En la actualidad existen diferentes aplicaciones de los lentes de contacto (LC); por supuesto, la corrección del error refractivo es la más conocida y estudiada. Sin embargo, derivaciones en los objetivos del uso de estos dispositivos para la salud ocular, los han llevado a destinos como la ortoqueratología, uso terapéutico en la restauración de la superficie ocular, y la fabricación de diferentes diseños que se adaptan cada vez mejor a la anatomía de las estructuras con las que tiene contacto.
Con tanto desarrollo en evolución, presente y futuro, los materiales con los cuales se manufactura un lente son fundamentales para cumplir el objetivo clínico para el cual fueron propuestos. De esta manera, se puede afirmar que el material del lente contribuye enormemente en la eficacia y seguridad del LC. Por tal motivo, es importante que el profesional de la salud visual reconozca que estos materiales tienen propiedades que influirán en el éxito de la adaptación, y tienen una función específica tanto para el lente en sí mismo, como para la salud de la superficie ocular.
Una propiedad de los materiales que no se debe pasar por alto es la transmitancia de la luz. Se ha establecido, por ejemplo, que para los LC rígidos no tintados, la transmitancia de la luz no debe ser inferior al 88 %, y para los lentes de blandos, es mínimo del 92 %. En el caso especial de los lentes de hidrogel, se requiere que la superficie sea uniforme y continua, para que contribuya a una adecuada transmitancia de la luz y resolución estable cuando el lente pasa del estado seco al estado hidratado, evitando al máximo la distorsión. Se afirma, por ejemplo, que cuando el contenido acuoso de un lente blando es mayor a la absorción del agua en equilibrio, ocurrirá una separación de fases en la polimerización. De esta forma, el agua excesiva se dispersará dentro de la matriz del lente agrupándose en lo que podría llamarse un centro de dispersión. Este hecho disminuirá la transmitancia a la luz del material.
Otro factor para considerar con base en la transmitancia de la luz tiene que ver con la posibilidad que tiene el material de trasmitir la franja ultravioleta (UV) del espectro electromagnético. Por esta razón la transmitancia de esta franja dañina para el ojo debe ser inversa y cumplir la función de bloqueadora para prevenir que la radiación UV ingrese al ojo y se constituya en un peligro para la formación de pterigiones o catarata. Con esta premisa, se conoce que los materiales para lentes de contacto deben tener una absorción mínima del 95% de los rayos UVB y el 70% de la radiación UVA.
Siguiendo con el abordaje de las propiedades importantes de los materiales para lentes de contacto, es preciso destacar la hidrofilicidad. Esta propiedad se analiza en términos de contenido acuoso o humectabilidad de superficie. en términos prácticos, se trae a colación el polietilenglicol que se utiliza para mejorar la hidrofilicidad de la superficie de los lentes de contacto cuya material principal se basa en la silicona, especialmente en los materiales para lentes blandos. También se habla que algunos polímeros zwitteriónicos son capaces de atrapar moléculas de agua para prevenir eficazmente la deshidratación ocular, manteniendo un alto contenido de agua en el lente de contacto y previniendo la formación de biofilm, que es potencial causante de infecciones de la superficie ocular.
Por otro lado, la inclusión de tensioactivos puede mejorar la humectabilidad y la lubricidad de la superficie, lo que mejora la comodidad al uso. En la actualidad, para que un material para lente blando tenga un potencial mayor contenido de agua y una menor tasa de adherencia de proteínas a la superficie, se debe buscar la copolimerización del monómero de hidroxietilmetacrilato y la 2-metacriloxietil-fosforilcolina, que es altamente biocompatible.
Otra propiedad importante de la que depende la salud de la superficie ocular es la permeabilidad al oxígeno, para que se garantice que la córnea obtenga el oxígeno necesario esencial para mantener su función metabólica normal. Lo anterior para evitar alteraciones tales como: epiteliopatías, daño estromal y daño endotelial. En este sentido, El valor de Dk o coeficiente de permeabilidad al oxígeno, determinará la capacidad del material para permitir el paso del oxígeno, y cuanto mayor sea este valor, mejor será la permeabilidad del lente a este gas y, por otro lado, el Dk/t o transmisibilidad de oxígeno permitirá evaluar de manera más precisa la cantidad de oxígeno que realmente llega a la córnea, siendo la variable que mejor aporte clínico tiene en la salud ocular. (1)
Hablando propiamente de materiales, se conoce por ejemplo que los hidrogeles de silicona son materiales efectivos para dejar pasar el oxígeno, sin olvidar que el espesor del material influye en la transmisibilidad del oxígeno. Esto indica el cuidado especial que se debe tener en lentes gruesos para corregir ametropías altas, o en diseños cuya diferencia de espesor transmite diferente cantidad de oxígeno a la córnea. Tal es el caso de los diseños tóricos. En general, se estipula que el valor de Dk/t debe ser superior a 24 barrers/mm para uso diario, y mayor a 87 barrers/mm para el uso extendido, evitando así los efectos adversos de la hipoxia. Aquí es preciso aclarar que el criterio profesional en cuanto a horas de uso recomendadas para los lentes que se prescriban depende de diferentes factores tales como: la salud de la superficie ocular, las demandas visuales, la salud del limbo esclerocorneal, el sistema de cuidado y mantenimiento, factores de riesgo derivados de los estilos de vida y las condiciones de salud del paciente, etc.
Continuando con las propiedades, es momento de abordar el índice de refracción (n), que debería coincidir con el de la córnea que es 1,376. Generalmente esta propiedad depende tanto del material como de la cantidad de agua que posea. Se ha descrito que el n de los lentes de fluoroacrilato de silicona está entre 1.42 y 1.46, mientras que el de los lentes de acrilato de silicona está por encima de 1.46. Lo expuesto señala que, para generar lentes de contacto delgadas, se requiere el uso de material de alto índice para que garantice lentes confortables y menos pesados para el paciente.
Finalmente, otra propiedad digna de ser tenida en cuenta es la resistencia biológica para evitar la contaminación bacteriana y la formación de biofilm. Para esto, se han empleado recubrimientos de mucina y óxido de polietileno (PEO, por su sigla en inglés), que disminuyen la fricción y la adhesión de bacterias y proteínas. Adicionalmente, compuestos como el ácido hialurónico potencian la humectabilidad y la resistencia al biofouling, lo que incrementa la seguridad del paciente.(1)
Adaptado de:
- Yuan W, Zhao F, Liu X, Xu J. Development of corneal contact lens materials and current clinical application of contact lenses: A review. Biointerphases. 2023 Sep 1;18(5).
Martín Edisson Giraldo Mendivelso. Optómetra ULS, Magister Ciencias de la Visión. ULS. Especialista en Segmento Anterior y Lentes de Contacto USTA, FELLOW IACLE. Profesor Universidad CES, Medellín. [email protected].