Afortunadamente hoy en día los padres y los médicos pediatras han toma-do consciencia de la importancia de realizar una valoración ocular a nivel refractivo en niños a temprana edad; aunque, en muchos otros casos son los profesores quienes detectan los problemas visuales en las aulas de clase y alertan a los tutores sobre el inconveniente que observan y como afecta el desempeño educativo. Adicionalmente, desde hace dos años atrás, por cuestiones de la pandemia generada por el COVID-19, todos los procesos de virtualidad y manejo excesivo de dispositivos electrónicos por parte de los niños, aumentó el número y la periodicidad de consultas optométricas de la población infantil.
Son muchos los factores que llevan a que un profesional de la salud visual recomiende una prescripción óptica a un niño, entre ellos están: un déficit en la agudeza visual o de la atención, ambliopías, astenopia, estrabismos y como se nombró anteriormente el uso prolongado de dispositivos electrónicos en ambientes educativos y recreativos. Las adaptaciones deben ser perfectas, el niño debe ver bien y verse bien, para evitar cualquier tipo de intimidación en los grupos en que interactúe y así asegurar el uso adecuado del dispositivo visual y la efectividad del tratamiento, incluso cuando se solicitan prismas tallados.
Los lentes oftálmicos prescritos a los niños deben contar con características específicas para el adecuado uso de estos, entre ellas están: una alta resistencia a los impactos, una densidad (peso) adecuada a la edad del infante, una excelente calidad óptica que se logra con un número Abbe alto, la estética es fundamental y con la ayuda de curvaturas asféricas se evita que los ojos se vean grandes o pequeños de acuerdo con la fórmula. Aquí también se deben tener en cuenta filtros y tratamientos como el UV, la protección al rayado, las tinciones, el antirreflejo, la protección a longitudes de onda cortas, el fotosensible, el polarizado, que se recomiendan acorde con la edad, las patologías, las necesidades y actividades realizadas por el paciente pediátrico. Algunos laboratorios fabricantes de lentes oftálmicos, están ofertando progresivos diseñados y con tecnologías específicas para niños.
Las medidas de distancia nasopupilar y altura focal no se deben omitir o pasar por alto en estas adaptaciones, al igual que la selección adecuada del tamaño, forma y color de la montura, la distancia mecánica debe ser similar a la distancia pupilar del niño, para evitar descentraciones altas que puedan generar prismas inducidos. Actualmente se encuentran en el mercado óptico monturas pediátricas, con diseños adecuados incluso para bebes desde aproximadamente 3 meses de edad; es importante tener en cuenta cuando el niño puede escoger o participar en la selección de su corrección óptica.
Finalmente, no se debe pasar por alto que un niño con corrección óptica debe realizar actividades outdoor para así controlar el tiempo y uso de los dispositivos electrónicos.
REFERENCIAS
- Bermudez Ruiz, M. (2015). Ambliopia desde la Op-tometría Pediátrica. Bogotá: Ediciones Unisalle.
- Molina Montoya, N., Figueroa Olarte, L. (2018). Principios de Optometría Pediátrica. Bogotá: Ediciones Unisalle.
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- Niño – Miraflex [Internet]. Miraflex.co. [citado abril de 2022]. Disponible en: https://miraflex.com.co/ca-tegoria/nino/
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