Los trastornos de salud mental, también conocidos como enfermedades mentales o discapacidades psiquiátricas, abarcan una amplia gama de condiciones que afectan el pensamiento, la regulación emocional y el comportamiento de una persona.1 Estos trastornos pueden generar un malestar significativo e interrumpir el funcionamiento diario, afectando actividades sociales, laborales o familiares.2 En cuanto a la prevalencia, los trastornos de salud mental son prevalentes a nivel mundial. Se estima que, en 2019, alrededor de 970 millones de personas vivían con un trastorno mental, siendo los trastornos de ansiedad y los trastornos depresivos los más comunes. En Estados Unidos, más de uno de cada cinco adultos experimenta un trastorno mental diagnosticable cada año.3 En Colombia, según el Instituto Nacional de Salud, para el año 2016 la prevalencia de trastornos mentales fue del 16 %. Sin embargo, en 2023 se reportó un aumento del 38 %, atribuible al efecto de la pandemia de COVID-19 sobre la salud mental. (4)(5)

Un trastorno mental se caracteriza por alteraciones clínicamente significativas en la cognición, la regulación emocional o el comportamiento. (6) Para ser clasificado como trastorno, estas alteraciones deben causar disfunción o malestar. (1)

En este artículo, se abordarán algunas generalidades de los trastornos mentales y su relación con el sistema visual.

Tipos de trastornos mentales

Los trastornos mentales se pueden clasificar en varios tipos:

  • Trastornos de ansiedad: incluye el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y las fobias. 
  • Trastornos del estado de ánimo: abarca la depresión y el trastorno bipolar. 
  • Trastornos psicóticos: como la esquizofrenia, que implica un pensamiento y percepción distorsionados. 
  • Trastornos de la alimentación: incluye la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. 
  • Trastornos de la personalidad: se caracterizan por patrones persistentes de comportamiento que se desvían de las normas culturales. 
  • Trastornos del neurodesarrollo: como el trastorno del espectro autista (TEA) y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Depresión y visión: el vínculo desatendido de un trastorno globalmente común

La depresión no solo es un trastorno de salud mental, sino que también afecta la percepción física, en particular la forma en que los individuos procesan la información visual. Estudios recientes han señalado alteraciones significativas en la percepción visual de quienes padecen depresión, ofreciendo información sobre los mecanismos subyacentes de esta relación. (7) Asimismo, la depresión se ha vinculado con diversas entidades patológicas del sistema visual. (8)

Procesamiento visual alterado en la depresión

La investigación indica una relación significativa entre la salud mental y las condiciones oculares, destacando cómo ambas pueden influir mutuamente. Esta interacción es compleja y multifacética e involucra factores psicológicos, fisiológicos y de estilo de vida. (9)

En efecto, una investigación realizada por la Universidad de Helsinki demostró que las personas con depresión presentan diferencias claras en la percepción visual en comparación con individuos no deprimidos. El estudio utilizó dos pruebas principales para evaluar cómo los pacientes deprimidos procesaban el brillo y el contraste:

  • Prueba de inducción de brillo: esta prueba evaluó cómo los participantes percibían la luminancia de parches uniformes contra fondos variados. 
  • Prueba de supresión de contraste: esta prueba evaluó cómo los participantes percibían el contraste de patrones visuales presentados en diferentes orientaciones.

Los resultados indicaron que los pacientes deprimidos percibían las ilusiones visuales como más débiles y mostraban una sensibilidad al contraste reducida. Específicamente, los sujetos no deprimidos mostraron una supresión del contraste de alrededor del 20 %, mientras que los pacientes deprimidos solo demostraron una supresión del 5 %.10 Esto sugiere que, aunque el procesamiento retinal permanece intacto, el procesamiento cortical—donde se interpreta la información visual—puede estar afectado durante los episodios depresivos.

En cuanto a los mecanismos biológicos, algunas investigaciones sugieren que las alteraciones en la percepción visual provienen de cambios en los sistemas de procesamiento del cerebro, particularmente en la corteza cerebral.8 Los estudios sugieren que la disminución de las señales de retroalimentación desde la corteza hacia la retina puede contribuir a estos cambios perceptuales. Además, se han asociado anormalidades en la corteza visual con el trastorno depresivo mayor (TDM), lo que indica que esta región cerebral juega un papel crucial tanto en la fisiopatología de la depresión como en su respuesta al tratamiento. (11)

Dentro de los síntomas visuales en pacientes con depresión, se resaltan: reducción de la sensibilidad al contraste, visión borrosa, fotofobia, fatiga ocular, y algunos síntomas y signos en la superficie ocular, como cambio en el volumen lagrimal, disfunción de glándulas de Meibomio, irritación y ardor ocular. (12)

Por otro lado, la relación entre la secreción lacrimal y la depresión ha generado atención en investigaciones recientes, revelando importantes conocimientos sobre cómo los trastornos depresivos pueden afectar la producción de lágrimas y la salud ocular. (13) Esta conexión es especialmente relevante para entender la enfermedad de ojo seco (EOS), que a menudo se ve exacerbada en personas con depresión.

Factores de estilo de vida y su papel

Las condiciones de salud mental pueden afectar negativamente las decisiones de estilo de vida cruciales para mantener la salud ocular. Las personas con depresión o ansiedad pueden descuidar el cuidado ocular regular, lo que conduce al empeoramiento de los problemas visuales, alteraciones en la superficie ocular e incluso alteraciones retinales como la corioretinopatía central serosa. (14) Además, los patrones de sueño inadecuados, las dietas poco saludables y la reducción de la actividad física asociada con estos trastornos pueden comprometer aún más la salud ocular. (15)

En conclusión, la interacción entre la depresión y el sistema visual resalta la complejidad de los trastornos de salud mental. Al reconocer cómo la depresión altera el procesamiento visual, los profesionales de la salud pueden adaptar mejor las intervenciones para abordar tanto los problemas de salud mental como los desafíos perceptuales que enfrentan los pacientes. Se necesita más investigación para explorar estas conexiones y mejorar los enfoques terapéuticos para quienes están afectados por la depresión.

Por otro lado, la relación entre la secreción lacrimal y la depresión es compleja, e involucra cambios bioquímicos, efectos de los medicamentos y la manifestación subjetiva de los síntomas. A medida que la investigación continúa explorando esta conexión, se hace cada vez más evidente que el manejo efectivo de la enfermedad de ojo seco en pacientes deprimidos requiere un enfoque integral que considere tanto la salud ocular como el apoyo psicológico.

Referencias

  1. Stein DJ, Palk AC, Kendler KS. What is a mental disorder? An exemplary-focused approach. Psychol Med. 2021 Apr;51(6):894–901. 
  2. Moitra M, Owens S, Hailemariam M, Wilson KS, Mensa-Kwao A, Gonese G, et al. Global Mental Health: Where We Are and Where We Are Going. Curr Psychiatry Rep. 2023 Jul;25(7):301–11. 
  3. Tse JSY, Haslam N. What is a mental disorder? Evaluating the lay concept of Mental Ill Health in the United States. BMC Psychiatry. 2023 Apr;23(1):224. 
  4. Kupcova I, Danisovic L, Klein M, Harsanyi S. Effects of the COVID-19 pandemic on mental health, anxiety, and depression. BMC Psychol. 2023 Apr;11(1):108. 
  5. Chaskel R, Gaviria SL, Espinel Z, Taborda E, Vanegas R, Shultz JM. Mental health in Colombia. BJPsych Int. 2015 Nov;12(4):95–7. 
  6. Risal A. Common mental disorders. Kathmandu Univ Med J (KUMJ). 2011;9(35):213–7. 
  7. Hidaka BH. Depression as a disease of modernity: explanations for increasing prevalence. J Affect Disord. 2012 Nov;140(3):205–14. 
  8. Ferry F, Rosato M, Leavey G. Severe mental illness and ophthalmic health: A linked administrative data study. PLoS One. 2023;18(6):e0286860. 
  9. Wu F, Lu Q, Kong Y, Zhang Z. A Comprehensive Overview of the Role of Visual Cortex Malfunction in Depressive Disorders: Opportunities and Challenges. Neurosci Bull. 2023 Sep;39(9):1426–38. 
  10. Salmela V, Socada L, Söderholm J, Heikkilä R, Lahti J, Ekelund J, et al. Reduced visual contrast suppression during major depressive episodes. J Psychiatry Neurosci. 2021 Mar;46(2):E222–31. 
  11. Tang WSW, Lau NXM, Krishnan MN, Chin YC, Ho CSH. Depression and Eye Disease-A Narrative Review of Common Underlying Pathophysiological Mechanisms and their Potential Applications. J Clin Med. 2024 May;13(11). 
  12. Kuklinski EJ, Yu Y, Ying G-S, Asbell PA. Association of Ocular Surface Immune Cells With Dry Eye Signs and Symptoms in the Dry Eye Assessment and Management (DREAM) Study. Invest Ophthalmol Vis Sci. 2023 Sep;64(12):7. 
  13. Kaštelan S, Bakija I, Bogadi M, Gverović Antunica A, Gotovac M, Šimunović Filipčić I. Mental Disorders as Influencing Factors for Discordances in the Signs and Symptoms of Dry Eye Disease. Psychiatr Danub. 2021;33(Suppl 4):588–95. 
  14. Chen Y-Y, Huang L-Y, Liao W-L, Chou P. Association between Central Serous Chorioretinopathy and Risk of Depression: A PopulationBased Cohort Study. J Ophthalmol. 2019;2019:2749296. 
  15. Oddo VM, Welke L, McLeod A, Pezley L, Xia Y, Maki P, et al. Adherence to a Mediterranean Diet Is Associated with Lower Depressive Symptoms among U.S. Adults. Nutrients. 2022 Jan;14(2)

Sandra Carolina Durán Cristiano, O.D

Estudiante Doctorado Universidad Complutense de Madrid.

Docente de la Facultad de Medicina del programa de Optometría de la Universidad CES

Editora del Área Condiciones de Vida y Salud Visual

Open chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte ?