
F.V.: Es evidente que usted tuvo una dualidad, entre seguir por el área clínica o por la empresarial.
¿Qué les recomendaría a sus colegas que quieren dar el paso hacía el sector empresarial?
J.F.: Si, fue una decisión difícil. Dentro de mi actividad en las ópticas en orden de prioridad estaba mi interés clínico, luego el gusto por los lentes oftálmicos y luego tenía facilidad para entrar en relación comercial con el cliente.
Cuando llega la oferta, suena muy atractiva porque era entrar de lleno en las dos últimas de la mano con una multinacional. Entonces no lo dude, el trabajo y la empresa me gustaban mucho. Esa es mi recomendación para mis colegas optómetras, que identifiquen que área les gusta más y se dediquen con pasión a trabajarla. En el tiempo tendrán éxito.
F.V.: Pasó de ser el doctor de la óptica al que visitan los asesores, a ser el asesor de lentes que debe esperar para que lo reciba el doctor, el propietario o los vendedores. ¿Cómo se sintió?
J.F.: La persona que me contrató me preguntó: ¿Estás seguro que quieres ir a ver a tus colegas como lo hace un visitador médico? Entonces me creó la expectativa correcta, a veces no es fácil me comentó.
Yo no le vi problema, pero tenía razón, los visitadores comerciales tenemos el reto de tener paciencia, humildad, comprensión, buen ánimo y por supuesto, información concreta y útil. Hay lugares donde reciben a los visitadores con calidez, interés y tiempo, mientras que hay otros donde sucede lo opuesto. Por ejemplo, esperar horas para que te den 5 minutos de entrevista era duro de superar.
Hay que saber mantener un equilibrio para encontrar el tacto de relacionarse con cada quien. Creo que lo más importante es ser muy asertivo en la manera de comunicarte.
F.V.: ¿Qué pasó después en su mundo laboral con los lentes oftálmicos y las ópticas?
J.F.: También empecé a involucrarme con los laboratorios ópticos y conocí la profundidad que hay detrás del lente oftálmico que prescribimos. Lo que sucede en un laboratorio óptico es un mundo que no nos imaginamos en las ópticas, es muy grande, complejo y exigente. Un laboratorio óptico es prácticamente una fábrica y me encantó lo que hacen allí. Con mi experiencia como optómetra, asesor para ópticas y laboratorios, en la empresa me fueron pidiendo que les ayudara en esta labor con algunos otros países. Viajar, conocer otra cultura, oír acentos diferentes, ver cómo trabajan en la óptica en otros lugares, la economía, la gastronomía, y tanta otras cosas, es muy agradable. Mi trabajo me gustó aún más. También empecé en una nueva etapa, la de dar conferencias. Fue muy difícil, era una persona muy tímida para hablar en público. Además, la manera de comunicarnos en cada país es muy diferente, así que para mí fue un gran reto y una experiencia enriquecedora.
F.V.: Una evolución muy interesante. Trabajar con ópticas y laboratorios de América Latina. ¿Es la puerta que le abre la oportunidad con la empresa actual?
J.F.: Si, porque me involucré más con las áreas productivas de los laboratorios, que siempre me gustaron.
Con los laboratorios descubrí el mundo industrial, es un área fascinante, es la combinación de procesos, maquinaria, tecnología, talento humano y organización empresarial. Y abrigué la posibilidad de trabajar con una empresa que fuera proveedora de los laboratorios ópticos.
Y cuando uno tiene la claridad y agudiza sus sentidos, las puertas se abren. Después de 9 años de trabajar con la empresa fabricante de lentes, recibí una oferta de una compañía que fabrica maquinaria y tecnología para los laboratorios ópticos, así en el 2015 empecé a trabajar con esta empresa alemana que atiende todo el mundo.
Me ayudó que ya conocía muchos laboratorios, el proceso de hacer los lentes y los diferentes mercados. Así que empiezo a especializarme en tecnología y maquinaria para cada labor específica del laboratorio. Especialmente maquinaria industrial, tallado digital y antirreflejo, una transición muy interesante, fue otra escuela más.
F.V.: Ha estado involucrado con 4 diferentes segmentos dentro del proceso, consumidor, óptica, laboratorio y fábrica ¿Qué concluye?
J.F.: Si, es muy interesante porque no estamos independientes, no estamos separados, somos un solo equipo en el que todos dependemos de todos. Cuando a las ópticas les va bien, los laboratorios tienen gran movimiento, hay producción, necesidad de mejores resultados y la industria entonces pone a su servicio mejor tecnología. Se producen mejores productos, en tiempos
reducidos y el consumidor se siente beneficiado. Se genera empleo, se mueve la economía y entonces todo nuestro sector aporta al crecimiento de la sociedad.
F.V.: En nuestras páginas registramos la evolución frecuente de la tecnología para producir mejores lentes oftálmicos. También evidenciamos que en las ópticas no se ofrece con decisión al consumidor. Pasó en su momento con los lentes progresivos, ahora con lentes procesados en talla digital. ¿Cómo trabajar esa relación óptica, laboratorio, industria y la oferta de la mejor tecnología?
J.F.: Es cierto, tenemos el reto de presentarle al consumidor lo mejor que hay para sus ojos, especialmente en esta era digital de tanto esfuerzo visual. Para lograrlo, nosotros los equipos de trabajo de la industria y los laboratorios, tenemos que ser más claros, frecuentes e intensos con esta tarea de preparar al personal de las ópticas. Suena fácil, pero es una tarea que requiere un gran trabajo estratégico. Construir propuestas claras y tangibles, ser constantes y estar todos de acuerdo para llevar este mensaje de la evolución en lentes oftálmicos. Se está haciendo, quisiéramos que fuera más rápido.
También es una tarea de las ópticas, abrir su mente y permitir que lleguen las nuevas propuestas, entenderlas y pasar la información en palabras sencillas. Esta es una tarea que jamás va a terminar y quienes la hagan mejor van a tener muy buenos resultados.
F.V.: Háblenos acerca de su vida personal
J.F.: Soy casado con una optómetra y tengo dos hijos; un niño de 12 años y una niña de 10 años. En mi tiempo libre hago ciclismo de ruta y de montaña, lo practico con juicio desde hace un año aproximadamente y de vez en cuando juego tenis. Además, toco
la guitarra y canto. Este tipo de actividades hacen que la vida tenga otro aire diferente al laboral.
F.V.: ¿Qué mensaje les deja a sus colegas?
J.F.: En nuestro campo nunca vamos a dejar de aprender cosas, así como en la vida. Mi sugerencia es estar abiertos a aprender más, a considerar que hay otra manera de hacer las cosas, tener la disposición de adaptarse a los cambios que puedan venir de nuestro mercado, de nuestra practica y en los aspectos personales. No se trata de llegar a ser perfectos pero sí de cometer menos errores.
Valentina Giraldo Martínez
Periodista Grupo Franja