Los niños necesitan monturas cómodas y que se ajusten correctamente a la forma de su rostro, en especial al puente de su nariz, que en los niños pequeños no está completamente desarrollado. Es importante que los marcos se mantengan en su lugar; de lo contrario, los niños tienden a mirar por encima de ellos.
Los brazos que se envuelven alrededor de la parte posterior de la oreja son una buena opción, ya que ayudan a evitar que las gafas se deslicen por el rostro del niño. Se recomiendan bisagras con sistemas de articulación resistentes para prevenir la necesidad de ajustes y reparaciones frecuentes.
En cuanto al material del marco debe ser flexible, liviano, resistente y mejor sin partes metálicas para los más pequeños. Los niños más grandes pueden seleccionar otros materiales como son el acetato o el nylon. Si el niño ha mostrado sensibilidad a algunos materiales, es recomendable que las monturas estén fabricadas con materiales hipoalergénicos.
