Cuando pensamos en los niños que deben usar anteojos desde pequeños solemos escuchar: “pobrecito tiene que cargar con esas monturas”, “en la escuela la van a hacer bullying”, etc. etc.
Pero no tiene por qué ser así, hoy contamos con muchísimas herramientas nuevas que no solo satisfacen la necesidad visual, también hay materiales y diseños que mejoran la comodidad para el uso continuo, sin dejar de lado la estética. Esto antes era muy común y como resultado usar monturas era todo un problema para los niños.
Si hablamos de los lentes oftálmicos vemos que materiales como el policarbonato o el Trivex han superado a los lentes CR39 en cuanto a resistencia al impacto y a los rayones, estos tienen un espesor considerablemente menor, algo que se aprecia mucho cuando tenemos graduaciones altas. Ahora son más seguros, confiables y mejoran no solo el espesor del lente, sino que también la estética del usuario.
Al elegir la montura contamos con muchas posibilidades en cuanto a materiales y diseño, por eso la ayuda del profesional para seleccionar las más adecuadas según la necesidad visual y la edad, es fundamental. Por ejemplo, las monturas de goma para los más pequeños se han convertido en una gran solución, porque tienen mayor facilidad de sujeción, es un material blando y resiste muy bien los golpes. Quizás algo a tener en cuenta es que, si hay que colocar un lente para corregir astigmatismo, tenemos una mayor posibilidad de que el lente se gire y provoqué un problema de visión. Tienen una gran cantidad de colores llamativos en bases opalinas que le dan un acabado suave al tacto.
En materiales inyectados como TR90 o Nylon empezamos a tener opciones de diseño más variadas y actuales, esto permite lograr monturas más delgadas y livianas. Estas son coloreadas con distintas técnicas, que son muy similares a las monturas de moda que usan los adultos. Una particularidad de este tipo de material es la posibilidad de que las bisagras de frente y patilla estén hechas como parte de la misma pieza, esto si bien pudiera hacerlas parecer un poco más frágiles, es mucho más seguro para los niños a la hora de jugar ya que un golpe, aunque sea fuerte, no les lastimará el rostro o sus ojos.
Si bien las monturas metálicas han mejorado muchísimo en función con las nuevas tecnologías, quizás sean las menos recomendables. Para que una montura de metal sea segura para un niño debemos buscar materiales como el titanio o aleaciones flexibles que permitan la torsión del frente para que, ante un golpe o cualquier acción física, tan común en los chicos, no provoque un corte o lastimadura en el rostro. Por eso la elección tiene que hacerse con base en el usuario, edad, actividades, gustos, etc. no hay duda de que las monturas metálicas son las más delgadas y quizás sean la elección correcta si tenemos en cuanta lo antes mencionado.

Las monturas de acetato nos pueden dar la posibilidad de ir de un anteojo delgado a uno más grueso, con personalidad y más asociado con las nuevas tendencias. Lo que cambia aquí es la estética y el contacto con la piel de un material de tipo orgánico que es sumamente suave y se adapta al usuario. Y algo que se destaca en este material es la gran variedad de colores que no son pintados, sino que son parte de su estructura. La luz nos deja ver la combinación de colores y su profundidad, haciéndolo único y que ese color es inalterable, aunque jugando se raspe o se raye, no cambiará su color.
Más allá del material elegido para la montura, podemos contar con nasales (almohadillas o plaquetas) ergonómicos e hipoalergénicos que son más cómodos y seguros. O patillas de ultem, mucho más flexibles y que se pueden combinar con frentes de inyección, metal o acetato.
Algo que no debemos dejar de lado es la garantía sobre este tipo de productos donde no solo el profesional va a orientar sobre la mejor opción para el paciente, sino que la empresa detrás de este tipo de montura, nos asegure su nivel de calidad y respuesta ante un imprevisto del paciente.
Así que las monturas para niños no son para nada un juego, si podemos hacer divertido el proceso y que finalmente cambiemos el “pobrecito tiene que cargar con esas monturas” por “Qué bonitas monturas llevas”.

Ariel Longo
Diseñador de Monturas
Editor del Área de Anteojos
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