El término “fotofobia” proviene del griego “phōs”, que significa luz y “phóbos”, miedo o temor. Aunque literalmente significa “miedo a la luz”, en el ámbito médico se refiere a la sensibilidad aumentada de los ojos a la luz, que puede causar molestias e incluso dolor, especialmente ante las luces brillantes.

Es importante señalar que la sensibilidad a la luz no siempre está relacionada con una enfermedad. En muchos casos, surge como una respuesta natural del organismo a niveles elevados de luz, funcionando como un mecanismo de protección.

Más que una enfermedad la fotofobia es un síntoma asociado a diversas condiciones clínicas. Sin embargo, su presencia no necesariamente indica un problema grave, algunas personas simplemente tienen mayor sensibilidad a diferentes fuentes de luz como luz solar y a las fuentes de luz artificial como las fluorescentes e incandescentes.

Sus manifestaciones varían desde molestias leves o sensación de incomodidad hasta dolor significativo en los ojos incluso con niveles bajos de luz. El malestar que sienten depende de la gravedad de la fotofobia y de la causa.

Causas de la fotofobia

La fotofobia tiene múltiples causas, tanto oculares como neurológicas.

  • Condiciones oculares: trastornos del segmento anterior como iritis, ciclitis, queratitis, conjuntivitis, blefaritis y ojo seco, provoca fotofobia al irritar las fibras sensitivas del trigémino. En el segmento posterior, enfermedades como las distrofias de retina, retinitis pigmentosa y distrofias de conos, también se asocian, siendo a veces un signo temprano de esta última.
  • Afecciones intracraneales: trastornos como meningitis, hemorragia subaracnoidea, tumores hipofisarios o la apoplejía, también pueden causar fotofobia, debido a la irritación de las meninges, mediado por ramas del nervio trigémino de primera división, que las inerva.
  • Trastornos neurológicos: la migraña es la causa más frecuente de fotofobia, presente en hasta el 80 % de los pacientes durante un ataque. También se observa en lesiones cerebrales traumáticas, parálisis supranuclear progresiva y otros trastornos neurológicos.
  • Otros factores: puede ser un efecto secundario de medicamentos (como los usados en ansiedad, depresión y malaria) o procedimientos como la dilatación pupilar durante un examen, cirugía de cataratas o LASIK, entre otros. También puede estar relacionada con estrés, depresión, ansiedad y trastorno de pánico, así como enfermedades como la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica. Asimismo, deficiencias de vitaminas como A y B2 pueden contribuir a la sensibilidad ocular a la luz.

 

Manejo de la fotofobia

El primer paso para su manejo es una evaluación clínica exhaustiva para determinar su causa. Esto incluye un interrogatorio detallado, indagando sobre antecedentes, signos, síntomas y actividades diarias. El examen ocular suele incluir el uso de la lámpara de hendidura para analizar las estructuras del segmento anterior, junto con la aplicación de colorantes como fluoresceína para detectar daños en la córnea. También se evalúa la respuesta pupilar para identificar posibles alteraciones neurológicas y la dilatación pupilar para examinar a fondo la retina y el nervio óptico. Cuando no se identifica una causa de origen ocular evidente, es necesario ampliar el análisis hacia factores neurológicos o sistémicos. Si se sospechan condiciones centrales como meningitis o tumores hipofisarios, se debe remitir al neurólogo. Un enfoque diagnóstico integral no solo facilita el manejo de la fotofobia, sino que también ayuda a identificar enfermedades subyacentes, que puedan requerir tratamiento específico.

Una vez determinado el origen, el manejo se enfoca en abordar dichas causas. Además, hay algunos consejos prácticos que pueden ayudar a minimizar la fotofobia como: tratamiento para el síndrome de ojo seco; ajustar la iluminación en el hogar, utilizar bombillas con temperaturas de color cálidas o bombillas inteligentes ajustables; tomar descansos frecuentes de las pantallas; y protegerse de la luz solar directa.

Existen diversos tipos de lentes diseñados para reducir los efectos de la sensibilidad a la luz. Entre estos se encuentran los lentes FL-41, cuyo tinte ha mostrado ser útil para reducir la sensibilidad a la luz en algunas personas. Los lentes polarizados eliminan el deslumbramiento causado por superficies reflectantes, ofreciendo un alivio significativo para quienes padecen sensibilidad a la luz. Si el usuario desea una solución que combine funcionalidad y estética sin necesidad de cambiar de gafas de sol a graduados, los lentes con tecnología fotosensible son una excelente alternativa.

Estos lentes se adaptan automáticamente a las condiciones de luz, brindando protección tanto en interiores como en exteriores. Por ejemplo: la tecnología de los lentes Transitions® permite que se adapten automáticamente a las condiciones de luz cambiantes, bloquean el 100% de los rayos UVA y UVB, y filtran la luz azul-violeta tanto en interiores como en exteriores. Si quieres saber qué tan sensible a la luz eres, haz esta prueba para descubrir tu perfil de sensibilidad a la luz, disponible en https://www.transitions.com/es-co/quiz/

Entre sus múltiples alternativas, los lentes Transitions® Xtractive® Polarized™ destacan como una solución innovadora. Estos lentes fotocromáticos polarizados no solo reducen el deslumbramiento cegador, un problema común para quienes padecen fotofobia, sino que también mejoran la percepción del color, lo que resulta en una experiencia visual más cómoda y enriquecedora. Están diseñados especialmente para personas que se exponen con frecuencia a luz intensa, reflejos y radiación ultravioleta.

Para quienes presentan una sensibilidad extrema a la luz o están frecuentemente expuestos a condiciones de alta luminosidad, los lentes Transitions™ XTRActive® Nueva Generación son una opción ideal. Son lentes fotocromáticos extra oscuros, capaces de reaccionar tanto a la luz ultravioleta como a la luz visible, ajustándose automáticamente para controlar el exceso de luz según las condiciones del entorno y la exposición a la luz. Además, poseen un toque de color protector en interiores, que ayuda a mitigar los efectos de la iluminación artificial moderna y ofrece un confort visual continuo. Esta combinación de características convierte a los lentes Transitions® en una solución integral que, al adaptarse a diferentes entornos lumínicos, proporciona una experiencia visual notablemente más cómoda y práctica.

Referencias

– Digre KB, Brennan KC. Shedding light on photophobia. J Neuroophthalmol. 2012 Mar;32(1):68-81. doi: 10.1097/ WNO.0b013e3182474548. PMID: 22330853; PMCID: PMC3485070.

– Burstein R, Noseda R, Fulton AB. Neurobiology of Photophobia. J Neuroophthalmol. 2019 Mar;39(1):94-102. doi: 10.1097/ WNO.0000000000000766. PMID: 30762717; PMCID: PMC6383812.

– https://www.transitions.com/es-co/productos/transitionsxtractive-polarized/#main_placement_2  

– https://www.transitions.com/es/productos/transitionsxtractive/#main_placement_2

https://essilor.gr/en/glasses-needs/glasses-photophobia

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