IA y Transformación Digital en Óptica

El tema que ha tenido mayor protagonismo en 2023 en tecnología e innovación ha sido la inteligencia artificial; y no es para menos, pues dejando de lado el auge del ChatGpt, la inteligencia artificial (IA) aplicada al sector salud, respaldada por el Machine Learning (ML), –aprendizaje automático– (es una rama de la inteligencia artificial que permite que las máquinas aprendan sin ser expresamente programadas para ello), ofrece diversas aplicaciones en la prevención y detección temprana de enfermedades mediante a la creación de modelos predictivos, asistentes inteligentes, reconocimiento óptico de caracteres, entre otros.

Sin embargo, como ocurre con todos los temas de moda, crean olas de tendencias que nublan el verdadero camino hacia el uso efectivo de la IA, el cual radica en la transformación digital. Esta transformación implica el almacenamiento, clasificación e interpretación de los datos para verlos como un todo, orientándolos y plasmándolos en los objetivos de un proyecto o un negocio.

Durante la época de auge de la pandemia, el tema que resonó fue la “transformación digital”. En ese momento, muchas personas creían que esto simplemente se refería a tener una página web y presencia en redes sociales. Si bien estas acciones son importantes en el proceso de transformación digital, no se puede ignorar que por sí solas no generan un cambio en la cultura empresarial.

Eso es de manera precisa lo que implica realmente la transformación digital: un cambio en la cultura empresarial, donde todas las decisiones, ya sean financieras, operativas o de marketing está respaldadas por los DATOS. Y es aquí donde radica la clave; si se busca incorporar herramientas de IA en el negocio del sector salud, es fundamental tener un dominio y una gobernanza de los datos.

Lejos de lo que pueden ofrecer los SAAS (Software as a Service) que brindan servicios para historias clínicas y proporcionan herramientas de captura de datos predeterminadas, en las que, según cada software, se consideran necesarias para el uso del negocio, como ventas, inventario, historia clínica e incluso herramientas de marketing, esto dista mucho de ser un dominio y gobierno completo de los datos.

Por suerte existen formas de crear aplicaciones que permiten visualizar, analizar, curar, filtrar e incluso personalizar maneras de ver la información e interpretarla. Una vez se comprende la importancia de ser el verdadero dueño de los datos clínicos, es posible comenzar a considerar la implementación de aplicaciones de inteligencia artificial. Gracias al dominio de los datos, estas aplicaciones pueden ser entrenadas para identificar patrones de comportamiento, patrones clínicos e incluso patrones psicosociales que permiten usarse para la toma de decisiones empresariales. Ayudan a mejorar los flujos operativos, optimizar la inversión en marketing y la toma de decisiones en compras, lo que permite al negocio identificar tendencias de sus clientes.

Una vez cubierto el aspecto de los datos, la inteligencia artificial se convierte en un gran aliada desde la consulta de optometría. Mediante el uso de equipos que capturan imágenes diagnósticas, es posible crear modelos predictivos que ayuden a perfilar con mayor detalle casos como el glaucoma, las retinopatías en estados iniciales e incluso distinguir entre distintos tipos de ojo seco en los pacientes. Dado que es cada vez más difícil lograr que los pacientes remitidos lleguen a tiempo a la valoración por oftalmología general, estas aplicaciones permitirían hacer remisiones más precisas y oportunas.

Así que, antes de empezar a plantear sus dudas al chat GPT, pregúntese si usted podría adoptar el enfoque de un profesional de salud con posibilidad de analizar y controlar los datos clínicos que guarda diariamente en el software de su proveedor de sistemas de información.

 

Nathalia Montes González, OD Magíster en innovación Google Cloud Innovator, Certificada en Inteligencia Artificial By Microsoft. Editora del Área de Manejo Empresarial
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