Ella J. Rojas Llano, OD Editora del Área de Manejo del Talento Humano
Cada día, más empresas apuestan por la felicidad en el trabajo de sus colaboradores, pero esto no depende solo de éstas, también hay un componente personal en este aspecto. Por eso, es importante evaluar por qué, a pesar de los esfuerzos que hacen las empresas por trabajar en la felicidad de sus empleados, siguen mostrando inconformes.
La tarea no es solo de la empresa. Debemos poner de nuestra parte. Es necesario conocer las bondades de la empresa en la que trabajamos e informarnos de lo que hacen otras compañías. Sucede que entre mejores son las condiciones, la inconformidad puede aumentar ante el mínimo error. Debemos tener en cuenta que las empresas no son perfectas, es complejo conocer las expectativas de cada trabajador y cumplirlas.
Hace años los colaboradores de un cliente me contaban que les habían quitado el café por una reducción de gastos. Aunque tenían otras condiciones laborales que no se encontraban en otras empresas como pago puntual, salario alto comparado con profesionales del mismo ramo, día de la familia, cumpleaños libre, muchas cosas que para la época no eran comunes, pero el impacto de eliminar el café fue significativo. ¿Y si quitaran el día libre, o el día de la familia, en lugar del café? Es difícil determinar cuál hubiera sido más impactante sin preguntar. Es esencial la comunicación fluida y la confianza entre la empresa y los colaboradores para que estos últimos puedan expresar sus opiniones y entender que, si hay que restringir algo, aún cuentan con otros beneficios.
Más allá de defender las empresas, ya sea poco o mucho lo que den, pues algunas solo se enfocan en el intercambio del salario por el servicio prestado, lo relevante es reflexionar ¿qué puedo hacer desde mi lugar, para ser feliz en mi trabajo? Hay empresas que cuentan con departamentos dedicados a crear planes de beneficios, otras más pequeñas son más cercanas a sus empleados y otras desconocen la importancia de este tema. Pero en todos los casos, ya sea con muchos, pocos e incluso ningún beneficio, puede haber inconformidad por pequeñas cosas. Pero, nuestra felicidad en el trabajo, que impacta directamente en nuestra productividad, no debe depender solo de factores externos o de un departamento de beneficios. La parte relacional, tanto con clientes como con pares, puede afectar más nuestra sensación de felicidad laboral, que el hecho de no tener ningún beneficio, al menos para algunas personas.
El propósito del trabajo que desempeñamos también influye en nuestra sensación de felicidad laboral. Si no tenemos un propósito claro en nuestras tareas, difícilmente podemos sentirnos felices.
En una conversación de coaching con una emprendedora, me decía “es duro, pero agradezco cada día tener a donde ir a trabajar” y sí, el agradecimiento por el trabajo, por la profesión, por el día, por la labor, por el salario, nos da otra perspectiva. Ser agradecido con ese paciente que nos eligió, con ese cliente que nos compró, porque sin ellos, el engranaje no se mueve, no hay producción y no ganamos. Si bien, es importante que las empresas reconozcan nuestro trabajo, también lo es, que reconozcamos que la empresa, grande o pequeña, nos está dando una oportunidad de desarrollo y de ingreso. Al reconocernos mutuamente como parte uno del otro, en agradecimiento, nuestra perspectiva del trabajo cambia, y aporta a nuestra felicidad.
Por último, es importante trabajar en la comunicación, tanto como empresa o jefe, tener la humildad de preguntar y escuchar. Como colaborador, es necesario proponer y comentar lo que genera incomodidad. La felicidad es una decisión personal, si bien los factores externos pueden influir algunos días, esos días duros no pueden definir nuestra felicidad.