¿Qué clase de vínculo establece un paciente o usuario de lentes de contacto (LC) con su proveedor y cuál con su profesional de la salud visual que adapta sus lentes y hace seguimiento?

Todo usuario de lentes de contacto tiene dos vínculos: uno clínico con su profesional de la salud visual, quien prescribe, adapta y realiza seguimiento, y otro comercial con su proveedor, quien vende los lentes. Son roles independientes en cuanto a función y costos. 

Cuando estos vínculos se confunden, el usuario puede malinterpretar sus alcances. Un profesional no vende lentes, y un proveedor no adapta ni controla su uso. Sin embargo, en los establecimientos de óptica donde ambos roles coexisten, los usuarios influenciados por la publicidad, pueden asumir erróneamente que el costo del servicio profesional está incluido en el precio del producto. Este error de percepción puede llevar a que los pacientes prioricen únicamente el costo de los lentes de contacto, evitando el servicio profesional y optando por plataformas virtuales basándose solo en el precio.

Los comercializadores de lentes de contacto, con total validez, buscan maximizar sus ventas por encima de su punto de equilibrio mediante estrategias de masificación y reducción de precios, alcanzando a los clientes de manera directa. Mientras tanto, los profesionales de la salud visual desempeñan su labor independientemente de los hábitos de compra de los pacientes. Su responsabilidad principal es minimizar los riesgos asociados al uso de LC, tarea que está regulada por entidades sanitarias para garantizar la salud del usuario.  

El problema no es la venta de LC por internet, sino la falta de conciencia sobre la importancia del seguimiento clínico obligatorio en cada reposición y uso de los lentes. La salud visual debe estar por encima del interés comercial, y el precio no puede ser el único factor de decisión. 

Finalmente, no se trata de que el profesional con doble vinculo compita en ventas con las tiendas online, sino de separar su rol de profesional y cobrar adecuadamente por sus servicios. En última instancia, la decisión recae en el usuario: El usuario decide si sus ojos son tan valiosos como para beneficiarse al someterse a controles de seguimiento vitales o si vale la pena “ahorrar” al romper el vínculo con su profesional.

Jaime Ibáñez, OD

Contactólogo especializado, FIACLE.


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