La tecnología evoluciona segundo a segundo a nivel mundial. La era de las telecomunicaciones hace posible que los profesionales estemos enterados de su paso. Cada persona profundiza o simplemente lee y se entera. La especialidad, el gusto y la pasión por lo que hacemos son factores que determinan la posibilidad de apropiarla e implementarla.

En salud visual se cuenta con muchas áreas de investigación y desarrollo en productos. Es el rol diario de las compañías líderes en el mercado. Cada vez nos encontramos con productos que tienen ventajas y en nuestra practica está la posibilidad de implementarlos. ¿Tiene usted un protocolo para inclusión de nuevos productos a su práctica o institución? ¿Cumplen una fase de prueba?, ¿Observa su desempeño?, ¿revisa? Son preguntas claves para incluirlos en su vademécum para ofrecer al prescribir.

Desde mi experiencia puedo contarle amigo lector, que las compañías están abiertas y dispuestas a apoyarlo en este propósito. Los productos deben cumplir un ciclo de prueba en el post mercado y usted estimado colega puede ser una pieza clave en estos procesos. Recuerde los protocolos automatizan los procesos. Un ejemplo claro es la apropiación y puesta en práctica en los sistemas de salud, de las “guías de atención”, de las diferentes patologías. Esta adopción hace parte uno de los estándares, dentro de la visita que realizan el sistema de salud a nuestros consultorios en Colombia. Todos hemos visto en diferentes áreas como la oftálmica, contactología y ayudas diagnósticas, desfilar productos y equipos que utilizamos por un tiempo y luego desaparecen. Las compañías miden la vida media de sus productos en el mercado, con indicadores se miden su éxito, desempeño y factor de contribución dentro de un portafolio. Allí está dada la antigüedad de un producto en el mercado. Estos generan confianza y nos sentimos tranquilos al prescribirlos. Conocimiento, funcionalidad, clínica aplicada y pertinencia hacen parte de nuestro aporte para que la tecnología de estos dispositivos sea la indicada en cada paciente que requiera de su uso.

El nicho del mercado de dispositivos oftálmicos indicados para presbicia es quizás el más prolífico y diverso, donde es preciso no solo hacer uso de la clínica funcional, soporte y conocimiento del producto, sino de escoger muy bien nuestro paciente, si no se puede convertir en una barrera invisible para el éxito. No siempre la alta tecnología es la indicada, a veces la magia está en la pertinencia. Esta quizás es la clave del éxito. Es imprescindible separar el factor económico, de la salud y confort que podamos ofrecer con nuestra prescripción. El articulo más costoso no siempre es el mejor en términos de adaptación y funcionalidad para las exigencias de nuestro paciente/ cliente. Importante separarlos y tener clara la diferenciación.

Haciendo gala de la didáctica como medio pedagógico para el aprendizaje y aprovechando la época decembrina, en la cual disfrutamos y compartimos de las mejores cenas del año, permítanme concluir metafóricamente.

Dedicarse a la especialidad reúne una serie de condimentos, estos deben tener una armonía en sus cantidades y sabores para obtener un excelente plato, agradable al paladar. Normalmente, este es difícil de engañar y hace uso del gusto para determinar su disfrute y sabor.

La experiencia la construimos con condimentos que deben tener la mejor calidad y en porciones adecuadas y correctamente apropiadas. Clínica funcional correcta, perfecto conocimiento de producto, paciente apropiado, anteojos adecuados, laboratorio de confianza, excelente prescripción y un toque de gusto es la clave …. La pertinencia del producto. Démosle gusto a nuestro paciente. Se lo merece. Esa es la receta amigos.

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