Se considera un verdadero control de la miopía con lentes de contacto, cuando se evidencia la reducción de la elongación de la longitud axial, acompañada de agudeza visual satisfactoria y la seguridad en el uso de estos dispositivos. En el campo de los lentes de contacto blandos, se han realizado diseños especiales para el control de la miopía. Entre las estrategias de diseño, se tienen aquellos lentes de gradiente periférico que emulan el poder convergente periférico que se induce cuando se adaptan lentes para ortoqueratología. Por otro lado, también existen lentes con un sistema que induce una aberración negativa esférica, cuyo propósito es controlar o mejorar la respuesta acomodativa del niño. También se tienen los lentes de contacto blandos bifocales o de foco dual con una zona de visión lejana de gran amplitud, ubicada en el centro del lente. Otro diseño es de aquellos lentes que tienen profundidad de foco extendida con áreas alternas de poder positivo y negativo, que van a inducir aberraciones esféricas primarias y secundarias en la superficie frontal del lente. Y finalmente, están disponibles los lentes de contacto de adición media.1,2
Entre los factores que se deben tener en cuenta al evaluar la adaptación de un lente de contacto blando para miopía; uno de ellos, es la valoración de la agudeza visual en visión próxima. Es claro que, en los niños miopes, generalmente este no es un problema por su capacidad de acomodación; sin embargo, los lentes para miopía pueden inducir emborronamiento o visión de imágenes fantasmas en visión próxima, que deben ser evaluados antes de emitir una prescripción final. Otro factor a tener en cuenta, es la posible presencia de algún grado de disfotopsia, sobre todo, si se está expuesto a condiciones de iluminación baja. Esta disfotopsia puede ser positiva o negativa, dependiendo si se ven bordes luminosos u oscuros de los objetos observados. A medida que el niño va creciendo, puede ser más consciente de este fenómeno, ya que realizará actividades más demandantes visualmente, que se revelarán más en los objetos que se fijan. Dado lo anterior, es necesario tener especial atención en el tamaño pupilar del paciente, ya que es un aspecto que influye en la aparición de visión de imágenes fantasmas, emborronamiento, y disfotopsias. Por lo tanto, es necesario comparar el diámetro pupilar del niño, con la amplitud de la zona óptica del lente seleccionado, para aminorar la posibilidad de los efectos mencionados anteriormente.1
En función de la visión, la calidad visual es un componente fundamental para evaluar el desempeño de un lente de contacto para miopía, falta suficiente evidencia científica que soporte la sensibilidad al contraste que los niños adaptados con estos lentes presentan; sin embargo, una herramienta que puede ser muy útil en la valoración objetiva de la calidad de la visión, es la aberrometría, la cual también serviría como factor predictor visual. Pero, no es fácil hacer una reconstrucción de frente de onda adecuada con estos lentes, por la intersección de las fases de visión lejana y visión próxima de los lentes, esto hace que los sensores reporten ciertos errores en la emisión de los datos. Por tal motivo, se requiere que en el futuro se establezcan mejores algoritmos y dispositivos de reconstrucción aberrométrica más sensibles, y que estén en capacidad de extrapolar los datos a las áreas de visión efectiva tanto lejana como cercana. Mientras tanto, en la actualidad existen simuladores computacionales que predicen el funcionamiento de los lentes diseñados para miopía. Los modelos computacionales han mostrado que el beneficio visual depende de la cantidad de zonas multifocales concéntricas que tiene el lente de contacto, estas en teoría, tienen mejor profundidad de foco que los lentes netamente bifocales. La existencia de sistemas de simulación, ayuda al paciente a determinar su confort mediante una experiencia previa aproximada. Su uso se ha dado mayormente en la adaptación de pacientes présbitas, pero se recomienda implementar con más frecuencia en la adaptación de lentes para el control de la miopía. Teniendo en cuenta lo anterior, se observa que la óptica adaptativa, aplicada para el diseño de simuladores, es un desarrollo potencial, para evaluar el desempeño de los lentes, y las respuestas individuales de los niños que los usarían. Representan entonces, una aproximación muy cercana, a la respuesta de los niños a la visión simultánea, integrando factores físicos, ópticos, y neurológicos, que en conjunto determinan la respuesta sensorio-visual del paciente. Dependiendo de este análisis integral, se podría anticipar mejor la tolerancia del paciente a cada diseño en particular.1
Según la importancia del tipo de diseño de lente, la respuesta del niño, y la efectividad en el control de la miopía, es necesario buscar mejor evidencia científica que soporte los resultados. La realización de ensayos clínicos aleatorizados, por ejemplo, revelaría mejor la efectividad de uso de los diferentes diseños establecidos.3
El profesional de la salud visual debe conocer la disponibilidad de lentes de contacto blandos para el control de la miopía, realizar una valoración integral de la función visual con los lentes, y apoyarse en exámenes complementarios como la aberrometría y la tomografía, para darle un mejor seguimiento a los niños. Lo importante, es ejercer más mecanismos para el control de la miopía, dejando la zona de confort de la corrección convencional.
REFERENCIAS
1. Remón L, Pérez-Merino P, MacEdo-De-Araújo RJ, Amorim-De-Sousa AI, González-Meíjome JM. Bifocal and Multifocal Contact Lenses for Presbyopia and Myopia Control. J Ophthalmol. 2020;2020.
2. Walline JJ, Lindsley KB, Vedula SS, Cotter SA, Mutti DO, Ng SM, et al. Interventions to slow progression of myopia in children. Cochrane Database Syst Rev. 2020;2020(1).
3. Walline JJ, Giannoni AG, Sinnott LT, Chandler MA, Huang J, Mutti DO, et al. A Randomized Trial of Soft Multifocal Contact Lenses for Myopia Control: Baseline Data and Methods. Optom Vis Sci. 2018;94(9):856–66.