En la práctica clínica, es común encontrarse con pacientes que presenta síntomas vagos, como fatiga ocular, molestias, cansancio y sequedad, entre otros.
Para descartar problemas de sequedad con lentes de contacto, durante la anamnesis, es fundamental plantear dos preguntas clave al paciente: la primera ¿experimenta alivio al aplicar gotas lubricantes? y la segunda ¿mejoran los síntomas al retirarse los lentes de contacto por la noche? Estas preguntas ayudan a explorar el problema común de sequedad asociada a los lentes de contacto. Si no se observa mejoría significativa, es importante considerar que los síntomas podrían estar más relacionados con la calidad de la visión que con problemas oculares.
Con frecuencia, los profesionales de la visión adaptan a pacientes con cilindros entre 0,50 D y 1,00 D con lentes de contacto esféricos. Incluso en ocasiones se busca adaptar un equivalente esférico. Durante las pruebas de agudeza visual, estos pacientes pueden alcanzar niveles de lectura similares a su corrección cilíndrica.
Sin embargo, al evitar la corrección con lentes de contacto tóricos, se está efectivamente sobrecorrigiendo en uno de los meridianos e infracorrigiendo en el otro. Puede parecer obvio, pero es importante recordar que no está corrigiendo el cilindro en sí; ya que, los pacientes continúan teniendo la misma cantidad de cilindro. Esta omisión en la corrección tórica puede influir en el sistema acomodativo y ejercer estrés ocular, especialmente en situaciones de uso prolongado, como frente a la pantalla de un computador.
A pesar de las razones que puedan llevar a algunos profesionales a evitar la corrección con lentes de contacto tóricos, ya que algunos consideran que los pacientes se las arreglarán bien, y se cuestionan por qué complicar el proceso con lentes de contacto tóricos, esta idea se ha visto desafiada con la llegada de los nuevos lentes tóricos, especialmente los LC descartables diarios.
Es más complicado que los profesionales adapten esta clase de lentes en pacientes con cilindros bajos, pero más sencillo en pacientes con cilindros medios y altos, en los cuales los profesionales de la visión esperan una buena visión, una rápida estabilización y una increíble comodidad. ¿Por qué no hacer lo mismo con los pacientes con cilindro bajo?
En el caso de pacientes con cilindros bajos, se puede probar un lente tórico que corrija su cilindro. Pero alternativamente, por ejemplo, si el paciente también es présbita se puede considerar un lente escleral que corrija su esfera, toricidad y su adición. Algunos pacientes incluso pueden obtener un beneficio de 0,50 D si el profesional los corrige con un lente tórico. Es posible que desaparezca la queja de incomodidad tan común en los pacientes que usan lentes de contacto.
Adaptado de:
Kading, D. L. (2023). Talking Torics. Contact Lens Spectrum, 38(8), 42.