Desde tiempos inmemorables hemos repetido constantemente la importancia de la fase lipídica y de la fase acuosa en la matriz lagrimal, incluso nuestras pruebas clínicas de consultorio se centran en determinar de una manera cualitativa y/o cuantitativa, el estado de estos dos componentes y así diagnosticar el origen del ojo seco.

¿A cuántos de ustedes les han llegado pacientes que cumplen con los criterios clínicos de enfermedad de ojo seco pero que curiosamente reportan un lagrimeo frecuente? ¿Qué tan habitual es que sus pacientes que padecen de EOS refieran una secreción tipo “moco” que constantemente los agobia? Pues en mi consulta, y estoy casi seguro de que en la de ustedes también, es bastante común y duré un tiempo en entender realmente este fenómeno, que quiero compartir en esta editorial.

Sabemos que la mucina es producida esencialmente por las células caliciformes ubicadas en la conjuntiva, sin embargo, estudios han demostrado su presencia, especialmente las MUC1, MUC4. MUC5 y MUC6 (glicoproteínas secretoras de mucina) en las secreciones que produce la glándula lagrimal, haciendo que nuestra superficie ocular obtenga propiedades hidrofílicas y que la matriz lagrimal se adhiera sobre ella. Por otro lado, una vez producida y secretada, debe ser sintetizada para que su consistencia mucinosa se vuelva, por decirlo de una manera sencilla, más soluble y se pueda mezclar con la fase acuosa de la lágrima; para que se dé este proceso, se requiere la labor de los epitelios corneales y conjuntivales, quienes son los que participan activamente en esta función.
Ahora bien, una vez entendido lo anterior, si tenemos una falla fisiológica de la mucina vamos a tener dos consecuencias: la primera es pérdida de adherencia de la matriz lagrimal, lo que explica el lagrimeo, y segundo, esta falla genera una alteración de la homeostasis de la ML, que si no se controla a tiempo ocasionará procesos inflamatorios con apoptosis celular, esta apoptosis dañará los epitelios de la superficie ocular y por tanto ellos no serán capaces de sintetizar la mucina, lo que explica la presencia de esta secreción tipo “moco” que reportan los pacientes. Después de leer este corto aporte ¿Dejaremos nuevamente a la mucina en el olvido?

Andrés Solórzano Bernal F. O.D. Docente Área Andina, Pereira Editor Área Superficie Ocular

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