El fármaco tacrolimus, obtenido de la bacteria Streptomyces tsukubaensis, es un antibiótico macrólido, anteriormente conocido como FK506 (ya que se une a las proteínas de unión a FK506 en los linfocitos T). Actúa como inhibidor de la calcineurina como lo hace la ciclosporina, pero con una potencia hasta 50-100 veces mayor. Esto se debe a que suprime la activación de linfocitos Th2, la proliferación de células Th mediadas por linfocitos B y la formación de citoquinas. También se establece que el tacrolimus evita la liberación de histamina por los mastocitos, por lo que se habla de su utilidad en el manejo de la alergia. Su uso ha sido ampliamente difundido para el tratamiento del síndrome de Sjögren, trasplante de médula ósea, dermatitis atópica, y trasplante renal y hepático, dadas sus propiedades inmunosupresoras para evitar el rechazo.1,2
En oftalmología se ha prestado especial atención al uso del tacrolimus en el tratamiento de alergia crónica. Para este fin, se han probado diferentes concentraciones (desde 0.005%, hasta 0.1%) y presentaciones (ungüento y suspensión).
Wan et al 2018, en un estudio de tratamiento en pacientes con queratoconjuntivitis vernal, mostró que el tacrolimus en colirio oftálmico al 0.1%, con dosificación, cada 12 horas, inhibió la actividad de las células dendríticas, las cuales tienen un papel muy importante en la respuesta inmune alérgica, promovió la mejoría de los síntomas, redujo la hiperplasia papilar y el daño conjuntival presentó una reversión significativa.2 Sin embargo, también se han reportado efectos adversos como sensación de quemazón ya sea en la conjuntiva, o en la piel para el caso de la presentación en ungüento, que son más probables de instaurarse en esquemas de tratamiento de por lo menos 12 semanas, este hecho es la causa de suspensión del cumplimiento del esquema terapéutico por parte del paciente.
De todas formas, se ha determinado que el tratamiento de alergia ocular crónica y severa con tacrolimus es seguro y efectivo, evitando o retrasando de alguna manera el uso de corticosteroides tópicos.1
Referencias.
1. Erdinest N, Ben-Eli H, Solomon A. Topical tacrolimus for allergic eye diseases. Curr Opin Allergy Clin Immunol. 2019;19(5):535–43.
2. Wan Q, Tang J, Han Y, Wang D, Ye H. Therapeutic Effect of 0.1% Tacrolimus Eye Drops in the Tarsal Form of Vernal Keratoconjunctivitis. Ophthalmic Res. 2018;59(3):126–34.