Debido a la gran relevancia que ha tomado la problemática de la miopía en el mundo así mismo se han multiplicado las publicaciones de todo tipo acerca de este tema: etiología, definiciones, práctica clínica, diagnósticos, tratamientos. La cuestión es determinar en esos miles de artículos cuáles son realmente relevantes para nosotros los profesionales clínicos que nos lleven a tomar las decisiones correctas al evaluar, diagnosticar y tratar a un paciente con miopía.
Creo que es importante empezar mencionando las palabras que el Dr. José Manuel Méijome-González nos dice cada vez que habla acerca de qué información es valiosa: “Publicación es diferente a Evidencia”. Lo que nos lleva al siguiente punto: La práctica clínica basada en evidencia, que es el uso acertado de la mejor evidencia científica actual, sólida y confiable, en la toma de decisiones sobre el cuidado del paciente individual. Esto también integra la experiencia clínica y tiene en cuenta los deseos, valores y necesidades del paciente.
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Esto nos obliga a ser críticos y analíticos al momento de estar investigando acerca de algún tema o leyendo las publicaciones, ya que toda la información no tiene el mismo peso clínico y evidencia de calidad. Una guía referente puede ser la pirámide de jerarquía de evidencia, donde nos muestra el valor que tienen los diferentes tipos de estudios clínicos.
En la base de la pirámide encontramos aquellos que tienen una calidad en la evidencia muy baja y un alto riesgo de sesgo como la opinión de expertos y reporte de casos. A medida que ascendemos se encuentra lo que son serie de casos controlados y cohortes. Y casi en el ápice de la pirámide vamos a ver los reportes con mayor calidad y menor sesgo como los estudios aleatorios controlados y en algunos casos son ciegos o doble ciegos. En el ápice se colocan las revisiones sistemáticas y los metaanálisis.
Entonces al buscar información basada en evidencia, se debe seleccionar el mayor nivel de evidencia posible: revisiones sistemáticas o metaanálisis. Las revisiones sistemáticas, el metaanálisis y los temas / artículos evaluados críticamente han pasado por un proceso de evaluación muy estricto y se consideran “filtrados”. La información que no ha sido evaluada críticamente se considera “sin filtrar”. Desafortunadamente a medida que asciende por la pirámide, hay menos estudios disponibles; así que se deberá descender por la pirámide si su búsqueda de recursos en la parte superior de la pirámide no tiene éxito.
La práctica basada en la evidencia requiere que nosotros los profesionales de la salud visual hagamos uso de la mejor investigación que podamos encontrar para ayudarnos en la toma de decisiones. Recuerden, todas las publicaciones son importantes, todas pueden dejar algún aprendizaje, pero tienen diferente valor cualitativo.