Valentina Giraldo, periodista de Franja Visual
¿Qué tienen en común la precisión, la ligereza y la sofisticación? La respuesta está en una tendencia silenciosa, pero contundente: las gafas sin montura. Esta propuesta se aleja deliberadamente del exceso visual para posicionarse como un símbolo de autenticidad y refinamiento. No se trata de ocultarse, sino de revelar una actitud clara: menos adorno, más intención.
Diseñadas para quienes valoran los detalles y la funcionalidad, estas gafas apenas se perciben en el rostro, pero dejan una impresión duradera. Su estructura liviana no sacrifica resistencia ni estilo, y su diseño limpio se adapta con naturalidad tanto a looks ejecutivos como a estilos creativos o casuales. Son ideales para quienes buscan un accesorio versátil que complemente sin dominar.
El auge de esta tendencia responde a una búsqueda contemporánea: comodidad sin renunciar al carácter. En un entorno saturado de estímulos visuales, las gafas sin montura representan una pausa estética. Una forma de decir más con menos, de resaltar con sutileza y de expresar confianza sin necesidad de llamar la atención.
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