El Dr. Jimmy Fernando Reyes Domínguez, Optómetra, especialista en Gerencia de Mercadeo con Maestría en Ciencias de la Visión, Universidad de La Salle, Bogotá, Colombia, realizó una investigación titulada Resistencia a los impactos: una mirada óptica, la cual se publicó como artículo en la revista de la Universidad de La Salle Ciencia y Tecnología para la Salud Visual y Ocular.1
El objetivo de este artículo de revisión de tema fue aportar información acerca de este aspecto que pocas veces se tiene en cuenta (principalmente por la falta de material documentado, escrito o publicado) en el momento de realizar una prescripción a una persona que requiera una ayuda óptica. Se analizaron, desde diferentes puntos de vista, el aporte de un lente oftálmico a la seguridad y salud del paciente, con independencia del material en que se fabrique.
A continuación, se presentan las conclusiones de la investigación.
En cuanto a los materiales,
el lente que mayor resistencia presenta a los impactos, por sus características de flexión y tensión es el policarbonato, aunque paradójicamente es el material que más fácil se raya, a diferencia del CR-39 que es el material más resistente a la condición de abrasión.
El espesor central
está directamente relacionado con la resistencia a los impactos. En el caso de los lentes usados para corregir una ametropía se recomiendan 2 mm; sin embargo, los adelantos en los procesos de elaboración, los polímeros usados y los diseños de los lentes hacen que los fabricantes recomienden valores inferiores, sin poner en riesgo la seguridad del paciente. Si se trata de lentes para protección industrial, el espesor mínimo es de 3 mm. Si los valores son inferiores a esta recomendación, los lentes no son aceptados.
La curva base
tiene una relación directa con la fortaleza de los lentes oftálmicos fabricados en cualquier material, donde entre más plana sea la curvatura, menor es la resistencia ofrecida a los impactos. Por eso no es recomendable cambiar la curva base para lograr una mejor estética, porque ello además de afectar la calidad óptica y los procesos de adaptación, pone en riesgo la seguridad e integridad del paciente.
Con respecto a los tratamientos ópticos,
es importante tener en cuenta que el antirrayas aplicado a cualquier material ofrece mayor resistencia desde el punto de vista de duración (rayas), pero no respecto a los impactos. El tratamiento antirreflejo influye de manera directa en la disminución de la resistencia a los impactos de los lentes oftálmicos, sin importar el material en que estén fabricados ni su espesor central. Finalmente, un tratamiento fotosensible no afecta la resistencia de los lentes a los impactos, siempre y cuando se cumpla con los espesores centrales mínimos requeridos de acuerdo con las normas internacionales de fabricación y protección.
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Fuente:
- Reyes Domínguez, J. F. (2013). Resistencia a los impactos: una mirada óptica. Ciencia y Tecnología para la Salud Visual y Ocular, 11 (2), 113-125.
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