En el mes mundial de la visión se publica el artículo de Huy Tran, MD Pediatric Ophthalmologist, Myopia Control Clinic, Hai Yen Eye Care, candidato PhD, BHVI.
La miopía se asocia con el glaucoma. Sin embargo, diagnosticar el glaucoma en ojos con miopía es un desafío debido a los cambios en la estructura y función de la retina que resultan del alargamiento axial. Este artículo describe los posibles dilemas que confunden el diagnóstico y el seguimiento del glaucoma en ojos miopes y las posibles soluciones para superar los problemas. Muchas evaluaciones utilizadas para detectar el glaucoma se analizan en detalle e incluyen el grosor del borde neurorretiniano, el grosor de la capa de fibras nerviosas retinianas (CFNR), el grosor de la capa plexiforme interna/de células ganglionares, la textura de la CFNR, la microvasculatura de la cabeza del nervio óptico, los campos visuales y el segmento anterior, y PIO. Se ha resumido el contenido de algunos de los diversos parámetros considerados en el artículo.
El grosor de la CFNR peripapilar es un parámetro clínico útil para el diagnóstico y seguimiento del glaucoma. En ojos miopes, los haces de RNFL superotemporal e inferotemporal tienden a acercarse temporalmente, lo que lleva a una RNFL temporal engrosada anormal y a una RNFL inferior y superior adelgazada en miopes altos. El adelgazamiento en las regiones inferiores puede dar lugar a falsos positivos, mientras que el engrosamiento en la región temporal puede enmascarar posibles defectos subyacentes del haz papilomacular. Para superar estos problemas, se sugiere considerar el ángulo kappa y la posición de las arcadas vasculares temporales y, si es posible, consultar una base de datos normativa personalizada de miopes.
Las pruebas de campo visual son una herramienta esencial en la evaluación del glaucoma. En ojos miopes, la presencia de defectos del campo visual relacionados con la degeneración macular miópica o lesiones maculares o un disco óptico sospechoso pueden desafiar y confundir los cambios relacionados con el glaucoma. En tales casos, puede ser necesario un seguimiento más estrecho de la progresión, el patrón del defecto, la ubicación y los acuerdos con otras evaluaciones estructural-funcionales. Por ejemplo, en el glaucoma no miope, los defectos del campo visual son normalmente el área de Bjerrum, y los escalones nasales con el campo visual central se conservan hasta etapas posteriores. En comparación, el glaucoma miópico a menudo puede ser escotomas centrales o paracentrales tempranos. Se recomienda el uso de protocolos perimétricos adecuados en ojos muy miopes. Además, se considera que el uso de lentes para gafas de alta potencia influye en los resultados de las pruebas del campo visual periférico, y se sugiere que puede ser aconsejable considerar el uso de lentes de contacto para la prueba.
Los autores abogan por un enfoque multimodal para evaluar el glaucoma en un ojo miope en el que se tienen en cuenta evaluaciones estructurales y funcionales. También advierten que es vital comprender las limitaciones (como la falta de bases de datos normativas adecuadas para correlatos estructurales) y las posibles fuentes de error para cada prueba utilizada en la evaluación y administrar la más adecuada según el escenario clínico.