Seguramente a la óptica han llegado muchos pacientes molestos porque los anteojos se han rayado de manera rápida, porque los brazos se parten o porque los lentes se ven opacos y dificultan la visión.
También es común que los pacientes culpen a los fabricantes o a la óptica. Por ello cuando se realice la compra de los anteojos es importante que se hagan unas recomendaciones para que no se presenten estos inconvenientes.
Primero, la limpieza de los lentes se debe hacer con un paño de microfibra y un líquido adecuado, no con cualquier pedazo de tela que se tenga a mano como por ejemplo una bufanda, una blusa, o un vestido; por otro lado, no utilizar las gafas como diadema o en el cuello de la camisa o aún peor detrás de la nuca. Tercero, recalque a su paciente que no meta sus gafas en la maleta o en el bolso sin estuche y que limpie la montura a diario. Finalmente, aconsejar que se quite las gafas con ambas manos, para adelante no para los lados, esta es una de las causas principales por las que se rompen los brazos.
Estos son errores que los pacientes pasan por alto y que es bueno corregir a la hora de la asesoría para evitar malentendidos y por supuesto para que su cliente regrese a su óptica no por un reclamo sino para comprar otros anteojos.
Imagen tomada de: https://cmujer.com.mx/wp-content/uploads/2017/10/limpiar-tus-lentes.jpg