Los usuarios de lentes de contacto frecuentemente presentan argumentos inconsistentes con respecto a su uso y mantenimiento, lo que preocupa al optómetra. ya que, a pesar de que los lentes pueden ofrecer una corrección visual efectiva, algunos pacientes experimentan molestias e intolerancia asociadas a su uso.
La evidencia clínica sugiere que, exceptuando las ocho horas promedio de sueño -un tercio del día-, muchos pacientes usan sus lentes de contacto durante el resto del día. Esto se basa en recomendaciones del fabricante y del profesional tratante, quinen destacan que los hidrogeles de silicona (HiSi), con su capacidad de incrementar la oxigenación corneal, permiten extender de forma segura el tiempo de uso de los lentes sin consecuencias fisiológicas. Sin embargo, la realidad muestra un creciente rechazo e intolerancia a los lentes de contacto, así como casos de edema y reducción visual, posiblemente atribuibles a condiciones de uso como lo sugieren Batlle y cols., (1) y eventualmente exacerbados como efectos secundarios a sobreuso o condiciones no recomendadas.
Aunque estos materiales requieren una reposición frecuente debido a la acelerada formación de depósitos y biofilm en su superficie, el sobreuso puede incrementar las infecciones oculares y la intolerancia por hipoxia o hipersensibilidad. A pesar de su condición de dispositivo médico, los lentes de contacto son “cuerpos extraños” y barreras artificiales para la oxigenación corneal, que tras el sobreuso generan cambios fisiológicos, que superan los umbrales fisiológicos de tolerancia metabólica y somatoestésica, que pueden causar disfunción corneal y daño irreversible de la superficie ocular. Ver Figura 1.
Figura 1. En su orden respectivo, detalle de los depósitos proteicos sobre la superficie central (eje visual) de un lente hidrofílico de hidrogel de silicona, con forma geográfica. A la derecha, se aprecia el detalle de depósitos lipídicos de aspecto globular o grumoso con afectación de la hidratación de la superficie del lente de contacto. (2)
Al respecto, Tauste y cols. (3) advierten un incremento de la intolerancia en usuarios de lentes de contacto habituados al uso de dispositivos electrónicos por más de ocho horas diarias, que se agrava en ambientes secos o aires acondicionados, especialmente tras la acumulación excesiva de depósitos o biofilm con agregados proteicos, lipídicos y bacterianos.
Agentes contaminantes de los LC
Estos agentes, como causantes de intolerancia y deserción de uso, dependen del hábitat o entorno laboral de cada paciente. Entre ellos se encuentran:
- Depósitos proteicos: menos frecuentes en lentes HiSi debido a su baja ionicidad. Aparecen cuando se superan los periodos de reposición recomendados o cuando no se realiza una limpieza apropiada, lo que puede provocar reacciones como conjuntivitis papilar gigante (CPG), limitación del intercambio de oxígeno, hipoxia corneal, afectación visual, intolerancia del lente y, en última instancia, deserción del uso por intolerancia.
- Depósitos lipídicos: atraídos por el contenido siliconado, ocupan la superficie del lente e impiden la adherencia del componente lagrimal acuoso, causando resequedad ocular por humectación deficiente con reducción visual y disfunción de las glándulas de Meibomio, especialmente acentuadas con las horas de uso.
- Depósitos exógenos o biofilm: propician el crecimiento de colonias bacterianas y micóticas infecciosas, las cuales pueden generar úlceras corneales, especialmente cuando los lentes se usan ininterrumpidamente durante días o semanas incluyendo horas de sueño, sin el mantenimiento mínimo requerido.
Complicaciones por uso inadecuado
Son una sumatoria de variables correlacionadas, cuyos hallazgos clínicos de intensidad y frecuencia variable incluyen:
- Hipoxia corneal y edema secundario, asociados al material del lente, horas de uso y hábitos de mantenimiento.
- Potenciales infecciones oculares derivadas de un mantenimiento inapropiado y hábitos oculares insalubres.
- Ojo seco, debido a cambios anatomofuncionales oculares y factores exógenos como la temperatura y la humedad relativa ambiental.
- Reducción del movimiento del lente, lo que afecta el intercambio lagrimal y la oxigenación corneal.
- Variación bioquímica lagrimal con aumento del lactato, pH y gas carbónico lagrimal, constitutivas de un ciclo que afecta la tolerancia y efecto correctivo real del lente, respecto a aquellos empleados en un marco terapéutico responsable y asistido profesionalmente. Ver Figura 2.
Figura 2. Detalle de queratitis ulcerativa central de gran extensión y compromiso visual, causada por Acanthamoeba. Imagen cortesía Centro Oftalmológico Carballino. (4)
Recomendaciones para un uso responsable
De acuerdo con la experiencia de usuarios de lentes de contacto HiSi de larga data, es preciso ajustar el enfoque de adaptación y educar al paciente sobre el uso adecuado y funcionalmente aceptable de sus lentes de contacto, considerando las siguientes recomendaciones:
- Usar materiales biocompatibles y bien tolerados por el paciente.
- Limitar el uso de los lentes por periodos máximos de 8 a 10 horas diarias.
- Retirar los lentes durante descansos o siestas diarias, para permitir la oxigenación corneal, siempre que las rutinas lo permitan.
- Suspender los lentes al menos un día por semana, alternándolos con anteojos -preferiblemente fines de semana-. • Realizar una limpieza y desinfección diaria para eliminar el biofilm y minimizar reacciones oculares.
- Esterilizar el portalentes y cambiarlo frecuentemente.
- Reemplazar los lentes según su ciclo recomendado de vida útil, para garantizar sus propiedades físicas, ópticas y de bioseguridad.
- Manipular los lentes con manos limpias y evitar bañarse con ellos puestos.
- Realizar revisiones oculares periódicas, pues a diferencia de los anteojos, los lentes de contacto tienen mayor probabilidad de inducir cambios funcionales, detectables y manejables solo mediante señales tempranas en la consulta.
Si bien estas recomendaciones mejoran la experiencia de uso y reducen los síntomas, condiciones extremas de contaminación y temperatura pueden causar molestias temporales. Sin embargo, un paciente bien informado, con una adecuada instrucción y conocimiento de las limitaciones y expectativas reales sobre estos dispositivos, podrá entender y manejar estas situaciones. Aunque los lentes de contacto no son perfectos, brindan un beneficio correctivo significativamente superior a sus riesgos y síntomas potenciales, al interactuar constantemente con la lágrima y la fisiología de la superficie ocular.
Referencias
- Batlle Ferrando S, Marín Martínez S, Boniquet S, Sabater N. Complicaciones asociadas al uso de lentes de contacto blandas. Institut Clinic d’Oftalmolgia (ICOF), Hospital Clinic de Barcelona, Barcelona, España. Medicina de familia: SEMERGEN. 2020; 3(46): 208-213 (abril 2020). DOI: 10.1016/j.semerg.2019.09.004
- Intolerancia a los lentes de contacto o mala limpieza https://www. ceopes.com/intolerancia-a-los-lentes-de-contacto
- Tauste Francés A, Ronda Pérez E, Seguí Crespo MM. Alteraciones oculares y visuales en personas que trabajan con ordenador y son usuarias de lentes de contacto: una revisión bibliográfica. Rev.Esp.Salud.Pública. 2014; 2(88).
- Complicaciones por lentes de contacto https://www.centrooftalmologicocarballino.com/noticias/20/complicaciones-por-lentes-de-contacto-lc
Autor: José Joaquín Guerrero Vargas
Optómetra clínico