Es parte de la vida diaria el uso de dispositivos electrónicos digitales, y su uso se extendió más allá del objetivo educativo, de hecho, se estima que el uso de estos artefactos para la realización de compras se ha triplicado, y las personas mayores de 65 años se han convertido en usuarios asiduos de los mencionados aparatos, especialmente los smartphones. Con base en lo anterior, se hace más evidente la aparición de la fatiga visual digital (FVD), que genera síntomas como: ardor ocular, sensación de cuerpo extraño, resequedad, escozor, sensación de quemazón, y toda la línea de afecciones relacionadas con astenopia, que incluyen: visión fluctuante, diplopía, problemas de enfoque, cefalea y fatiga. (1)

Diferentes estudios han reportado que, por cada hora de uso de las tabletas o smartphones, se incrementa en más de cinco veces la posibilidad de tener fatiga y emborronamiento, sobre todo, en usuarios adultos. Lo que se dice hoy en día, es que la FVD es una entidad en la que se refleja un grupo colectivo de síntomas, y que, el uso de los dispositivos digitales, promueve alteraciones en la homeostasis de la superficie ocular, en el sistema acomodación-convergencia, en el reflejo del parpadeo, o un efecto simultáneo. (1)

Como factor posiblemente agravante, se presume que los altos niveles de luz azul emitidos por los dispositivos digitales, y la distancia tan cercana en la que se utilizan, pueden exacerbar la sintomatología de FVD. A consecuencia de ello, se ha implementado el uso de filtros bloqueadores de luz azul (BB) por su sigla en inglés, como una estrategia para disminuir los síntomas relacionados con la FVD. Dichos filtros se están incorporando en lentes oftálmicos, lentes de contacto, pantallas de computadores, y hasta lentes intraoculares. Sin embargo, aún no se ha demostrado en su totalidad la eficacia de estos filtros contra la FVD. Por ejemplo, Palavets et al 2019, realizó una investigación en la cual la población de estudio realizó una lectura de 30 minutos ininterrumpidos, a través de una tableta. Este dispositivo se cubrió tanto con un filtro bloqueador de luz azul en un grupo, y con un filtro de densidad neutra en otro grupo. Ambos filtros fueron comparables en el sentido, de producir la misma luminancia del dispositivo electrónico. Al comparar los dos grupos, no se encontraron diferencias significativas en la sintomatología reportada por cada uno, tampoco existieron diferencias en la respuesta acomodativa, ni en la dimensión vertical de la apertura palpebral. Lo que si se observó es que la magnitud de la respuesta acomodativa incrementó considerablemente posterior a los primeros 9 minutos de la lectura prolongada en ambos grupos. Este autor concluye que el filtro bloqueador de luz azul no es más efectivo que el filtro de densidad neutra, y que falta más evidencia científica para demostrar el efecto del BB sobre la FVD. (2)(3)

Imagen tomada de: https://acortar.link/GKkUBZ

Dando continuidad a la búsqueda de evidencia, Redondo et al 2020, estudió el efecto de un filtro BB para pantallas de computador muy difundido comercialmente. Los participantes tuvieron que hacer lectura continua por un período también de 30 minutos, y comparar la misma lectura sin el uso del filtro, con un espacio de 2 días entre las sesiones. Como resultados principales, los autores encontraron que la cantidad de lag de acomodación, así como la variación de la respuesta acomodativa, fueron insensibles al nivel de luz azul. También se apreció que a medida que pasaba el tiempo de lectura, aumentaba la inestabilidad de la acomodación, pero que, en este sentido, era un factor independiente del nivel de luz azul emitida por el dispositivo. Por otro lado, se pudo determinar que la velocidad de lectura mejoró con un incremento de 15.5 palabras por minuto cuando se usó el BB. Sin embargo, este hecho no tuvo ninguna asociación con cambios significativos en la dinámica de la pupila o en los niveles de confort visual. De esta manera, la conclusión principal de la investigación, es que no hay suficiente soporte científico para afirmar que los BB tienen efecto atenuante sobre los síntomas visuales, la dinámica acomodativa, y los signos asociados a la FVD. (2)

Al ahondar más en el estudio de Rosenfiel et al 2020: un estudio doble ciego, en el que se comparó la sintomatología de los participantes al usar un BB incorporado al lente oftálmico, frente a un lente sin filtro. El tiempo de la lectura fue de 20 minutos en este caso, a través de una tableta. La investigación evidenció que a medida que va aumentando el tiempo de lectura, los síntomas se incrementaban por el uso cercano del dispositivo electrónico, pero dicho incremento se presentó en la misma proporción en los usuarios del filtro BB, y los que no lo tenían incorporado en el lente oftálmico. Este es otro estudio que muestra la falta de evidencia que permita recomendar con certeza el uso de filtros BB en el tratamiento de la FVD. (4)

Otro estudio para destacar es el de Singh et al 2021, ya que en su investigación se utiliza una muestra mayor (n=120), un diseño metodológico robusto (doble ciego aleatorizado), y un mayor tiempo de uso del dispositivo electrónico (2 horas). En este caso, se midió la frecuencia crítica de fusión del flicker de luz, que se considera una medición objetiva de la FVD. Para la comparación de esta variable entre el uso de filtro BB incorporado en el lente oftálmico, y el no uso del mismo, no hubo diferencias significativas. Un dato interesante de resaltar, es que, entre los participantes, se dividieron dos grupos que eran aquellos que apoyaban el uso de los BB, y otro que no lo hacía respectivamente. En el desarrollo del estudio, tampoco hubo diferencias significativas en la sintomatología entre estos grupos.(5)

Todo lo expuesto anteriormente, demuestra que aún no existe evidencia científica robusta que permita implementar el uso de filtros BB como parte del tratamiento de la FVD, faltan más estudios que arrojen conclusiones definitivas, este es un campo en el que el profesional de la salud visual debería intervenir más activamente, ya que casos de FVD se presentan a diario en la consulta.

Referencias

1.        Jaiswal S, Asper L, Long J, Lee A, Harrison K, Golebiowski B. Ocular and visual discomfort associated with smartphones, tablets and computers: what we do and do not know. Clin Exp Optom. 2019;102(5):463–77.

2.        Redondo B, Vera J, Ortega-Sánchez A, Molina R, Jiménez R. Effects of a blue-blocking screen filter on accommodative accuracy and visual discomfort. Ophthalmic Physiol Opt. 2020;40(6):790–800.

3.        Palavets T, Rosenfield M. Blue-blocking Filters and Digital Eyestrain. Optom Vis Sci. 2019;96(1):48–54.

4.        Rosenfield M, Li RT, Kirsch NT. A double-blind test of blue-blocking filters on symptoms of digital eye strain. Work. 2020;65(2):343–8.

5.        Singh S, Downie LE, Anderson AJ. Do Blue-blocking Lenses Reduce Eye Strain From Extended Screen Time? A Double-Masked Randomized Controlled Trial. Am J Ophthalmol [Internet]. 2021;226:243–51. Available from: https://doi.org/10.1016/j.ajo.2021.02.010

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