Los lentes de contacto cosméticos emergieron hace más de tres décadas con el objetivo de proporcionar ciertos efectos en el ojo tales como: cambiar o realzar la apariencia del iris, crear efectos dramáticos a partir de impresiones especiales de diseño y color; y, más recientemente, con el objetivo de crear un aspecto del iris más grande a través de un patrón de anillo pigmentado que se superpone al anillo limbal del iris. Como la mayoría de los objetivos de uso son netamente cosméticos, la población usuaria de este tipo de lentes está entre mujeres, adolescentes y adultos. De hecho, su popularidad ha llegado al plano de uso como complemento del atuendo en diferentes eventos. 1

Teniendo en cuenta las complicaciones relacionadas con este tipo de lentes, se ha afirmado que los lentes cosméticos representan 16.5 veces más riesgo de sufrir queratitis microbiana, que los usuarios de lentes de contacto como opción de corrección óptica. Lim et al., (2019) realiza un estudio de revisión con el fin de determinar los factores que ponen en riesgo la salud visual y ocular con estos lentes cosméticos. Uno de los factores relacionados en este estudio es el mismo proceso de fabricación. Para incorporar el tinte, es necesario someter los lentes a diferentes procesos como la impresión, laminado, dispersión, teñido por enlace químico, etc. Estos procesos se asocian con alteraciones de la función visual como disminución del campo visual, disminución de la visión periférica, incremento de las aberraciones de alto orden, y reducción en la sensibilidad al contraste. Ver figura 1.  2

Otro factor determinado en este estudio es la distribución que este tipo de lentes tiene, ya que se hace masivamente, y muchas personas los usan sin supervisión de un profesional, lo que incrementa el riesgo de infecciones y alteraciones en la superficie ocular. De aquí se desprende que el paciente constituye un factor de riesgo alto para predisponer el ojo a complicaciones. Muchas personas toman lo lentes de contacto cosméticos como accesorios y no como dispositivos para la salud; y por eso, sienten que no se requiere valoración por un profesional de la salud visual. En el momento en que los lentes se usan con motivo de eventos especiales, es probable que partículas de maquillaje, crema de manos, mascarillas y removedores de maquillaje, se adhieran a la superficie del lente, contribuyendo a la adhesión de bacterias y a su posterior proliferación. Si a esto le sumamos que muchos usuarios serán neófitos y muy jóvenes, no tendrán por ende conocimiento de lo rigurosa que debe ser la desinfección de estos dispositivos, en este caso la falta de experiencia puede jugar en contra. 2

Ya teniendo un poco más de claridad de los factores de riesgo, es importante identificar los microorganismos patógenos más comunes que pueden desencadenar queratitis microbiana en usuarios de lentes cosméticos. Se ha descrito que la Pseudomona aeruginosa spp es la bacteria más encontrada en infecciones por lentes cosméticos, con una frecuencia del 60%. Se ha determinado que estos microorganismos tienen diferentes habilidades para incrementar su virulencia; entre otras cosas, por la facilidad que el pigmento del lente o el material representa para la adhesión de la bacteria y el crecimiento a través de la película lagrimal. Otro mecanismo es la formación de las biopelículas en el lente de contacto y en los estuches. Otras variedades de especies bacterianas que colonizan lentes cosméticos son los staphilococcus y strptococcus spp. Otras especies amenazadoras están en el rango micótico como Fusarium y Aspergillus, así como también la Acanthamoeba. 2,3

Figura 2. Trofozoitos de Acanthamoeba, que se acumulan más en la región coloreada © que en la no coloreada (N) del lente de contacto cosmético. 3

Stapleton et al 2021, realizó un estudio de caracterización de las infecciones relacionadas con lentes de contacto en Asia. En una muestra importante de 694 usuarios de lentes de contacto con infección corneal, se estableció que el 29.4% correspondían a lentes cosméticos. Entre ellos, el 90% eran mujeres, y el 68% menores de 25 años. La mayoría reportó tener poca o nula experiencia en el uso de lentes de contacto. En cuanto a los materiales, se reportó que en mayor proporción se trataba de lentes de contacto de hidrogel con el pigmento localizado en la superficie posterior del lente. Aunque las características clínicas de la queratitis infecciosa fueron igual en ambos grupos, es decir usuarios de lentes cosméticos y lentes de contacto refractivos, se encontró una mayor tendencia a padecer infección por Acanthamoeba en los usuarios de lentes cosméticos. Dados los resultados preocupantes, los autores recomiendan que, para evitar las infecciones corneales serias, es importante brindar el apoyo profesional que se requiere cuando los lentes se consiguen a través de internet, establecer mecanismos de control de calidad rigurosos en la dispensación en consultorios, y mejores sistemas de regulación por las autoridades en salud. Ver figura 2. 4

Es necesario que los profesionales de la salud visual generen mecanismos de información, que le permita a los usuarios de lentes de contacto cosméticos, tener conciencia acerca de la importancia de la valoración profesional para la adaptación de este tipo de lentes. De esta manera, se llevarán de una manera segura, con un sistema de cuidado y mantenimiento adecuado, y con un monitoreo constante de la salud ocular para intervenir oportunamente frente a reacciones adversas.

Referencias

1. Lau C, Tosatti S, Mundorf M, Ebare K, Osborn Lorenz K. Comparison of the Lubricity and Surface Roughness of 5 Cosmetic Contact Lenses. Eye Contact Lens. 2018;44:S256–65.

2. Lim CHL, Stapleton F, Mehta JS. A review of cosmetic contact lens infections. Vol. 33, Eye (Basingstoke). 2019. p. 78–86.

3. Lee SM, Lee JE, Lee DI, Yu HS. Adhesion of Acanthamoeba on cosmetic contact lenses. J Korean Med Sci. 2018;33(4):1–9.

4. Stapleton F, Lim CHL, Kweon S, Tan D, Mehta JS. Cosmetic Contact Lens-Related Corneal Infections in Asia. Am J Ophthalmol [Internet]. 2021;229:176–83. Available from: https://doi.org/10.1016/j.ajo.2021.03.005

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