Ya el año 2021 va en curso con muchas ilusiones y esperando que la situación de salud pública mejore, que nuestros proyectos y desafíos laborales y personales se consoliden este año teniendo en cuenta las dificultades que nos dejó a todos el 2020.
Clínicamente debemos tener en nuestro arsenal de opciones de ayudas diagnosticas el ultrasonido y usarlo en nuestra práctica clínica diaria, ¿por qué lo traigo hoy a consideración? simplemente veo muchos vacíos en la práctica y en situaciones donde aplica el ultrasonido no se usa.
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Las alternativas diagnósticas como la ecografía ocular modo A y B, la ultrabiomicroscopía, la biometría por inmersión deben ser más utilizados, es frecuente ver pacientes con nivel de agudeza visual muy baja o básicamente procesos en los cuales no sea fácil valorar el fondo de ojo bien sea por catarata madura, sospecha de hemorragia en vítreo o desprendimiento de retina, entre otros, la ecografía es un examen que nos aclara mucho el panorama y posible pronóstico y así poder tomar las decisiones adecuadas o la remisión al subespecialista idóneo para el manejo. Así mismo, en patología de órbita o medición de músculos extra oculares debemos aprovechar este recurso ecográfico. La ultrabiomicroscopía es el examen más objetivo de medición del ángulo camerular, si se sospecha de un ángulo potencialmente ocluíble, no nos quedemos con la duda solicitemos una ultrabiomicroscopia. Por último, esos pacientes con cataratas maduras donde la única opción es la intervención quirúrgica, cuando el paciente llegue a donde el cirujano es de gran ayuda para el paciente y el médico que va a intervenir, tener esta ayuda diagnóstica y los tiempos de solución indiscutiblemente serán más cortos.
Es de nuestra responsabilidad como optómetras usar las ayudas diagnósticas y darles el manejo adecuado, estoy completamente seguro que nuestros pacientes no lo agradecerán.