Me encanta decirlo y con orgullo: practicamos la mejor profesión del mundo, la Optometría. Y aunque, quizá, pierdo la objetividad por el amor que siento por esta actividad que me ha permitido sentir la realización en muchas áreas de mi vida, con esta nota, precisamente en marzo, mes en el que se celebra el día del op- tómetra en algunos países, quiero argumentar por qué lo expreso con tanta seguridad. Este, especialmente, es un reconocimiento a los profesionales que practican esta hermosa profesión a quie- nes he dedicado mi vida laboral.

Nosotros, los optómetras, hemos asumido la responsabilidad de ayudar al ser humano a tomar decisiones fundamentales a cada segundo, mantenemos en el mejor estado posible ese par de extensiones del cerebro que recogen radiaciones y las trans- miten en impulsos nerviosos que al llegar a la zona establecida, permiten el desempeño del organismo y del individuo. Es un com- plejo sistema neuro sensorial, cognitivo, motor, tan natural en la vida humana que se olvida lo fundamental que resulta mantener- lo en funcionamiento. Y nosotros, los optómetras, lo hacemos de manera cotidiana.

El trabajo del optómetra de cuidar y mantener estas extensio- nes sensoriales es exigente, cada vez que analizamos un ser hu- mano e incluimos el mundo complicado en el que se desempeña. Por ejemplo, los cambios generados por el efecto invernadero y el calentamiento global signi cativo que se vive en este siglo. La polución del medio ambiente y el deterioro de la naturaleza a pesar de los esfuerzos por preservarla. El crecimiento numérico de la raza humana y al mismo tiempo la mayor longevidad de la población. El debilitamiento de la capa de ozono y la pene- tración de radiaciones nocivas. La tendencia a vivir y trabajar en espacios cada vez más reducidos, el exceso de trabajo en visión próxima, la observación masiva de imágenes virtuales en lugar de las reales, el exceso de exposición a la luz LED y su preocupante

radiación azul, los malos hábitos de alimentación y la baja conciencia de vivir con hábitos saludables. Los estados de estrés, ansiedad y frustración frecuentes y cualquier otra cantidad de situaciones y ambientes que tienen un impresionante impacto en el sistema visual y ocular.

Al mismo tiempo, nuestra labor exige, preparación y actualización, uso e interpretación de tecnología de diagnóstico cada vez más evolucionada, manejo de un inmenso inventario de productos para mejorar la percepción

FELIZ DÍA, CADA DÍA, COLEGAS PROFESIONALES DE LA VISIÓN, FELICITACIONES POR HACER UNA LABOR TAN IMPORTANTE EN LA VIDA HUMANA

que se ajusten al individuo y su entorno, asesorarlo en la parte estética que está muy ligada a la acti- vidad, así que conocemos y manejamos un largo inventario de productos y hacemos parte de equi- pos de trabajo multidisciplinarios con el objetivo de mantener la salud.

Y la tarea continua, los optómetras, al mismo tiempo hacemos empresa, generamos empleo, administramos un establecimiento de salud visual, lideramos equipos de trabajo que por dedicarse a

la atención al público exige mayor atención, nos involucramos con el de- sarrollo de estrategias de mercadeo y ventas, generamos ingresos para las empresas y debemos entender su comportamiento contable.

Feliz día, cada día, colegas profesionales de la visión, felicitaciones por hacer una labor tan importante en la vida humana, nuestras diferentes acciones como clínicos, técnicos, empresarios, administradores, líderes de equipos de trabajo, etc. nos permiten mantener en el mejor estado de salud posible este par de extensiones del cerebro, fundamentales en la vida hu- mana, para que transmitan a cada instante la información que le permite al individuo desempeñarse. Practicamos la mejor profesión del mundo: ¡La Optometría!

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