Es fundamental recordar y tener en cuenta que la definición más sencilla que se tiene de un lente es: “medio óptico, limitado por dos superficies, de las cuales, al menos una es curva”. El objetivo de este dispositivo óptico es lograr que la luz focalice de manera precisa y exacta a en la retina. Aunque parece una descripción obvia, muchas veces no se cumple este objetivo por un descuido que ópticamente afecta la calidad visual del paciente.

Los lentes oftálmicos o de contacto están diseñados de tal manera que la luz que choca o pasa a través de las dos caras que lo conforman cumplan con todas las propiedades ópticas: refracción, reflexión, transmisión y absorción. De acuerdo con la fórmula obtenida en el examen visual, se busca que dicha luz se enfoque en la mácula, después de atravesar todos los medios refringentes del ojo.

El descuido al que me refiero, que no permite una buena visión en el usuario de corrección óptica, se trata de la diferencia entre la distancia a la que se realiza el examen visual y la distancia a la que se usa y adapta la ayuda óptica prescrita. Es de alta importancia que la distancia a la que se realizó la refracción del paciente, sin interesar el equipo utilizado (forópter, caja de pruebas, reglas esquiascópicas, etc.), sea la misma a la que se utiliza la montura o armazón, que sostiene los lentes correctores.

Este espacio en óptica oftálmica se conoce como distancia al vértice. Se trata de la distancia en milímetros que hay entre el ápice corneal y la cara posterior del lente en uso, específicamente a la altura del centro óptico, que normalmente suele estar ubicada entre 12 y 14 mm, con promedio de 13 mm. Cuando se modifica la distancia al vértice de la montura, todo el sistema óptico se desplaza. Esto quiere decir que, si la distancia es menor a la del examen realizado, el punto focal se ubica posterior a la retina (induce hipermetropía) y si la distancia es mayor, el punto de focalización se ubica antes de la retina (induce miopía); dependiendo del valor de la formula el paciente puede quedar hiper o hipo corregido, reportando mala calidad visual o diferencias a la visión que alcanzaba en consulta.

Para el caso de contactología, esta distancia se debe calcular para obtener la potencia final del el lente de contacto, esto se conoce como distometría, se realiza mediante una fórmula establecida (tiene en cuenta potencia del lente oftálmico y su distancia de adaptación), se aplica a partir de 4.00 dioptrías, ya que para fórmulas menores es despreciable, por lo tanto, no genera diferencias en la calidad visual obtenida con la misma fórmula en gafas. Por lo tanto, se puede concluir que la optometría es precisión y exactitud en todas las medidas que se toman para adaptar un dispositivo óptico y visual.


Referencias

  • Iglesias, J. & Rodríguez, A. (2019). Óptica oftálmica. Teoría y problemas. Madrid: Fundación Salud Visual y UCM.
  • Perdomo Ospina, C. (2009). Fundamentos en lentes oftálmicos. Bogotá: Ediciones Unisalle.
  • Reyes Domínguez, J. F. (2019). Excelencia en el manejo de la óptica y servicio al cliente. Bogotá: Ediciones Unisalle.
  • Salvadó Arqués, J., & Fransoy Bel, M. (2000). Tecnología óptica. México: Alfaomega.

Autor:
Jimmy Fernando Reyes D. OD – MSc Docente Universidad de La Salle Editor del Área de Lentes Oftálmicos

 

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